Sin efectos especiales Sin efectos especiales

-No deberías llevar esa ropa. -¿Por qué? Sólo es una blusa y una falda. -Entonces no deberías llevar ese cuerpo. 'Fuego en el cuerpo', de Lawrence Kasdan

Estocolmo, ‘estocine’

Esta semana he tenido algo desatendido el blog porque he estado fuera. Os pido disculpas. Por razones de trabajo he pasado unos días en Estocolmo, pasando frío como si fuera noviembre; pero descubriendo una ciudad muy bonita, limpia, bien organizada y con una vida nocturna mucho más movida de lo que me había imaginado. Nada más aterrizar en el aeropuerto de Arlanda, las referencias cinematográficas me asaltaron. Colgando del techo, grandes fotos de personajes suecos conocidos reciben a los viajeros y entre ellos, cómo no, Ingmar Bergman, Ingrid Bergman y la divina: Greta Garbo.

Ya en el tren rápido que conecta el aeropuerto con la estación central de Estocolmo, las pantallas de los vagones anuncian que ilustres nativos como la actriz Pernilla August darán la bienvenida por megafonía en la estación. Reconozco que no escuché ningún mensaje; pero me pareció una buena idea. ¿Os imagináis que Javier Bardem diera la bienvenida a Madrid a los recién llegados a Atocha, por ejemplo?

El único día que tuve un rato libre para escaparme, me hice con una guía, supuestamente actualizada, en la que entre otras curiosidades, indicaba los almacenes en los que trabajó Greta Gustafsson antes de que Mauritz Stiller la descubriera y la convirtiera en Greta Garbo. En el subsuelo del edificio, había, según la guía, un museo dedicado a la Garbo. Como casualmente pasaba por la zona, porque los almacenes PUB se encuentran justo enfrente del Palacio de Conciertos (Konserhuset) donde anualmente se entregan los Premios Nobel, entré a curiosear. Allí no había nada. Aunque lo hubo hace tiempo, según me indicaron; pero ahora el departamento de ropa deportiva había reemplazado a la habitación-museo de la Garbo. Pobre Garbo, el tiempo no perdona, ni siquiera a los mitos.

Ya cuando regresaba hacia mi hotel, por la céntrica y comercial Kungsgatan, un cartel conocido llamó mi atención. Era el póster deRec, la película de Jaume Balagueró y Paco Plaza que está ‘haciendo las suecias’ y comparte cartelera con las superproducciones americanas. Con esa foto os dejo. Hasta mañana.

6 comentarios

  1. Dice ser Viajes

    QUe envidia, a mi me gustaria conocer estocolmo!!!

    19 mayo 2008 | 01:47

  2. Dice ser Storm

    Qué buena pinta. Me apunto a conocer Estocolmo. ¿Es muy caro? ¿Están tan buenas las suecas como creo? Ya sé que esto no es un blog de viajes, pero… ya que te pones.

    19 mayo 2008 | 18:37

  3. Dice ser Alberto Q.

    Una ciudad que me apunto para visitar en el futuro. Uno se siente siempre realizado descubriendo nuevos lugares y viajando por Europa (y si la ciudad está relacionada con el mundo del cine, mejor).Saludos!!!

    19 mayo 2008 | 21:19

  4. Dice ser Lola

    Dame un whisky con gaseosa al lado y no seas tacaño.

    20 mayo 2008 | 13:18

  5. Dice ser xavier

    De la comedia romántica al western, del dramón más lacrimógeno al suspense y al thriller más enrevesado, no hubo género que se le resistiera y en el que encajase como un guante a lo largo de seis décadas en la profesión.Incluso el de la animación, ya que en 1991 puso voz a uno de los personajes de Fievel va al Oeste , su último papel en el cine.Pieza indispensable en las trayectorias de directores clave como Alfred Hitchcock, Frank Capra, John Ford o Anthony Mann, «Jimmy», como se le conoce cariñosamente en EEUU, brilló sobremanera en El bazar de las sorpresas (1940), de Ernst Lubitsch; Historias de Filadelfia (1940), de George Cukor, y Anatomía de un asesinato (1959), de Otto Preminger.Candidato al OscarTres piezas luminosas del cine en blanco y negro. Por la segunda incluso la Academia le concedió el Óscar al mejor actor, gracias al papel de Macaulay Connor, el dicharachero escritor que se enamora de Tracy Lord, personaje interpretado por una irresistible Katharine Hepburn.Para entonces ya había sido candidato al Oscar por Caballero sin espada (1939), de Capra, y años después volvería a repetir candidatura por la inolvidable -y clásico de las televisiones en Navidad- ¡Qué bello es vivir! (1946), también de Capra; por El invisible Harvey (1950), de Henry Koster, y por el filme anteriormente mencionado de Preminger.»La película en sí misma no tiene nada de excepcional», escribió una vez el actor sobre ¡Qué bello es vivir! , que él mismo consideró su cinta preferida de entre las más de 80 que rodó.»Es simplemente sobre un tipo ordinario que descubre que vivir cada día de forma honorable, con fe en Dios y preocupándose por los demás, puede ser una vida maravillosa», indicó el intérprete.De joven, pasó de los teatros de Broadway a ser un terrible seductor y playboy junto a su amigo Henry Fonda tras llegar a la meca del cine a finales de la década de 1930.Pero poco después decidió alistarse en el Ejército y se convirtió en el primer gran actor en vestir un uniforme militar durante la II Guerra Mundial.Su participación en ella le alejó durante cuatro años de los platós, pero alcanzó el grado de Brigadier General en la fuerza aérea de EEUU y fue condecorado con la Medalla del Servicio del Aire, la Cruz de Vuelo Distinguido y la Cruz de Guerra francesa, entre otras.Compromiso políticoLa fogosidad con la que llegó a Hollywood se diluyó tras regresar del conflicto y conocer a Gloria, ex modelo con la que contrajo matrimonio a los 41 años y de quien no se separó hasta la muerte de ésta, a causa de un cáncer de pulmón, en 1994.En lo que nunca cesó fue en su activismo político. De sobra conocido fue su manifiesto apoyo al movimiento anticomunista de Hollywood a finales de la década de 1940, así como su respaldo a los presidentes estadounidenses Richard Nixon y Ronald Reagan.Con todo conseguido en su vida, recibió en 1985 el Óscar honorífico. Murió el 2 de julio de 1997, un día después del fallecimiento de otro ilustre de Hollywood, Robert Mitchum.»EEUU ha perdido hoy un tesoro nacional», dijo entonces el presidente del país, Bill Clinton.Pasados cien años de su nacimiento, el 20 de mayo de 1908 en Indiana (Pensilvania), y casi once desde que consiguiera sus alas, el cine recuerda a Stewart como el actor que supo plasmar a la perfección al tipo medio estadounidense y que recordó al espectador que cada vida, por mundana que pueda parecer, es única.

    20 mayo 2008 | 17:12

  6. Dice ser Diana

    Gracias Xavier por tu bonito y completo post dedicado a James Stewart. Para mí uno de los actores que mejor encarnó al hombre medio americano, con buenos sentimientos y cierto candor. Gracias.

    20 mayo 2008 | 20:58

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