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Posible sanción para el Feroz y Flor por planear «platós» cuando salgan

Yo no se de que se sorprende la organización del programa.

O sea, meten a un montón de gente con más callo en la tele que un minero en las manos y luego les sancionan por hacer lo que hacen.

Vayamos al tema: Julio «el Feroz» (amigo de Rafa Mora y que había salido, por ejemplo, en Becarios) tuvo una conversación con Flor en la que decía lo siguiente:

«Depende de lo que hagas aquí va a ser lo que tengas fuera, escúchame. No hay más, es matemático. Tú estás cobrando en todas las discotecas y en todos los platós, eso que la gente te diga misa pero tú estás  así (hace gesto de tener la mano abierta) y te ganas 100.000 o 200.000 en un año, cuando salgas de aquí, de puta madre, con 26 años no se lo gana nadie«.

O sea, que Julio estaba animando a Flor a hacer vete tú a saber qué, con tal de que se hable de ello y luego les interese a los programuchos que se nutren de GH y sacar pasta por ir a contar falsedades.

Ahora dice Telecinco que lo más probable es que les pongan una sanción por hacer planes para hacer platós, lo que viene a ser como sancionarles por no ser naturales, porque piensan que lo de su rollo es sólo para dar juego y ganar pasta fuera.

¿Qué pienso yo? Que el Feroz estaba intentando camelarse a Flor a ver si se deja copular. Ni más ni menos.

O sea, que metes a un león en una jaula con una cebra y luego castigas al león por comerse a la cebra. ¿De verdad pensaban cuando hacían en cásting que toda esa gente iba a ser natural cuando la mitad han trabajado en televisión o se codean con famosos?

En fin…

Más cosas. Patricia, ese chorro de voz, ha estado a punto de quemar vivos a sus compañeros de casa. Resulta que metió en la tostadora unos trozos de pan que parecían hogazas de grandes, y claro, a la hora de salir por las rendijas de la tostadora se quedaron atascados y comenzaron a arder. Toma seguridad. Lo peor es que la tía va y cuenta que le pasó otra vez con un microondas, que metió unas palomitas, estalló en llamas y ella salió por la puerta con el perro y sin mirar. Un Nobel para esta chica, por favor.

Además, dijo algo que a mi me mosqueó y es que llamó a su madre y le dijo que la iban a meter en la casa moderna. ¿Patricia sabía antes de entrar a GH que había una casa moderna y que ella iba allí?

Otra cosa que hemos averiguado: en la casa de GH no hay extintores. O eso dicen ellos.

Por otro lado, resulta que Dámaso sigue pensándose lo de su sexualidad. Ahora dice que lo mismo es gay, a secas y no bisexual como pensaba.

Y por su parte Boy color se ha dado cuenta de que su sitio es la casa friki, porque en la guay las pasa canutas. Por un lado, porque le roban la comida (ya ha montado varias broncas y eso que le pone su nombre hasta a los huevos) y luego porque con la prueba no le dejan dormir (unos van de caperucita o leñador y otros de lobo y tienen que dormir por turnos noche / día).

Por último, Chari, que es otra premio Nobel, dice que cuando fue a por la compra vio un ordenador y se fijó en la hora y que eran las siete menos veinte… y en realidad, amigos, eran las cuatro menos veinte…

El Feroz de ‘Gran Hermano’ ya está soltando ganchos

Ay, amigos, si es que se venía venir.

La amiga Chari, esa mujer de increíble rostro cambiante y alforjas delanteras, está siendo acosada contra las cuerdas del ring por el amigo Julio, llamado ‘El Feroz’ que no la deja sola ni a sol ni a sombra. La pobre muchacha no se puede tirar un pedo sin que el Feroz esté ahí para olerlo, cosa que, no nos engañemos, a la muchacha le agrada.

Serían una pareja maravillosa, compartiendo siempre el agua oxigenada: ella, para el pelo, y él, para las heridas del ring.

El boxeador es tan sutil a la hora de ligar como cortarse las uñas de los pies a la altura del sobaco. Y lo peor, el tío no duda en vender sus capacidades sexuales y hacer preguntas relacionadas con el fornicio. Eso sí, luego se pone tierno y dice que a Chari la respeta, que la van a cuidar entre todos…

En otro orden de cosas, en la casa Ken los maromillos comienzan a escaquearse un poco, mientras Anup los persigue insistiendo en que deben repartirse las tareas de la casa. Y lo hacen: Los maromos mantienen impoluto su cuerpo y Anup y Eduardo, el resto de la casa.

Atención a las risas que se echaron las peliteñidas de la casa Barbie a costa de la maleta de Jhota. Para mi que pensaron que era una coña del programa, porque no dudaron en ponerse las prendas del retroreguetonero (así lo escribo porque quiero, ahá, ahá) y vacilar cual raperos desahuciados.

Y es que Jhota llevaba gafas tipo Nanci repelente de mil colores, gorritos y gorras tipo chistera (por lo alto y porque parecen de chiste) y sudaderas con colores que podrían dejar ciego a un gato de escayola daltónico.

Amigos, alguien debería colarse en esas casas para anunciarles algo que no saben: CANTAN COMO EL CULO. En serio, la mitad de los que están dentro piensan que saben cantar, empezando por Dámaso, que no hace más que asesinar canciones de toda la vida. ¿Es que la Sgae no piensa hacer nada? No sé, me gustaría ver a seis tipos vestidos de negro entrando por el techo del salón mientras descienden de un helicóptero para secuestrarle.

Amigos, hemos descubierto que Julia tiene muchas cicatrices, la más cruel y desgarradora (una cicatriz desgarradora, que bonita imagen poética) fue el fruto de su peligroso y feroz encuentro con una ardilla. Malditos roedores…

Por otro lado, las chicas de la casa Barbie, que están viviendo una nueva adolescencia (veremos cuando se les acabe el maquillaje) comienzan a sospechar de Rubén y ya están haciendo cábalas sobre Rubén y su papel en la casa. Afortunadamente, si Sherlock Holmes las hubiera conocido se habría sacado los ojos y dedicado a la cría del escarabajo pelotero.