Parece mentira, pero han pasado ya diez años del primer «Jaque a Polanco». Lo escribió un servidor, seguramente con excesiva rapidez (pues estaba recién salido del paro), en forma de libro/reportaje de poco o ningún éxito.
Aquí al lado he pegado la portada de aquel querido libro que tuvo la mala suerte (o la fortuna, ¿quien sabe?) de desagradar a las dos trincheras casi por igual. Apenas fue distribuido por la editorial y lo entiendo. Tuvo miedo. Y el miedo es libre.
La editorial «Temas de Hoy», del poderoso Grupo Planeta, inició la campaña de publicidad enviando una orden de inserción para un primer anuncio de pago que contenía una foto de la portada del «Jaque a Polanco«. La orden fue devuelta inmediatamente por el diario con una nota en la que rechazaba la publicación del anuncio de mi libro en El País.
El entonces responsable de «Temas de Hoy» me invitó a comer en un sitio fino, me contó lo ocurrido, me pagó lo convenido, como si se hubiera agotado, y me dijo que mi libro sería una especie de incunable clandestino. Sentí un extraño orgullo por haber engrosado las listas de un nuevo «indice».
Mi editor reconoció compungido que jamás, en toda su larga vida de editor, le habían prohibido la publicación del anuncio de un libro. Me convertí en pionero. Y eso que el libro era -al menos, eso pensaba yo al escribirlo- a favor de Polanco y en contra de Aznar.
La editorial no sabía qué hacer con tantos miles de ejemplares que temía anunciar y mucho más distribuir. Por eso, al cabo de una semana, apenas pude encontrarlo en las librerías. Como masoquista que soy, pregunté en varias librerías «Crisol» (propiedad e Polanco) y jamás pudieron darme noticia de mi libro.
¿Se habrá agotado tan pronto?, llegué a pensar, hinchado de vanidad, antes de conocer lo ocurrido con la prohibición de los anuncios en El País.
Antes de que tantos ejemplares fueran destruidos por la guillotina, pedí que me los enviaran a casa. Ocuparon medio sótano.
Los empleados y amigos de 20 minutos conocen muy bien mi pesada pasión por regalar esos libros, al igual que regalamos los ejemplares de nuestro diario. Los puse por cientos en la recepción de 20 minutos, en el Palacio de la Prensa de Madrid, y pronto se agotaron. Aún me quedan en el sótano unos pocos ejemplares de aquel incunable prohibido que pasó sin pena ni gloria.
Lo que más me sorprendió es que, bien o mal escrito, tratándose del tema que más miles de páginas había ocupado, sin ninguna duda, en El País y en El Mundo, en los últimos dos años, ningún diario español (a excepción de mi querido periódico «La Voz de Almería») hiciera jamás mención alguna de la existencia de este libro impreso, no anunciado y retirado convenientemente con destino a mi sótano. ¡Qué le vamos a hacer!
Mi maestro me felicitó por el trabajo y eso me llenó de satisfacción. Pero me advirtió que yo había pecado -a mi edad- de ingenuo. Le dije que no entendía la prohibición de la campaña de publicidad por parte de El País, teniendo en cuenta de que el saldo final del libro era favorable a Polanco. Me respondió como suelen hacer los maestros. Me dijo:
«Se te nota escaso fervor en el aplauso»
—
El País manda hoy a tres columnas con el segundo asalto del PP contra Polanco con este titular:
El PP promueve el boicot contra todos los medios del Grupo PRISA
Sumarios:
El partido de Rajoy exige a Jesús de Polanco una rectificación pública
La medida intenta coaccionar a «accionistas, anunciantes y clientes»
También anuncia en portada este editorial:
Ante el chantaje, el deber de informar
Para El Mundo este asunto es una «no noticia» y no lleva ni una línea en su portada, aunque le dedica un pequeño editorial y media página interior de información. Olvidé decir, quizás por innecesario, que la foto de Polanco con el dedo índice amenazador corresponde naturalmente a El Mundo.
El País le dedica un largo editorial y cinco páginas interiores de información.
—
—
—
En el lugar equivalente a la noticia de El País sobre el boicot del PP a Polanco, El Mundo lleva, arriba, de salida, con foto a todo color, a una columna, esta otra noticia blanda y bastante doméstica:
Ágatha Ruiz de la Prada: «Sólo puedes ser feliz si superas todos los complejos»
Y este sumario:
MODA: La sofitiscación vuelve a los armarios para vestir a una mujer nueva y poderosa
Hay otra desmesura en ambos diarios. El Mundo lleva arriba a toda pastilla este titular:
Los tres jueces dicen que había pruebas para condenar a Otegui pero que la Fiscalía lo impidió
El País despacha este asunto a una columna:
La absolución de Otegui desata un choque frontal entre fiscales y jueces de la Audiencia Nacional
Sumario:
El Gobierno ve defectos en la composición de la sala del Supremo que juzga a Batasuna
En lugar equivalente, El Mundo titula con mi admirado Fernando Savater, junto a su foto enun acto de protesta contra el Gobierno:
Savater denuncia la «negociación oculta» con ETA
Curiosamente, El País, diario en el que habitualmente publica sus artículos este filósofo, no da ni una línea de este acto en su portada. Su foto de primera -bonita, por cierto- es mucho más relajada: la natación sincronizada de nuestras heroínas Gemma y Paola.