Ayer me puse manos a la obra para sumergirme en el universo Home, que se estrenó en la PlayStation 3 hace muy poquito. Deshice en la medida de lo posible los nudos de los cables que habitan tras los muebles de mi habitación y conecté la PlayStation 3 a la Red (que con Wi-Fi no me tiraba ni pa’lante ni pa’trás).
Después de meses sin conectarme, el tiempo que me llevó actualizar el sistema fue entre muchísimo e infinito. No importa, quería probar Home y escribir algo sobre este nuevo servicio de la PS3. Dejé la consola actualizándose y me marché. Cuando volví, la descarga de Home fue un abrir y cerra de ojos.
Todo listo para ver en qué consiste el Second Life éste, que es como nos lo han estado vendiendo desde que se anunció. Pues nada, mi gozo en un pozo. Home no tiraba: aparecía el logotipo del «juego», yo presionaba ‘X’, aparecía el mensajito «Ir a online», seguía el horrible «Inicializando», luego un «Iniciando sesión» y, por último, algún tipo de error y/o la desconexión del servidor.
Sabía que el servicio (aún en versión beta, todo hay que decirlo) ha tenido muchos problemas técnicos estos primeros días de vida, pero creí que ya estarían solucionados, al menos los relacionados con el acceso.
Eran casi las doce de la noche, así que decidí irme a dormir. Pero esta misma mañana antes de ir al trabajo (a las 7:30 aproximadamente) me he vuelto a conectar… ¡y he conseguido entrar en Home! Como comprenderéis, no me ha dado tiempo a investigarlo debidamente, pero ya me he formado una primera impresión.
De primeras, el editor de personajes parece muy completo, con muchísimas posibilidades y un elevado grado de detalle. Los gráficos son de alta calidad y tienen una estética realista que contrasta con el aspecto cartoon de los Avatares de Xbox 360 y de los Miis de la Wii.
Yo he seleccionado un «muñeco» aleatorio y me he puesto a dar un paseo por esta red social en 3D. Primero he visto la habitación, un bonito estudio con vistas al mar. Después he bajado a la Plaza Home. Estaba completamente vacía y sonaba una agradable musiquilla. Era casi siniestro, como pasear por una ciudad completamente artificial (en realidad eso es lo que es).
Al poco han comenzado a aparecer unos personajes fantasmales, como espíritus que le daban un toque aún más extraño al asunto. En realidad era la malla de otros avatares cuyos gráficos se iban formando poco a poco. Vamos, que no estaba solo, había otros jugadores (no demasiados): unos tiesos como estatuas, otros bailando y algunos (los menos) charlando, en francés e inglés sobre todo.
Imagino que con el tiempo, la población de Home crecerá y la experiencia será más satisfactoria. Para comunicarse rápidamente existen una serie de frases y expresiones predeterminadas: «Hola», «Gracias», «¿De dónde eres?» o la utilísima «No tengo teclado». Para los que no tienen existe un teclado virtual, de esos en los que hay que ir seleccionando letra por letra, pero es un verdadero peñazo.
He ido al centro comercial, he visitado un par de tiendas en las que aún no se venden artículos, una en la que se podía comprar mobiliario y poco más.
En el escaso cuarto de hora que he pululado por Home, lo que más me ha llamado la atención ha sido la avalancha publicitaria (por otro lado, bastante predecible). Me he topado con carteles sobre los sackboys de Street Fighter II y pantallas de plasma que anunciaban juegos varios. Lo último que he visto ha sido un graciosísimo anuncio de Loco Roco 2 con una canción muy simpaticona.
En general, Home me ha causado una buena impresión. Parece un producto muy currado, especialmente si tenemos en cuenta que es gratuito. Seguiré probándolo y más adelante realizaré un análisis serio y más exahustivo.
¿Vosotros lo habéis probado ya?, ¿qué os parece?
¡Dios, qué ganas de jugar al Loco Roco 2!