En 1990 y 1992, cuando Macaulay Culkin aún era un niñín hermoso y risueño, se estrenaron (respectivamente) Solo en casa y Solo en casa 2: perdido en Nueva York. Que ya sé que lo sabéis, pero por si hay alguien despistado o despistada yo recuerdo: se trataba, básicamente, de un niño que por azares de la vida se quedaba solo y se enfrentaba a dos ladrones inmortales, que podían recibir ladrillazos en la cara lanzados desde un octavo piso o provocar una explosión metiendo su cabeza en llamas en un váter de gasolina, y decir «Ay, qué daño». Super realista todo.

Total, que el chavalín este heredero de Satanás, Kevin, tenía la familia con mayor densidad demográfica del cine de la época pero, entre todos ellos, había uno muy particular: Buzz, que era el mayor y el abusón que le hacía bullying a sus propios hermanos porque la maldad les iba de familia, a esta gente.

Pues este era el mozuelo abusón: David Ratray quien, nacido en 1977, tenía 13 años en la primera de las pelis de Solo en casa. ¿Qué hizo después?

Bueno, pues la cosa es que es evidente que no es una superestrella internacional, pero estoy bastante segura de que en un sitio u otro lo habéis visto, porque es la suma perfecta para estar en nuestras vidas de manera discreta: eterno secundario + carne de tele. Un poco como Maude Flanders. Pero ha hecho cosas, e incluso ha ganado premios, mucho ojito. Lee el resto de la entrada »