Se nos ve el plumero Se nos ve el plumero

"La libertad produce monstruos, pero la falta de libertad produce infinitamente más monstruos"

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¿Quién juzgará a Bush?

EDITORIAL de El País

Sima de vergüenza

05/01/2007

Las informaciones son tan escalofriantes como vergonzosas. Los testimonios de miembros del FBI que asistieron a las torturas infligidas por miembros de la CIA y otros cuerpos de seguridad a sospechosos de terrorismo islamista en el campo de prisioneros en la base de Guantánamo en la isla de Cuba proporcionan al mundo un protocolo fehaciente del horror, la humillación y la degradación generados por un concepto de la guerra contra el terror auspiciado por el presidente Bush tras el 11-S. Por desgracia los testimonios ahora hechos públicos son tan coincidentes que carece de sentido, por mucho que se quisiera, poner en duda no ya su verosimilitud, sino su veracidad.

Es un hecho que en nombre de la lucha contra el terror y por la libertad las autoridades democráticas de EE UU han inducido cuando no ordenado a funcionarios suyos a actos de tortura y depravación como sólo se suelen considerar posibles bajo las peores y más inhumanas dictaduras. Las vejaciones y torturas, como la vesania desplegada por sus artífices, son incalificables. Y el daño hecho a las víctimas es sólo comparable al infligido al prestigio y la dignidad del Gobierno de EE UU y de la democracia en general, que ve como sus enemigos pueden con razón acusarla de prácticas propias de las más oscuras dictaduras.

No puede servir de consuelo el hecho de que haya sido una organización americana de derechos civiles y el vigor de las instituciones de Washington los que han forzado a centenares de miembros del FBI a testimoniar y documentar estas atrocidades, y que ahora han conseguido la publicación de tan demoledoras informaciones. Ha sido la American Civil Liberties Union (ACLU) la que con su denuncia ha logrado una desclasificación de documentos que habrá de tener consecuencias drásticas para los responsables de que las celdas y los pasillos de Guantánamo se hayan convertido en cámaras de tortura. Pero también para aquellos que, como cada vez es más evidente, auspiciaron y animaron a ejercer semejante trato a los prisioneros en aquel campo de la vergüenza.

La guerra contra el terrorismo, lanzada en su día por Bush tras la agresión de Al Qaeda, ha dejado un largo reguero de víctimas que comenzó en Nueva York y sigue por muchos rincones del globo, incluido Irak. Pero si las sociedades democráticas, empezando por la norteamericana, quieren que no queden también por el camino los principios innegociables de respeto a la dignidad de la persona y a la vida en libertad, estos otros crímenes no deben quedar impunes.

FIN

Artículo de Millás en la última de El País

Película

JUAN JOSÉ MILLÁS

05/01/2007

Sadam Husein fue ejecutado mientras George Bush dormía, de modo que el cuerpo del sátrapa (todos sus esfínteres a punto de reventar) cayó dentro del sueño del presidente de EE UU con la violencia de un cadáver arrojado desde el séptimo piso. Cuando Bush despertó tenía en la conciencia un despojo largamente anhelado, lo que quizá le produjo la deflación característica del apetito satisfecho, o quizá no, nunca se sabe. El asesino murió en la horca, un artefacto mecánico de dos pisos que evocan la división entre el mundo consciente e inconsciente. Cuando se abre la trampilla, el reo se precipita con todas sus vísceras al cajón del subconsciente, donde, ya muerto, se mea, se caga y, según algunos, eyacula.

No queremos ni imaginarnos cómo estará el subconsciente de Bush estos días de enero. Tanta pasión puesta en la llegada de ese instante para que al final dé la impresión de que el malo era él. No sería raro que al contemplar el vídeo se haya visto a sí mismo colgando de la soga. ¿Pero por qué no le quitaron el abrigo sabiendo que tengo uno parecido? ¿Y por qué esa insistencia de la prensa libre en recordar que los crímenes por los que hemos acabado con él son calderilla comparados con los que cometió cuando éramos sus cómplices? ¿Las mentiras masivas, los soldados rotos, los civiles muertos, torturados o troceados sólo han servido para que todo se resuelva en un ruido de vértebras quebradas que en los primeros instantes ni siquiera sabía si eran las suyas o las mías? ¿Quién grabó esas imágenes tremendas? ¿Quién ordenó su difusión?

¿Y por qué los servicios secretos no nos advirtieron de que al borde mismo de la muerte podría actuar como un personaje de John Wayne, exigiendo a sus verdugos que se portaran como hombres? ¿Pero quién era aquí el vaquero aguerrido, el sheriff justiciero, la pistola más rápida del Oeste? Laura todavía asegura que yo, pero en voz baja, si he de decirlo todo. ¿Por qué le permitieron esa serenidad, esas últimas frases? ¿Por qué no imploró clemencia ni gimoteó como un marica, que era lo previsto en el guión que me pasaron a la firma? ¿Quién da las órdenes aquí, quién manda? ¿Quién dirigía esta película? ¿O acaso no era una película?

FIN

De las portadas de hoy me llama la atención el «collage» realizado por El Mundo con ETA, Zapatero y la promoción del SMS de un sindicato policial para unir todas esas informaciones bajo este cintillo común (en mayúsculas) a toda página:

ETA VUELVE A ESTROPEAR EL MENSAJE PACIFISTA AL QUE SE AFERRA ZAPATERO

¿Es éste un titular de información o de opinión?

Volver a estropear

Mensaje pacifista

Se aferra

Son expresiones que guardo por si algún día, de mayor, tengo que enseñar lo que no es periodismo.

A esa portada sólo le faltaban las víctimas del PP de Alcaraz que han conseguido, con gran éxito, la desunión de los demócratas en la lucha contra ETA. Tampoco le hubiera venido mal a esa portada este dibujo filosófico que El Roto publica hoy en El País.

A propósito de la pendiente conspiranoica por la que se deslizó la extrema derecha del PP , cuando perdió el Poder en las urnas, El País dedica hoy un editorial a la empanada mental de quienes, de manera miserable y torticera, todavía ligan a ETA con el 11-M y con el fenecido proceso de paz.

EDITORIAL de El País

‘Yihadistas’ en España

05/01/2007

Los cinco islamistas detenidos en España hace dos días se suman a los más de 300 supuestamente relacionados con actividades terroristas que lo han sido desde fines de los años noventa, en su mayoría con posterioridad al 11-M. Los detenidos están acusados de colaborar con tres de los implicados en aquel atentado, incluido el argelino Daoud Ouhnane, imputado en el sumario como participante directo en la matanza. A uno de los detenidos se le acusa de ser el enlace en España de Ouhnane, a quien se sitúa en Irak pero entre cuyas misiones figura la de preparar nuevos atentados en nuestro país, según la investigación.

Estas detenciones, menos de un mes después de las de 11 vecinos de Ceuta acusados de confabulación para cometer atentados, indican que el peligro terrorista islamista sigue presente y que la policía trata de adelantarse a una eventual entrada en acción de los núcleos de activistas potenciales. Una preocupación prioritaria de la policía es ahora el control de los aspirantes a terroristas reclutados por la red de Al Zarqaui (muerto en junio pasado) en España y que tras recibir instrucción en Irak están volviendo a nuestro país. España ha facilitado el 10% de los nombres de una lista de 200 potenciales terroristas islamistas puesta en común por los principales países de la UE con el fin de vigilar sus movimientos por Europa. Se trata en su mayoría de personas que llevan vida normal y que no pueden ser detenidas dado que no han cometido delitos en España y no hay pruebas de sus actividades en Irak.

El 90% de los atentados suicidas (más de 500 desde el final de la guerra) producidos en Irak ha sido realizado por activistas extranjeros, algunos de ellos captados en España. Tres de los cinco detenidos esta semana están acusados de haber tenido contactos con Mohamed Alfalah, cuyas huellas fueron identificadas en los escenarios en que se preparó el 11-M y que tras huir a Irak murió en uno de esos atentados suicidas.

Se va así completando el cuadro de personas implicadas en el 11-M, incluidos los 12 autores materiales, de los que siete se suicidaron en Leganés, tres están en prisión, uno murió en Irak y otro se supone que sigue en ese país. A la vista de tal cuadro, resulta cada día más estrambótico el empeño de algunas personas por seguir sembrando dudas sobre los verdaderos autores del 11-M. Todavía estos días se han visto en concentraciones contra el atentado de ETA en Barajas pancartas que reclamaban «queremos saber la verdad». Esta obsesión, de la que el PP parece querer desengancharse sin decirlo, se ha convertido en un obstáculo para la participación unitaria en movilizaciones contra ETA. Unidad que en estos momentos -la Ertzaintza descubrió ayer en Vizcaya un coche con 100 kilos de explosivos dispuestos para ser detonados- es más necesaria que nunca.

FIN

Hay un rayo de luz en la portada de El País. Tal como están las cosas, no debe sorprendernos que ilustren la primera página con una foto-noticia balsámica: Acebes y Rubalcaba juntos. ¡Válgame dios!

Y este es el titular que nos traen hoy los Reyes Magos:

El adiós a Carlos Palate reúne a Rubalcaba y Acebes

Aquí pasa algo.

¡Felices Reyes!

«Zapatero» manda en El Pais; «al menos seis etarras», el El Mundo

Muy mal acabamos el año pasado y no veo muchas razones para pensar que el nuevo año comienza mejor. El Roto me lo confirma hoy con su dibujo filosófico.

¡Qué uvas tan raras me tomé este fin de año! Ha sido una de las peores despedidas del año que recuerdo. ETA y Sadam se me atragantaban con cada uva y con cada trago de sidra.

Y hoy volvemos a comparar las portadas de los diarios como si nada hubiera ocurrido en la caja fuerte donde cada uno de ellos guarda sus intereses corporativos.

Predojota/Cope/PP/AVT siguen erre que erre, envalentonados por el más pueril y odioso «chincha-rabia-chincha-rabia» o el «I told you so»ya te lo dije«).

Sadam desaparece de la portada de El Mundo (no de la de El País) y es sustituido por el reportaje-ficción «Ante el juicio del 11-M» al que dedica cinco páginas interiores.

Copio y pego los editoriales de ambos diarios:

Interesante análisis de Ruiz Soroa en El País:

Ducha escocesa

JOSÉ MARÍA RUIZ SOROA

02/01/2007

Hay una hipocresía generalizada en quienes, desde la política gubernamental y sus aledaños, fingen sorpresa y conmoción por la bomba y los muertos de Barajas. Porque saben perfectamente que un proceso político para terminar con la violencia terrorista como el emprendido hace nueve meses es, precisamente, esto: un camino en el que hay momentos de terrorismo que, aunque al público le resulten salvajes, son absolutamente predecibles desde la lógica de la negociación. ¿O es que conocen ustedes algún género de negociación en el que las partes renuncien a usar sus bazas y jugar sus cartas? En este sentido, el primer reproche que debe dirigirse al Gobierno es el de no haber preparado adecuadamente a la opinión pública para momentos como éste, haber cedido a la tentación de rentabilizar a corto plazo el proceso propalando una visión optimista carente de todo fundamento («llevamos tres años sin muertos», «este nuevo año irá mejor todavía», etcétera) sin advertir claramente: habrá muertos y bombas, pasaremos momentos negros, se desesperarán ustedes, conciudadanos.

Y, como no ha preparado a la opinión, tampoco ha preparado la absorción de la noticia y su procesamiento simbólico. Si algo ha echado en falta el ciudadano español en este caso, estoy seguro, son los rituales sociales que desde hace años nos permitían hacer el duelo de los atentados, unos rituales que no por repetidos dejaban de cumplir su función: la de reasegurar la cohesión social ante ataques salvajes, la de hacer que la ciudadanía fuera visible ante sí misma. En este caso, desgraciadamente, tanto el discurso como las actuaciones públicas han transmitido desconcierto, desunión, vacío, frialdad, desorientación. Una sensación penosa de que no se dice con claridad lo que se quiere decir, o de que no se sabe qué decir.

Veamos, lo que están haciendo los terroristas es tantear los límites del proceso, están comprobando hasta dónde aguanta en la práctica. Si ETA no ha avisado previamente del fin del alto el fuego («como en un ejercicio de subliminal sometimiento a las reglas del contrario», exclamaba quejoso el ministro Pérez Rubalcaba) es porque no ha roto el alto el fuego desde su punto de vista. Casi con toda seguridad, el próximo comunicado nos dirá que mantienen el alto el fuego, que esto ha sido sólo un aviso, una llamada de atención a un Gobierno que no hace sus deberes. Que no se han levantado de la mesa, sino que sólo han dado un puñetazo en el tablero. Es su forma de ver las cosas, y es inútil lamentarse por ello. Si vieran el mundo como nosotros, no sería necesario proceso alguno para hacerlos desaparecer, ellos mismos se disolverían.

Lo que exige el tiempo presente es más análisis y menos aspavientos, así que pongámonos a ello. Lo primero el pasado, examinar qué se ha hecho tan mal como para conducirnos a este trance. Porque, desde luego, está muy bien eso de decir que sólo ETA es culpable de sus atentados y de la interrupción del alto el fuego, pero si nos creemos de verdad esa afirmación estaremos cegándonos para comprender lo sucedido. Es patente que no estaba previsto que el proceso llevara a un atentado mortal a los nueve meses de iniciado, luego algo se habrá hecho mal en su desarrollo para llegar a tan triste momento. ¿Qué? Cabe una primera explicación, la de que no se valoraran bien en un inicio las expectativas de los terroristas, la de que se aceptase sin suficiente fundamento la veracidad de la teoría de Anoeta, la de emprender sólo la vía política. Si así fuera, estaríamos ante una equivocación inicial de Eguiguren y compañía, que no parece muy probable, precisamente porque no explica nada: ¿qué ganaba ETA con engañar al Gobierno inicialmente? Más bien parece que ha sido durante el proceso cuando los terroristas han recrecido sus expectativas y han decidido forzar los límites iniciales del diseño, planteando demandas estrictamente políticas y apoyándolas con una violencia incremental. Ello puede deberse, sencillamente, a la tantas veces constatada inmadurez del conjunto de los etarras y la masa abertzale para salir de sus propios esquemas mentales, como señalaba Emilio Alfaro. Pero, en mi opinión, ha habido dos errores de bulto del Gobierno que han contribuido a generar la sensación de los terroristas de que podían dirigir el proceso. El primero y fundamental, el haber admitido en junio de 2006 un cambio de orden de agenda.

Por presión de Batasuna se admitió que el orden inicialmente establecido (primero la mesa de las armas, luego vendrá la política) se alterara para hacer simultáneas las dos mesas. Josu Jon Imaz, el gran descubrimiento para muchos en este proceso (y me incluyo), se lo advirtió, pero Zapatero no le escuchó y escenificó el cambio mediante la reunión más famosa del año. Ahora bien, lo peor del cambio no fue el aceptarlo por presión de la otra parte, que ya era serio, sino negarse a desarrollar sus consecuencias obvias. Porque era bastante evidente que si se ponían en paralelo las dos mesas era para conceder resultados políticos inmediatos a cambio del alto el fuego; pero el Gobierno se negó a ello. Simplificando: se cometió una contradicción de bulto al ceder por un lado, e intentar salvar los muebles por el otro, una contradicción que frustró a la otra parte, que comenzó a incrementar la presión violenta para obtener los avances políticos. Ante lo cual, el Gobierno incurrió en su segunda contradicción: se mantuvo firme en la negativa a dar pasos políticos, pero disimuló la existencia de violencia, miró para otro lado. Una contradicción frustrante para Batasuna y, sobre todo, desorientadora para los terroristas, a los que se proporcionaba al mismo tiempo signos de firmeza y de tolerancia. Aunque suene duro decirlo, el Gobierno ha desorientado a la contraparte con la que trataba, no ha emitido señales claras de su posición, y eso es fatal en todo proceso de negociación.

Sadam Husein se encontró con una guerra porque, entre otras razones, emitió señales confusas sobre si poseía o no armas de destrucción masiva. El Gobierno se ha encontrado con lo de Barajas porque, entre otras cosas, ha emitido mensajes contradictorios durante varios meses.

¿Y ahora, qué? El Gobierno está emitiendo, de nuevo, un doble mensaje que ETA va a captar probablemente distorsionado: no rompe el proceso, pero se reafirma en que con violencia no hay diálogo. Dicho en otros términos: no negocia, pero se declara en oferta permanente para seguir negociando en cuanto la otra parte abandone de nuevo la violencia. ¿Cómo leerán el mensaje, al que se suma el de otras fuerzas políticas (léase Ibarretxe, Errazti, etcétera) que, con un voluntarismo guiado sólo por su interés a corto plazo, preconizan «seguir con el proceso en todo caso»? El tiempo lo dirá, y lo dirá pronto, porque llegan momentos cargados de dilemas (elecciones, huelga de hambre de De Juana Chaos, etcétera). Pero parece que, en todo caso, persistirá la confusión, y ésta es siempre fuente de decisiones equivocadas. Lo decía Roger Bacon: es más fácil que la verdad surja del error que de la confusión.

¿Existía otro camino para el Gobierno? Probablemente no, a no ser que se estuviera dispuesto a entrar en un diálogo de futuro más que dudoso con una oposición popular muy arriscada. Aunque también es cierto que ello es fruto del virtuosismo solipsista de nuestro presidente, de su decisión de embarcarse solo en un proceso semejante. Lo que termina en una situación kafkiana, en la que los únicos aliados objetivos del Gobierno son sus contrincantes en el proceso, puesto que comparten con él un objetivo valioso, el de que salga bien. Es una victoria táctica importante para los terroristas; porque se ha creado una situación en la que el Gobierno sólo puede mantenella y no enmendalla, sencillamente porque está solo. Igual que nos sentimos los ciudadanos, solos. Si lo ven así, seguirán machacando a su contrincante con duchas escocesas, aunque lo hagan en la cara de todos los españoles.

FIN

Acabo de leer este comentario de nuestro Felipe Punto G. que copio y pego, especialmente porque aporta un enlace digno de recuerdo y reflexión:

«Buenos días y feliz año nuevo a todos.

En mi blog ofrezco una comparativa de lo que dijeron EL PAÍS, EL MUNDO y la oposición del PSOE al finalizar la tregua de 1998 con la situación actuál. El artículo es algo largo, pero creo que merece la pena.

El editorial de EL PAÍS era muy similar al del día 31. La posición del PSOE, inmaculada. Las manifestaciones se hacían contra ETA, no contra el gobierno (singularmente la de la AVT).

Las grandes diferencias aparecen al comparar lo que decía EL MUNDO antes y lo que dice ahora y lo que dice la actual oposición frente a lo que decía la oposición antes.

Un saludo.

Enlace:

lo dijo Felipe Punto G · 2 Enero 2007 | 10:02 AM

Gracias Felipe.

Y ya que vamos de recuerdos, El Mundo nos ofrece hoy uno muy oportuno, a través de la pluma de Tariq Alí, el pakistaní autor de «A la sombra del granado«.

Y para celebrar el año nuevo, me vuelven a llegar invitaciones para solicitar el «impeachment» del presidente Bush, seguramente el peor de la historia de los Estados Unidos

Ya llevamos dos escalones del 2007.

Ánimo para subir mañana el tercero.

11-M y Bin Laden, juntos en El Mundo
Montilla «consigue», Montilla «pacta»

Lo siento. Borré, sin querer, todo lo que tenía escrito para comentar estas portadas. Intentaré reconstruirlo después de cenar en casa.–

¡Vaya cola de hora y media ante la gasolinera de mi pueblo! Pero al fin tengo lleno el depósito y puedo cenar tranquilo. Casi he olvidado lo que había escrito de las portadas de hoy (o sea, de ayer).–

Lo que más me sorprendió esta mañana en el avión de Almería a Madrid fue este titular de El Mundo, a tres columnas:

La fiscal alega que el detonante del 11-M fue un mensaje de Bin Laden

(La azafata del avión me dio ambos diarios, gratis total. Si los dan gratis en el avión, ¿por qué no los dan gratis también en el tren, en el metro o en el autobús?)

Volví a releer el titular que juntaba 11-M y Ben Laden en la misma línea. (Yo escribo Ben Laden como en Benidorm, Benicasim, etc.)

¿Acaso Pedro Jota Ramírez ha entrado en razón y ha descartado la tesis del trío Pinocho (Aznar-Acebes-Zaplana) sobre la participación de ETA en el 11-M esgrimida “in extremis” para no perder las elecciones?

¿Podría tener este titular doble intención con relación a las alegaciones de la fiscal?

Desde luego, es raro encontrar una portada de El Mundo que lleve 11-M y Ben Laden, juntos, en el mismo titular y sin ETA por medio.

Pronto salí de dudas.

En la página 9, El Mundo salió al rescate galante de Aznar con este otro titular:

Al Qaeda amenazó a España antes y después de la guerra

Y en el faldón trata de sacar los colores a los tibios sucesores de Aznar con este titular:

Rajoy y Aguirre callan sobre el 11-M

Mi gozo en un pozo. O sea, que Pedro Jota sigue erre que erre con la teoría conspirativa de Aznar sobre ETA y el 11-M. Prueba de ello es que está poniendo toda la carne en el asador, aún a riesgo de perder la credibilidad acumulada en su versión on line elmundo.es bajo la dirección de Gumersindo Lafuente.

Hoy he comprendido mejor la sustitución de Sindo en la dirección editorial de elmundo.es (que, desde luego, ya no es lo que era).

Pedro Jota quería utilizar a tope toda su artillería digital para sostener la teoría conspirativa del ETA y el 11-M. Hasta septiembre pasado, había procurado no meter la cuchara en elmundo.es con sus teorías conspirativas. Pero, poco a poco, se le ha dio viendo el plumero

Lo ha demostrado hoy, una vez más. Ha colocado arriba, en rojo, como noticia urgente de su página de inicio, la decisión de la juez Gallego (del sector conservador de la judicatura) anulando la imputación que el juez Garzón (¿del sector progresista?) había dictado contra los peritos que, a mi juicio, sin venir cuento, intentaron relacionar a ETA con el 11-M a cuenta del ácido bórico o matacucarachas.

Muchos de los que seguían las noticias de última hora por elmundo.es de Sindo –y no podían ni leer la versión impresa- se va a llevar ahora más de una sorpresa con la nueva línea adoptada por Pedro Jota para su versión on line. Se van a ir quedando huérfanos de web. Especialmente, aquellos lectores que emigraron desde elpaís.es, cuando se hizo de pago, a elmundo.es.

Esta es la página de inicio que me encontré al llegar a la oficina.

El País dedica un dos por dos, abajo, al 11-M, con este titular:

La fiscalía pide 40.000 años de cárcel para los principales acusados del 11-M

Ambos diarios ilustran su portada con la foto de Sadam, condenado a la horca, y mandan por arriba, a dos columnas, con el pacto para gobernar Cataluña.

El País:

Montilla, Carod y Saura pactan un nuevo tripartito en Cataluña

El Mundo:

Montilla consigue su tripartito al nombrar a Carod vicepresidente

El País lleva también en primera esta noticia que no aparece en El Mundo:

Un alcalde del PP facilitó un “pelotazo” a los constructores que ayudaron a los tránsfugas del PSOE