Para los que todavía no la conozcáis, Skam es una webserie noruega que, debido a su forma de retratar a la juventud y su especial formato —escenas en píldoras que se emitían a la misma hora que aparecían en la serie y su capacidad para conectar con su target a través de Instagram o Facebook—, se convirtió en un fenómeno viral.
Debido al éxito, los remakes de los distintos países adaptando la historia de Eva, Nora, Vilde, Sana y Chris no han tardado en hacer su aparición.
En el caso de Skam España (Movistar +), la adaptación ha sido un auténtico fiasco. Pese a haber mantenido la historia original de la relación entre Eva y Jonas (Jorge en la versión patria) y la amistad de las cinco chicas, los guionistas han eliminado todo el subtexto y las tramas secundarias que dotaban de una mirada compleja al proceso de transición hacia la madurez.
Lo más sangrante de Skam España es que ha despojado a los personajes de cualquier rasgo atractivo o profundo.
Una de las cualidades de la Skam original es que, tras las líneas argumentales de rollos y fiestas, había seres humanos que se debatían en su viaje hacia la madurez, que reflexionaban y hablaban entre ellos, que tenían dudas y problemas diversos en sus respectivos hogares.
Aunque podías reconocer los rasgos más naïf y alocados de la juventud, también observabas sus conflictos internos más allá de su careta social.
Y justo ese aspecto es lo que ha eliminado la versión española, dejando un guion que solo parece interesado en mostrar lo superficial y no en ser fiel a esa profundidad que ha hecho grande a la ficción de la que parte.
Personajes planos y sin gracia
Los personajes de Skam España son completamente irritantes en su sosería, planos y sin gracia. Yo, que me acuerdo perfectamente de mis correrías a los 15 o 16 años, jamás los hubiera tenido por amigos (qué mortífero aburrimiento), porque los verdaderos jóvenes no solo se interesan por quién se enrolla con quién.
La adolescencia y primera juventud es un periodo especialmente turbulento donde se plantea el futuro, la identidad, donde se cuestionan las normas y se pone en entredicho lo que han intentado inculcarles.
La juventud que Skam España presenta carece de veracidad y, en consecuencia, da como resultado una serie fallida, que ni en el texto ni en la forma (la original está rodada con mucha más sensibilidad) se parece a su hermana mayor.
Si queréis ver una buena serie teen es mejor que vayáis directamente al título principal. Incluso si tenéis hijos de esa edad o servirá para reflexionar con ellos sobre problemáticas que pueden afectarles como la búsqueda de la identidad sexual, el acoso escolar, los celos o las peleas con los amigos.
De hecho, para crear Skam, Julie Andem entrevistó a un gran número de jóvenes noruegos para que hablaran de sus vidas e inquietudes y, así, construir una serie veraz.
Skam España no consigue este objetivo y queda como uno de los estrenos más decepcionantes de la temporada. Una lástima.