Escribo estas líneas sin haber visto ‘Sicko’, el nuevo documental del controvertido Michael Moore, un hombre que levanta encendidas pasiones, a favor y en contra. Y lo escribo sin haberlo visto; pero deseando tener un minuto para ir a verlo. Me interesa Michael Moore. Tengo sentimientos encontrados hacia él, pero reconozco que intento ver todo lo que hace. Estos días estoy oyendo comentarios de todo tipo sobre él y su cine.
En su contra son mayoría los que lo acusan de manipulador y oportunista, de ofrecer un discurso que se conoce de antemano. Es decir, que hace documentales para reafirmar sus opiniones, sin molestarse en buscar otra verdad, otro punto de vista que pueda, tal vez, lanzar interrogantes sobre sus afirmaciones. También se lo acusa de tener un ego desmedido y un afán enfermizo por aparecer en escena para armar su particular espectáculo. En ‘Sicko’, por ejemplo, se va hasta la prisión militar de Guantánamo para reclamar a voz en grito el mismo trato sanitario que reciben los presuntos terroristas de Al Qaeda.
A su favor juegan su gran agilidad narrativa, su atrevimiento y descaro y su envidiable capacidad para interesar y atrapar al espectador.
Si tengo que posicionarme en algún bando, confieso que soy de los partidarios de Moore, a pesar de todo. A pesar de sus excesos, a pesar de sus posibles manipulaciones. Moore no es imparcial, claro que no, ni creo que pretenda serlo; pero hace algo que me parece fundamental en un documental: entretener mientras informa , y además lo hace documentándose muy bien. Su trabajo es todavía más evidente en sus libros, donde la profusión de datos y testimonios es abrumadora. Moore caerá mejor o peor; pero nadie puede echarle en cara que no está bien informado, que no sabe de lo que habla.
¿Has visto ‘Sicko’? ¿Te gusta Michael Moore? ¿Crees que Moore ha ayudado a revitalizar el género documental?