Carlos Núñez del Pino, director de ‘Historia Hoy’: «El lector de revistas de Historia siempre quiere más»

Carlos Núñez del Pino, en pleno trabajo (Cedida)

Arrancar una nueva publicación (de lo que sea) en estos tiempos que corren, es siempre una tarea meritoria. Y si es de historia, que no es un tema fácil y hay una fuerte competencia en los kioskos, más. Hace unos meses os contaba el nacimiento de una nueva revista histórica, Historia Hoy, que debutó con un número ciertamente interesante este septiembre.

Con un segundo número a punto de llegar a los kioskos. Esta revista, que nace con una ambiciosa tirada de 20.000 ejemplares y busca llegar a todos los rincones del país, trae en su ejemplar de octubre un artículo sobre los turistas que visitaron el Tercer Reich antes de la Segunda Guerra Mundial firmada por la escritora Julia Boyd -que este mes publica en España libro sobre este asunto-, y otros sobre Felipe II, la Guerra del Peloponeso, Hipatia y la Ley Seca en EE UU. También incluye un interesante artículo sobre cómo Hollywood ha representado la antigua Roma en sus películas.

Charlo con su director Carlos Núñez del Pino sobre este feliz parto y me explica que cree que «hay hueco en el mercado» para una revista más.

¿Cuál es ese hueco? Hay muchas otras revistas La Aventura de la Historia, Historia y Vida, National Geographic, Clío, Desperta Ferro

Todas las revistas que existen en el mercado se complementan porque dan diferentes versiones y temas. Pero creo que la clave está en que el lector de revistas de Historia siempre quiere más. Hay un lector ocasional que busca los temas más clásicos y tópicos. El lector habitual quizá no compra todas las revistas todos los meses, pero siempre va picoteando, va probando y comparando y siempre quiere más.

¿Qué es lo que hace diferente a Historia Hoy?

Queremos aportar una nueva visión: nuestros autores son tanto historiadores y catedráticos consolidados como jóvenes historiadores que están  empezando y que aportan nuevas visiones. Es bueno que sean ellos quienes traigan la historia de la universidad a la calle. Separar ambas, sería un desastre. A eso le sumamos un gran aparato gráfico para hacer que guste e interese.

Hoy lo gráfico es importante…

Es fundamental. Hoy en día la gente entra por la imagen y además es la forma de acercarse a gente que, en principio, no iba comprarte. Por eso también dedicamos al menos un artículo de cada número a cómo la historia influye en la cultura popular: en el primer número hablamos sobre Juego de Tronos; en el segundo, de cómo Hollywood ha representando la antigua Roma; más adelante tendremos uno sobre videojuegos y Edad Media.

¿Va a estar en Internet?

Hay una versión digital para plataformas como KioskoyMas. Estamos en redes también y queremos crear una web. Tenemos que estar ahí, hay mucho público. El problema es que en Internet hay de todo: hay cosas buenas y cosas tremendamente malas. En las revistas garantizamos que quien escribe domina el tema, tenemos ese control. Hoy en día es más importante la calidad de la información que la cantidad de la información.

¿Sigue estando la divulgación mal vista, como algo menor, en la universidad?

Eso está cambiando, y creo que es porque se ha perdido el miedo a llevar la contraria al profesor que te lleva la tesis, que suelen decirte: publica aquí, lo demás es perder el tiempo. Ahora muchos historiadores creen que es importante que su trabajo llegue al público. Otro factor que lo ha propiciado han sido las redes sociales: muchos han encontrado una comunidad con los mismos intereses, se han puesto a hablar de historia y han ganado seguidores, lo que les ha hecho saltar a otros medios. Por último, también hay mucha gente que termina la tesis y no tiene trabajo y o trabaja de algo diferente: escribiendo artículos o un blog matan el gusanillo de su país. Todo esto ha alejado esa visión denigrante que se tenía de la divulgación hace una generación o dos.

¿Qué deben tener vuestros artículos?

Deben ser rigurosos y amenos, que una persona sin conocimiento previo lo entienda y disfrute. La vida de Julio César es apasionante, pero también la puedes hacer aburrida. ¿Cómo se logra? Basándonos, por ejemplo, en personas: no explicar instituciones vacías, sino hablando de las personas, como nosotros, que las crearon. Y por qué no, puedes contarlo como una novela, si lo que cuentas es verdad. Hay que hacer que la historia viva y hacerla vivir al lector.

¿Os habéis fijado en lo que se hace en el extranjero, en las revistas inglesas?

Lo conocemos, pero en realidad teníamos nuestra idea clara. Tenemos cierta experiencia en publicación de ensayo de historia y sabemos qué funciona y que no. Y eso va a ser clave en nuestra revista.

¿Hay un ranking de popularidad en la historia?

Hay muchos factores, pero la Segunda Guerra Mundial, Roma, Grecia, los nazis, la Conquista… no sé por qué, pero siempre caen en gracia. Aunque nuestra idea no es solo hablar de esos temas, sabemos que atraen mucho y en cada número debe haber algún gancho.

¿Vais a meteros en los muchos debates y polémicas sobre la historia de la actualidad?

En principio no, y no por rehuir el debate, sino porque creemos que estaríamos haciendo revistas con fecha de caducidad. Nuestra revista se publica ahora, pero queremos que se pueda leer dentro de un año. No vamos a poner en portada: «Vox dice tal y los historiadores contestan», pero sí podemos tratar los temas de fondo de esas polémicas. Aunque, en todo caso, para el futuro no lo descartamos de plano.

En este mundo donde son tan habituales los artículos y el trabajo gratis, Historia Hoy…

Todos nuestros artículos e ilustraciones están pagados. Aquí nadie trabaja gratis.

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