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-No deberías llevar esa ropa. -¿Por qué? Sólo es una blusa y una falda. -Entonces no deberías llevar ese cuerpo. 'Fuego en el cuerpo', de Lawrence Kasdan

Carole Lombard, una estrella que hoy hubiera hecho cien años

Reconozco que tengo debilidad por las grandes estrellas de los años 30 y 40. El tipo de películas que hicieron, la personalidad que muchas veces tenían y otras, los estudios les construían, hacían de ellas artistas únicas. Una de ellas, una de las más bellas, elegantes y trágicas (por su inesperado final) era Carole Lombard, que nació tal día como hoy hace cien años en la Fort Wayne, Indiana.

Reina indiscutible de la comedia de los años 30, junto con Myrna Loy, Carole Lombard es recordada sobre todo, por su trabajo en la genial e hilarante ‘To be or not to be’ (‘Ser o no ser’, 1941), de Ernest Lubitsch, una película, que al contrario de otras de la época, sí ha conseguido vencer los prejuicios de los directivos de las cadenas y ha sido emitida por televisión en distintos ciclos y homenajes. El comienzo de la guerra retrasó su estreno en EE UU y Lombard no vivió lo suficiente para verla en los cines.

Fallecida a la edad de 33 años en un accidente de avión, que según cuentan, estuvo a punto de no coger por la reticencia de su madre, que tenía un mal presentimiento (también murió con ella), Lombard probó los melodramas (‘Ahora y siempre’, junto con Gary Cooper) , los musicales (‘Bolero’, con George Raft) y la comedia, donde destacó por su inteligencia, belleza y algún punto de excentricidad. A este género pertenecen, por ejemplo, ‘Candidata a millonaria’, ‘Al servicio de las damas’ y ‘La reina de Nueva York’.

Por cierto, a pesar de su aire sofisticado, el director Mitchell Leisen la llamaba «el ángel profano», porque «parecía un ángel, pero maldecía como un marinero«.

En su corta vida tuvo tiempo de casarse dos veces con dos actores míticos y tan famosos como ella en su época: William Powell, con quien trabajó en varias películas y al que siempre le unió una gran amistad, y con Clark Gable, con quien estaba casada cuando murió. A pesar de las infidelidades del actor, que debieron de ser habituales durante los tres años que estuvieron casados, siempre se declararon muy enamorados el uno del otro, y cuando falleció Gable se hundió en una depresión de la que tardó años en recuperarse.

Como curiosidad para los mitómanos, hoy día su casa natal en Fort Wayne se ha convertido en un coqueto bed and breakfast.

4 comentarios

  1. Dice ser Lola

    Hola!Me encanta ver a Lombard en Al servicio de las Damas, y en Ser o no Ser, ciertamente era una actriz de comedia muy buena, una lástima que muriera tan joven. Hace años vi una película que narraba la historia de amor entre ella y Gable, creo que se titulaba en España: Los ídolos también aman.Un saludo y buena semana!

    06 octubre 2008 | 10:14

  2. Dice ser Hoteles Vitoria

    pobre mujer..con clark gable seguro que fué infinitamente feliz.

    06 octubre 2008 | 15:25

  3. Dice ser pgarcia

    No siento tanta predileccion, como tu, por el cine de antaño, sin efectos. Pero reconozco, que como en todo, aquel hollywood dorado, el de los pigmentos, fue fundamental para llegar al cine actual, el de los bits. No conocia a la susodicha. Caguen! Me vas a hacer ir al video club a desempolvar material!Un saludo!

    07 octubre 2008 | 07:43

  4. Dice ser javier

    HolaComparto tu admiración por Carole Lombard. Su expresión al final de Ser o no ser cuando dice que su marido (un Jack Benny genial al que ya sabemos que va a volver a engañar) va interpretar Hamlet, su papel preferido, es una mezcla de candidez y malicia realmente irresistible. Es verdad que Lubitsch era mucho Lubitsch pero Carole también puso lo suyo.SaludosJavier

    07 octubre 2008 | 17:01

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