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“Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia…” Roy (Rutger Hauer) ante Deckard (Harrison Ford) en Blade Runner.

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Sexo, carteles y censura en el cine (1)

Cartel pecaminoso de «Sin City: una dama por la que matar»

Lo más cutre no fue que la MPAA (Motion Pictures Association of America) de los EE.UU. censurase el poster de Sin City: Una dama por la que matar (Robert Rodríguez, Frank Miller, 2014). Todos sabemos que en el país en que las armas se venden como churros y el culto a la violencia es un deporte nacional la belleza física debe someterse a estrictos códigos so pena de prohibiciones o clasificaciones que condenan a las películas a circuitos minoritarios, que en la práctica significan la asfixia económica. Lo peor fue la justificación que dieron: “la curva del seno, la aréola y el pezón son visibles a través del tejido transparente”. ¡Madre mía, casi resulta más excitante la descripción que la fotografía de ese portento llamado Eva Green! La imaginación de los censores es aún más calenturienta que la de los ciudadanos, indefensos ante los siete males causados por la pornografía.

Es cierto que los diseñadores de posters cinematográficos demuestran una perversa habilidad para tratar de colársela a los guardianes de la moral y las buenas costumbres, que aquí, paciente lector, serán zaheridos una y otra vez hasta que me canse. En Francia, sin ir más lejos, país avanzado en libertades civiles –o eso hemos creído siempre- las gastan igual que en el resto del mundo, de nuestro mundo y del otro.

Está aún reciente la polémica provocada por el diario Libération con el cartel oficial de la próxima edición del Festival de Cannes, que se celebra del 17 al 28 de este mes . La cosa estaba entre chusca y borrosa. Yo confieso que no sé a qué carta quedarme. De un lado, los detalles del cambio entre el antes y el después de la fotografía de base eran mínimos. Total, se trataba seguramente de un “aggiornamento”, de Claudia Cardinale, que tenía 21 años en 1959, a la que se ha sometido a una mínima cura de adelgazamiento con fines de puesta al día, unos centímetros de cintura por aquí, un contorno de piernas por allá. Obsérvese que incluso se han modificado los cabellos. Bueno, en este caso quienes se rasgaron las vestiduras fueron los puristas de lo natural, los enemigos furibundos del Photoshop, los aguerridos partisanos de la arruga es bella y los/las feministas hipersensibles. ¡Han retocado a Claudia! Gritaron horrorizados. ¡Censura!

Fotografía original y cartel del 70 Festival de Cannes 2017

La propia Cardinale, bellezón de mujer y sabia entre tanto necio, vino a situar las cosas en su justo término: «quiero responder a la falsa polémica sobre el póster de Cannes y las consideraciones de algunos sobre los retoques de la imagen. No tengo comentarios respecto al trabajo artístico realizado sobre la foto. Se trata de un póster que, más que representarme a mí, representa una danza, un vuelo. La imagen ha sido retocada para destacar ese efecto de ligereza y transportarme hacia un personaje de sueño: es una sublimación. La preocupación por el realismo aquí no tiene sentido y, como feminista convencida, no veo ningún ataque al cuerpo de la mujer. Hay cosas mucho más importantes para debatir en este momento en el mundo. No nos olvidemos de que esto no es más que cine».

Dos fotografías más de la sesión, de autor no conocido

Dicho ésto, me parece que no tenemos “casus belli”, no hay para tanto ruido y tanta gárgara. ¡Con la de casos, para dar y tomar, que se suceden día no, día sí de agresiones auténticas a la libertad en general y en el territorio de la imagen en particular! Por seguir en Francia, con este ligero y jocoso repaso les ofrezco algunos «inocentes» carteles que a alguien parecieron subidos de tono, aunque a ustedes y a mí nos parezcan simplemente divertidos, en el entendido de que allí o en cualquier otro país la lista sería interminable si se pretendiera rigurosa.

El sexo, por supuesto, es el tema preferido para aplicar la tijera. Insinuaciones pecaminosas las justas, que nos enfadamos. Es el caso de la película Los infieles (2012) que presume de una ristra de realizadores: Jean Dujardin , Gilles Lellouche , Emmanuelle Bercot , Fred Cavayé , Michel Hazanavicius , Eric Lartigau , Alexandre Courtes. Una serie de variaciones sobre un tema procaz y divertido le pareció a las autoridades pertinentes extremadamente audaz, o una burla de la dignidad de la mujer, ya sabe, ese tipo de burdos eufemismos que suelen usarse para la ocasión. El lema del primer cartel no tenía desperdicio: “Esto se corta, estoy entrando en un túnel”. La polisemia, que es el enemigo a batir en la publicidad porque va preñada de las peores intenciones. Moralistas en acción, ¡al ataque!

Carteles de «Los infieles». Atención al primer eslógan: «Esto se corta, entro en un túnel»

Sobre obras maestras más antiguas también cayó en su momento la maldición del cartelista insolente: Querelle (1982) del combativo, polifacético y vanguardista alemán Rainer Werner Fassbinder, presentaba a Brad Davis apoyado en su mismidad de piedra y sosteniendo un cuchillo en posición equívoca. Y de El imperio de la pasión (1978) del japonés Nagisa Oshima no está claro si lo que les molestaba era la posición de las piernas o la analogía con el volcán. O más bien las dos cosas. ¡Que les corten la cabeza! hubiera gritado la reina de Alicia en el país de las maravillas.

El cuchillo de Brad Davis y los triángulos virtuosos de «El imperio de la pasión»

Más recientes: la guapísima Isabelle Pasco crucificada en el bellísimo poster de Ave María (Jacques Richard, 1984) se adelantó a la Gala Drag Queen del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria de este año, transmitida en directo por TVE y posteriormente eliminada de su sitio web en escandalosa, arbitraria y ridícula decisión. Los censores franceses debieron tomarse a la tremenda la leyenda sobre la cruz : “Diabólicamente suya…” y señalaron el camino para los puritanos de nuestra televisión pública.

Isabelle Pasco crucificada sin dolor

Y para terminar con este capítulo de fechorías, el cartel francés de la versión norteamericana de David Fincher, Millennium: Los hombres que no amaban a las mujeres (2011), que en España mostraba únicamente el rostro de los dos protagonistas, Daniel Craig y Rooney Mara, vio alterada la expresionista fotografía con una fecha de salida del filme que ocultaba un detalle nada banal en la definición psicológica del personaje femenino.

Cartel inicial y cartel readaptado de «Millenium: Los hombres que no amaban a las mujeres»

Otra vez los pezones en danza, esa pequeña porción de la anatomía femenina que trae por el camino de la amargura a los Torquemada de cada país. Y ya que estamos en España, les dejo una pequeña muestra de lo cutre que era la censura en tiempos del dictador, concretamente en 1969. Dejamos la tela para otro momento porque es mucha la que hay por cortar.

Con las delicias de la censura en España nos divertiremos otro día