Ayer me entero de que uno de las revelaciones de este año, el actor escocés Gerard Butler, ha resultado ser, además de un buen actor con una voz preciosa, un auténtico patoso. Él cuenta que durante el rodaje de ‘ P. S. I Love You’, película que se estrena mañana en EE UU, sufrió un pequeño accidente mientras preparaba una escena romántica con Hillary Swank, que acabó con Swank en el hospital recibiendo cuatro puntos de sutura. La historia en sí es una simple anécdota, pero me llama la atención la abundancia de anécdotas de este tipo que últimamente venden los actores mientras están de promoción. Uno dice que estuvo a punto de perder la vida rodando no sé qué, en no sé dónde; otros que los atacó un grupo de nativos que los confundieron con una patrulla de marines… las mejores historias del rodaje siempre se guardan para los días de promoción.

En cualquier caso, no digo que la historia de Butler sea falsa, solo digo que es, como siempre, muy oportuna. De Gerard Bulter leo últimamente muchas cosas. Se está convirtiendo en una estrella sin que aquí todavía nos hayamos dado cuenta.

Hasta que no apareció luciendo abductores en ‘300’ solo los muy cinéfilos se habían percatado de que Butler era el fantasma de ‘El fantasma de la Ópera’, de Joel Schumacher o el pretendiente de Angelina Jolie en ‘Lara Croft’.

Ahora no para y enlaza el estreno de un filme con el comienzo de otro. Ha terminado el rodaje de ‘RocknRolla’, a las órdenes de Guy Ritchie, y de ‘Nim´s Island’, con Jodie Foster. En 2008 le espera el rodaje de ‘Game’, con Kyra Sedgwick y Michael C. Hall y más adelante podría protagonizar la secuela de ‘Los Intocables de Eliot Ness: The Untouchebles: Capone Rising’, que Brian de Palma prepara con los escritores David Levien y Brian Koppelman. Además se baraja su nombre para protagonizar al nuevo Conan de John McTiernan.

Por cierto, la prensa británica da por cierta otra de las historias que circulan sobre Butler: que mucho antes de convertirse en el rey Leónidas fue un héroe en la vida real al salvar a un niño de morir ahogado, mientras rodaba la película Mrs Brown. Parece que la Royal Humane Society le concedió un diploma al valor por esa acción.