El otro día comentaba que estaba harta de series con hombres violentos protagonistas y de la perpetuación de valores como la ambición o el poder en un artículo que desató la airada respuesta de gente que no quiso entender de lo que hablaba.
Pues bien, en esta línea he estado viendo esta semana una serie belga maravillosa: Tytgat Chocolat (Team Chocolate es el título en el catálogo de Netflix), ganadora de Prix Europa 2017 a mejor serie que, además, ha sido un gran éxito en su país y en los festivales donde se ha presentado.
Team Chocolate es la historia de una empresa artesana de trufas que, para el empaquetado, contrata a gente con minusvalías psíquicas con el fin de contribuir a la integración en un mercado laboral hostil.
Pero la historia no acaba ahí. El protagonista, Jasper (Jelle Palmaerts), un chico con síndrome de Down que empieza a trabajar en la empresa, se enamora de Tina, otra de las trabajadoras en una de las historias de amor más bonitas y verdaderas que he visto la televisión.
La chica es una inmigrante ilegal y, tras ser deportada a Kosovo, Jasper y algunos de sus compañeros inician una road movie muy particular cruzando Europa para que la pareja se reúna.
Lo interesante de esta ficción, aparte de la sensibilidad con que está escrita —donde no falta el sentido del humor que la hace muy amena— es demostrarnos que en una buena serie no tiene por qué haber violencia o giros que pongan en riesgo la vida de los protagonistas.
Team Chocolate habla de que en el mundo hay gente amable dispuesta a ayudar, del valor de la amistad, de la inclusión social de grupos marginados por el mercado laboral y de la importancia de contribuir al bienestar social sin los beneficios empresariales como meta prioritaria.
Sus protagonistas, desde Roman Tytgat, el dueño de la empresa, hasta Jasper, que ama la música y detesta la violencia, son ejemplos de civismo y humanidad, y sus historias, sin caer en la sensiblería, ya que también se plasman los defectos y la heterogeneidad de conductas dentro del amplio colectivo de las minusvalías psíquicas, consiguen emocionarnos desde la sonrisa.
La mayoría de los protagonistas son actores que pertenecen a la compañía teatral STAP, integrada por personas con síndrome de Down. De hecho, la idea de la serie se forjó cuando el director de la serie Filip Lenaerts visitó el teatro y, entre él y Marc Bryssinck, el director de la compañía, escribieron la historia con el fin de visibilizar a este colectivo.
Para todos los que pensáis como yo que la televisión puede y debe transmitir otros modelos de comportamiento y estilos de vida, Team Chocolate es una pequeña joya de siete episodios que no debéis dejar pasar.
No ha tenido tanta promoción como la fallida Altered Carbon ni la repercusión mediática de Por 13 razones, pero por sus valores, simpatía, sensibilidad e interpretaciones es una de esas series que ocupan un lugar muy especial en nuestro recuerdo al acabar de verla.
Nota en Mis Puntuaciones
Ya sabéis que he escrito un par de libros que esperan ansiosos que les echéis un ojo. Las series de mi vida, donde hablo de ficciones como The Wire, Los Soprano, Mad Men, Breaking Bad y otras joyas que quizás queráis descubrir.