La representación en las series de televisión del problema social de la violencia contra las mujeres es un tema pendiente.
De las ficciones actuales la que mejor lo ha reflejado es Big Little Lies. La trama de Nicole Kidman y su malsano matrimonio puso de relieve de una manera sutil e inteligente la dificultad para escapar de la violencia doméstica, la vergüenza tratando de ocultarla, las mil excusas para negarla (es buen padre, me quiere a pesar de todo) y la repercusión en los hijos.
Big Little Lies apostó por visibilizar un tema que tiene una repercusión social escandalosa pero que, incluso con cifras inconcebibles de asesinatos de mujeres, se sigue considerando de segunda. Lee el resto de la entrada »
Desde que Carrie Bradshaw irrumpió en nuestras pantallas con su colección de manolos y sus «brunch», donde hablaba sin tapujos de sexo con sus amigas, ha pasado la friolera de dieciséis años. Aunque Sex and the City (HBO, 1998) supuso una revolución al tocar temas como la masturbación, el sexo anal, los tríos, el lesbianismo, el fetichismo de pies e, incluso, la lluvia dorada, lo cierto es que en la serie seguía subyaciendo una idea arcaica y algo machista: sin un hombre la vida es triste, aunque te lo pases de muerte sorbiendo cosmopolitans.