Cuando ayer empezó la gala de Gran Hermano 12, todo presagiaba que sería un tostón como para que a uno le entraran ganas de ponerse a leer los versos impares de la Biblia. Pero cuando los espectadores más mortales estábamos desesperanzados, cuando veíamos las sombras cirniéndose sobre nosotros, vimos en el cielo una señal.
Y exclamamos ¿Es un pájaro? ¿Es un avión? ¡No, es supergay! Sí, amigos, Dámaso, con su entrevista, salvó la gala. Pero no adelantemos acontecimientos.
Como el tema de Rubén y Chari está más explotado que los jeeps del Equipo A, comenzamos la gala viendo vídeos de los Totitos, esas formas de vida basadas en el sexo y las broncas.
El Nilo se desborda todos los años y los Ketepés se abroncan todas las semanas. El ciclo comienza tal que los fines de semana, luego, la inundación (en forma de gritos y pérdidas de respeto) y para los miércoles, las aguas se retiran y dejan a la vista el fértil lodo en el que los totitos se refrotan como gochos criados con viagra.
Al parecer, las patatas son un problema en la relación entre Marcelo y Laura. Ya tuvieron bronca por una patata que Marcelito culo grititos no quiso darle a Laura y ahora por unas patatas fritas que había hecho Dámaso. ¿Qué podemos deducir? Que las patatas son malas para el amor. Bueno, o eso, o que Marcelo y Laura son más tontos que ir a cagar al campo y cagarse fuera.
Por alguna razón inexplicable, Milá siguió en su línea de darle caña a la pobre Chelo (la madre de Laura) y siguió haciendo la pelota a la tía de Marcelo (alias la padrina). A ver cómo os resumo esto sin que nos entren ganas de ser lobotomizados… Bueno, pues que Laura se puso triste y dijo que se iba, pero claro no se fue, porque los parleños confían en ella como los escoceses lo hacían en William Wallace.
Creo que hasta la fecha, Rubén y Chari siempre le habían dado al tema del Bamboleo (bamboleaaaa) a oscuras, o con camisón de cuerpo entero y que al ver a Chari en Interviú Rubén se ha dado cuenta de que se ha estado acostando con otra persona. El caso es que según contaron en la gala, Chari fue a la habitación del hotel de Rubén y éste pasó de ella como de comer cagarrutas de cabra.
He llamado a la academia de Hollywood, para decirles que paren lo de los Óscar, porque hay que nominar a un nuevo muchacho para mejor actor: Marcelo. Sí, amigos, nominado por la película «Salgo al jardín a llorar porque mi Laura se ha ido a la sala de expulsiones». Qué papelón amigos.
La escena de Laura espatarrada en la pecera y Marcelo dejando el dedillo tonto rozándole el cíclope barbudo fue una de las cosas más escalofriantes que he visto.
Amigos, los habitantes de Fuenteovejuna se mantuvieron unidos y consiguieron reestablecer la ley del Rey en sus tierras, pero no lo consiguieron los de la Puebla de Almoradiel, que fueron derrotados ante las histéricas huestes del rey Carpeta.
Vamos, que se fue a la calle Dámaso. Las carpeteras cuentan con saldo ilimitado en el móvil, papá mediante y Dámaso se fue con el 74% de los votos, toma ya.
Después pudimos ver cómo Yago se ha pasado la semana poniendo a parir a Laura. Y pudimos ver que cuando Laura le dice lo más mínimo a Marcelo, éste salta como si le hubieran pillado el péndulo del amor una zarigüeya, pero cuando Yago le canta las cuarenta, baja la cabeza y se lo traga como un campeón.
¿Y por qué Yago ha puesto a parir a Laura? ¡¡Pues porque no la quiere en la final, porque sabe que podría ser la ganadora!!
Marta ha pasado una semana que no se la desearía ni a su peor enemigo, el celibato. Y es que le han dado los siete males y de bonus ha tenido un ataque de ansiedad que le llevó a patear la puerta de la pecera hasta hacerla añicos. ¡¡Anda!! Cuando el pobre Tato coceaba todos se metían con él…
Al parecer un equipo de ladrones de guante blanco se ha interesado en contratar a Marta, para que haga los agujeros de los butrones a patada limpia…
Y entonces Dámaso llegó al plató y salvó la situación. Veréis, una vez estuve en un concierto del Fary. Ver cómo la gente se volcaba con aquel artista me marcó y esa sensación he vuelto a tenerla con Dámaso.
Entró en el plató eufórico, y la gente contestó en la misma medida. Por lo pronto, todos sus ex compañeros se levantaron para saludarle, cosa que no ha pasado con ningún otro concursante. Eso dice mucho del chaval.
Luego, el que fuera la mano derecha de Dios, comenzó a sufrir posesiones. Por el cuerpo de Dámaso pasaron los espíritus de Boris Izaguirre, Rocío Jurado, Marianico el corto y hasta la Pantoja de Puerto Rico.
Pudimos ver cómo Dámaso salió del armario. Y amigos, salió a la carrera, como si fuera el Increíble Hulk de los gays o como el doctor Coplas y Mr Gay.
Dámaso reveló que le dijo lo de ser gay a Marcelo porque le gustaba. Entonces pusieron la cara de la tía de Marcelo y tenía una cara de asco que ni con una guindilla metida en el ojete, oiga.
A mi me da que Marcelito y familia son un poco homófobos… Porque Marcelo dejó de hablarle al Coplas cuando éste le confesó que era gay y desde el día del jacuzzi le ha nominado en todas las ocasiones.
Dámaso está más salido que el cabo de Hornos y se pasó la entrevista diciendo que esa misma noche se iba de juerga. Y de aperitivo, se llevó un piquito de Óscar que se lo dio porque detrás de la cámara debía haber un cámara con una escopeta amenazándole, porque muy por la labor no se le veía.
Milá, se me olvidó comentarlo, iba vestida como la hija descocada de la Familia Adams. Sólo le faltaban las hijas de Zapatero al lado para montar un garito gótico.
Las nominaciones fueron más cortas que mi nómina:
Laura nominó a Marta. Marta nominó a Marcelo. Marcelo nominó a Marta. Y Yago nominó a Laura.
CONCLUSIÓN: NOMINADOS MARCELO, LAURA Y MARTA.
¡¡¡Como me gustaría que se fuera uno de los totitos!!! A ser posible Marcelo, ¡¡Con sus pedos a otra parte!!
Y se acabó lo que se daba, amados lectores.