Persecuciones, cárcel y centro psiquiátrico: así han sido los últimos años de Jake Lloyd, el pequeño Anakin

Que Hollywood es un niño caprichoso con afición a romper juguetes lo sabemos todos. Y Jake Lloyd, el pequeño Anakin Skywalker de La amenaza fantasma no es (para su desgracia) una excepción.

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Nacido en 1989, Jake había pasado -entre otras cosas- por la serie Urgencias y por la película Un padre en apuros, junto a Arnold Schwarzenegger, en el ’96. Y en el ’99 llegó la que debería haber sido su gran oportunidad. De hecho lo fue, pero era solo una oportunidad para el Jake niño: ser el genial Anakin Skywalker, nada menos que la versión infantil del futuro Darth Vader, en el regreso a la gran pantalla de la saga más amada de todos los tiempos (al menos hasta entonces). Sí, en el ’99 Jake fue Anakin en Star Wars episodio 1: La amenaza fantasma.

Dos años más tarde, protagonizó Madison junto a Jim Caviezel. Y la carrera cinematográfica de Jake tocó a su fin. ¿Qué le pasó?

Jake contó, años después, a diversos medios que «su papel en Star Wars arruinó su infancia y convirtió su vida en un infierno». La fama le trajo también problemas en el colegio, convirtiéndolo en burla de algunos de sus compañeros. Pero qué se puede esperar de unos niños de colegio, cuando la propia prensa lo apodó «Mannequin Skywalker», por su presunta actuación «estática, de madera». Demasiada presión para un niño de diez años.

Aunque no todo fue terrible en su vida, tras dejar la actuación: llevó una vida normal en Carmel, Indiana. Terminó sus estudios en el Carmel High School, trabajó en un Pac Sun de un centro comercial de la ciudad, se diplomó en dirección y edición y tiene un título de sociología y psicología por la Columbia College Chicago. Llevaba una vida normal.

Sin embargo, su nombre volvió a saltar a los medios en 2015 por tristes razones.

 

Según hizo público TMZ en 2015, jake había sido diagnosticado de esquizofrenia y tuvo un episodio violento con un mal desenlace en el mes de marzo de ese año. Tras negarse a tomar su medicación, atacó a su madre, Lisa, en el domicilio de ella al grito de «tú arruinaste mi vida», causándole algunos moratones en el brazo para después irse por donde había venido. Su madre no presentó cargos. Aunque todo esto no se hizo público hasta un incidente que tuvo lugar en junio de ese mismo año: Jake protagonizó una persecución policial que terminó en arresto.

Le arrestaron con cargos de conducción temeraria, conducción sin licencia y resistencia a la autoridad. Fue por ello encarcelado hasta que, en 2016, lo trasladaron a un hospital mental donde pudiera ser tratado apropiadamente de su esquizofrenia.

Las redes de Jake (tanto la página pública como su cuenta privada) llevan sin actividad, de hecho, desde el año 2015:

Vamos, que puedes estar quince años llevando una vida tranquila y perfectamente normal, que si eres un juguete roto ahí estará el mundo entero para tirarse a tu cuello en cuanto metas la pata. La trsite maldición de las estrellas infantiles… Espero, de verdad, que a este chico la vida le depare la tranquilidad que tanto busca. ¡Ánimo, Jake!

6 comentarios · Escribe aquí tu comentario

  1. Dice ser Nemigo

    vale que está enfermo, eso no es culpa suya

    17 diciembre 2017 | 12:18 pm

  2. Dice ser Kiwi

    «que si eres un juguete roto ahí estará el mundo entero para tirarse a tu cuello en cuanto metas la pata»

    Y ahí estás tú formando parte de los que revuelven su mierda y nos la ofrecen para disfrute del populacho.

    17 diciembre 2017 | 12:20 pm

  3. Dice ser Javito

    Pero si sufre de esquizofrenia, ¿a que viene toda la tontería del principio de que si Hollywood rompe juguetes y que si Jake Lloyd no es una excepción?

    Menuda mierda de artículos y articulista.

    17 diciembre 2017 | 4:05 pm

  4. Dice ser Yo soy la voz que clama en el desierto...

    La madre de Puigdemont: «No me llama, eso es que está haciendo cosas»

    Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/3214791/0/madre-puigdemont-no-llama-esta-haciendo-cosas/#xtor=AD-15&xts=467263

    No sólo es un mal hijo sino también un puto perraco como gobernante.

    Qué desgracia de hijo tiene usted, senyora.

    Amén!!!

    18 diciembre 2017 | 12:41 am

  5. Dice ser podrán leer la historia completa en este blog sólo si JuntxCat gana las proximas elecciones, si no ganan, a cascarla por tontines.

    La acción transcurre en una de las estancias privadas del palacio de la reina X,
    en el centro de la misma se haya un amplio sofá de lustroso cuero negro,
    Éste consiste en el único mobiliario de la espaciosa sala junto con un carrito plateado que luce tres bandejas repletas de instrumentos y utensilios para el uso erótico; vibradores de tamaños variados y de formas diversas, bolas chinas, pequeños recipientes de plástico que contienen cremas lubricantes, algunos de los cuales dejan entrever el ungüento aceitoso en su interior, alargadas pinzas metálicas, etc… En las paredes cuatro lámparas con aspecto de falo doble se yerguen como candelabros a cada lado iluminando el salón al igual que los tres o cuatro tubos fluorescentes en el alto techo, enteramente pintado de negro como un cielo nocturno, que acarician con una luz blanca y diáfana su sombra perenne. Las dos ventanas del cuarto permanecen siempre cerradas con gruesos portones de madera. Grandes lienzos abstractos de carácter obsceno cuelgan de las paredes de un color crema-pálido. El voluptuoso decorado resulta tan extravagante que el salón parece formar parte de una bizarra exposición cuyo objeto consiste en estimular de un modo turbio los instintos lúbricos del visitante. A pesar de esto, contrasta vivamente en aquel ambiente por su sórdida incoherencia la sección saliente que delimita en dos el muro detrás del sillón de cuero y que se haya enteramente empapelada con vulgares posters de mujeres desnudas retratadas de las formas más láscivas y sujerentes, algunas sujetando con ambas manos sus grandes pechos postizos mientras sus labios groseramente plastificados se esfuerzan sin éxito por desplegar su mejor sonrisa o besando sin convicción a su eventual observador con morros de aspecto simiesco, y por una multitud de fotografías pornográficas formando un extraño mural que no deja entrever espacios vacíos. Dos mujeres desnudas hacen su entrada en el salón por las alas abiertas de una gran puerta de roble que se haya frente al sofá, caminan despacio puesto que lo hacen a cuatro patas, ambas llevan ceñida a la garganta una argolla con un aro de metal atado a una correa de cuero que recuerda al collar de un caniche. Han recorrido de este modo un largo trecho debiendo cruzar por varios pabellones, gateando al subir, sin poder erguir el cuerpo puesto que no se permite a los subditos ni mucho menos a las esclavas infringir las costumbres de palacio, la imponente escalera alfombrada en forma de media luna del inmenso recibidor, arrastrándose después por el duro y frío enlosado del amplio y largo corredor en la segunda planta hasta alcanzar finalmente el gabinete en un extremo del pasaje, tropezándose por el camino aunque sin aminorar nunca el paso con varios súbditos del servicio palaciego que evitando sus miradas compungidas y avergonzadas aparentan no percatarse de su presencia. Trepan ahora hasta colocarse encima del sofá, instalándose cada una en ambos lados mientras adoptan una posición incómoda y grotesca, dejando el espacio suficiente entre ambas, como ordena el protocolo establecido. Unos minutos más tarde hace acto de presencia una tercera figura femenina que cierra las puertas a sus espaldas con un golpe seco y permanece de pie unos instantes sopesando a las dos muchachas. Es la reina X, se acerca al sofá con aire severo y comienza como de costumbre con su ritual de humillación, elevando el mentón de una para luego ejercer presión como una pinza en su carnoso labio inferior, estirándolo hasta soltarlo de golpe, observando sus incisivos podridos durante el doloroso proceso, realizando autoritaria una indicación a la otra para que separe más sus rodillas, etc… Luego su señora que es reina y olvidó lo que es ser una mujer… se ajusta una liga roja en el muslo izquierdo sobre sus mallas negras, el único toque de color en su vestimenta enteramente de negro, y se acomoda a sus anchas entre las dos esclavas que permanecen inmóviles siempre con la misma postura tensa e incómoda observando con curiosidad el proceder de su señora, sin exteriorizar ambas el temor que las atenaza, mostrando tan sólo una sorpresa inocente ante la presencia de la reina aunque sin poder evitar el leve temblor expectante de sus cuerpos. El tapizado negro del mueble contrasta vivamente con las generosas cabelleras rubias de las dos muchachas y con la desnudez de sus cuerpos que parecen resplandecer con luz propia a ambos lados de la reina, embutida ésta en un ajustado vestido de nailon que por el contrario parece fundirse con el sofá. La blancura etérea de la rubia de aspecto delicado situada a su izquierda la hace destacar de forma especial en su tesitura presente, su cabello de color platino o rubio desvaído teñido con cloro al gusto de la reina junto con sus ademanes vacilantes hacen que se parezca a un ángel virginal y que en su situación de indefensión y mansedumbre recuerde al cordero del sacrificio, también la hace más apetecible a los ojos de su señora en ese instante. La otra rubia sumisa que se haya a su derecha resulta la mujer más despampanante que se pueda imaginar. Perfectamente constituida, su cuerpo, aunque algo maduro, es atlético, flexible y escultural, su piel bronceada posee los tonos aterciopelados del melocotón, su cabellera parece una cascada de oro fundido y a pesar de todo su rostro resulta tan perfecto y sugestivo que eclipsa a sus demás atributos físicos. Semeja en realidad una dama exquisita adoptando el rol impostado de una puta de lujo. A diferencia de la otra esclava ésta exhibe una mata recortada de pudoroso vello en el pubis, al que gusta tironear y acariciar a la reina, ambas lucen un piercing atravesando su sexo del que cuelga una diminuta cadena de metal, también lucen piercings en los pezones, en el ombligo y en la parte superior del ano. El lóbulo de sus orejas en cambio permanece intacto. Ahora la recién llegada que ha demorado a propósito su presencia en el salón, se despanzurra perezosamente sobre el sofá mientras abre las piernas y estira los brazos fingiendo un amplio bostezo en un gesto de pantomima aunque sin perder jamás un ápice de su carácter cínico y malévolo, ya que en un instante muda su talante indiferente y en cierto modo amigable hacia el trato amenazante y abiertamente abusador. En su regodeo sonríe al principio sarcástica, simulando una complicidad inexistente con las dos esclavas que no participan de su alborozo. Estas dos nada pueden hacer al respecto por lo que permanecen dóciles y consienten todas las chanzas bajando tan sólo sus ojos lastimosos, predispuestas a lo que se antoje con ellas y resignándose por completo a su suerte. De mientras la reina manosea con rudeza los pechos incipientes de la muchacha joven, sin importarle su gesticulación quejumbrosa ni la expresión atribulada en su rostro. Al fin palmea burlonamente en una parodia de aprobación uno de sus finos muslos, como si se tratara de una res de ganado humano muy apreciable. Las dos mujeres con el gesto forzado de sus cuerpos en tensión, exponiendo abiertamente su sexo sin atender al pudor, permanecen de rodillas sobre el sofá, mientras sus piernas separadas yacen completamente flexionadas, descargando prácticamente todo el peso de sus cuerpos sobre sus nalgas aplastadas, las manos tras su espalda agarradas a los tobillos, que ceñidos por un grillete metálico provoca que resulte más doloroso mantener esa postura. El marcado vientre retorciéndose por el esfuerzo y los tensados hombros ligeramente recostados en el respaldo del sofá para mantener el equilibrio sin desfallecer. Esto satisface a la reina que sin dejar de sonreír se calza divertida unos largos guantes de látex que le cubren los antebrazos hasta el codo para a continuación pasar a lubricar concienzudamente su mano derecha… Tomándose su tiempo, sin prestar atención a las esclavas, como si eso no fuera con ellas, abstraída en esa única ocupación, con la expresión ceñuda, como si procediera con un experimento absurdamente complicado. Lubrica la mano generosamente con el liquido traslúcido que sale con mucha parsimonia por un estrecho recipiente de plástico, bajo la mirada inmóvil y atenta de las dos mujeres que entreabren la boca expectantes, con los ojos muy abiertos, observando incrédulas como cae lentamente el viscoso líquido que cubre el guante negro hasta derramarse en forma de espesas gotas sobre el suelo. En aquel instante en el que permanecen las tres tan concentradas, a la rubia “delicada” le sale un hilillo invisible de saliva por la comisura de su boca casi desencajada y al notarlo se pasa maquinalmente el dorso de la mano para secarse el labio inferior, con un gesto fugaz en el que participa la contorsión de todo su cuerpo que ahora ya muy debilitado sólo puede resistir penosamente en esa posición. En breve será el propio fluido vaginal dentro de sus cuerpos femeninos el único líquido que deberá brotar sin contención, salpicando hasta humedecer por completo sus genitales, derramándose en múltiples riachuelos pegajosos que correrán bajo sus piernas y sus glúteos. También la saliva, la orina y el vomito jugarán su desagradable papel en los acontecimientos inminentes, pero ellas apenas repararán en la repugnancia de estos fluidos que se mezclarán y confundirán en sus cuerpos al empaparse también ambas mutuamente y al ser ingeridos por ellas sin el mas mínimo reparo. La reina una vez termina de derramar el ungüento lo esparce frotándose el guante de látex como si cubriera el antebrazos con crema o con protector solar. Este líquido terminará formando una espuma de aspecto lechoso semejante al esperma masculino debido al roce continuado dentro de sus paredes vaginales. Finalmente lanza un escupitajo al guante poniendo fin a su paródico ritual, tan pretenciosamente elaborado. La reina de ojos castaños, deliciosamente pálida, blanca como la horchata, con una cabellera negra que recoge en un moño severo y de rasgos tan finos que parecen resaltar su naturaleza cruel, alza el puño frente a si misma como una competidora deportiva celebrando un tanto y lanza de golpe una dura mirada cargada de significado hacia la rubia “delicada” que se encuentra a su derecha, la cual sobresaltada por el repentino ademán de su señora da un respingo y procede ahogando un suspiro a cumplir sin objeción el imperativo implícito en su gesto. Se alza dificultosamente pero sin demorarse hasta mantenerse torpemente de pie haciendo equilibrios sobre el mullido sofá mientras semeja el oso de una feria cuando se alza penosamente sobre sus patas traseras, y sin que la reina tenga necesidad de darle instrucciones camina unos pasos torpes sobre el sillón hasta situarse frente a la misma, dándole la espalda mientras procura no caer de culo encima de su regazo, La reina permanece sentada siempre con el puño alzado y aprovecha ese instante para pellizcarle con maldad una nalga con su mano libre, provocándole un cardenal a la muchacha que sin reparar en el escozor de su glúteo enrojecido flexiona las piernas abriéndolas al máximo, como si ofreciera sus genitales a un publico inexistente mientras coloca el antebrazo debajo de su sexo, que jamás había mostrado un aspecto tan cándido, vulnerable y desprotegido. La rubia de tez pálida y delicada sostiene entonces el antebrazo lubricado con una mano mientras utiliza la otra para sostenerse en la esclava más madura que se le ha acercado para ofrecerle su hombro y agarrarla por las caderas, La rubia delicada que es la más joven de las tres a continuación se introduce el puño lúbrico a duras penas dentro de su sexo, que constreñido se abre poco a poco en un dificultoso proceso de dilatación, el rostro encendido de la joven refleja su esfuerzo y su cuerpo semeja el tallo de una flor cuando se parte por la mitad, resulta un espectáculo delicioso ver como el puño enguantado va abriéndose paso a través de sus genitales, apenas una grieta insignificante en una especie de muñón suave y esponjoso, puño contra puño, tan impávido y tenaz a pesar de su blancura y de su fragilidad, embruteciéndoselo, mancillándoselo indecorosamente ella misma por su propia iniciativa, en un combate en el que tiene todas las de perder, reflejando la derrota en su rostro lastimero hasta que la joven no puede aguantar más y eleva por fin un grito de placer y dolor dirigido al techo y empieza a gemir por voluntad expresa de su señora que en su desenfreno no cesa en el empeño, mientras a su vez masturba a su compañera que observaba la escena despanzurrada a su lado y abierta de piernas, hasta que se cansa de la muchacha dulce y se lanza sobre la rubia más madura para masturbarla con el guante correoso clavándole una fiera mirada, entre tanto la jovencita que ha sido liberada prosigue totalmente ruborizada con su propia masturbación y no deja de gemir con sus labios temblorosos sin tomarse un respiro.

    18 diciembre 2017 | 1:57 am

  6. Dice ser PasabaPorAqui

    Pobrecillo, espero que le vayan las cosas muy bien.
    En la foto de la policia parece todo un lord Sith.
    Era broma Jake, no te enfades conmigo :–D

    18 diciembre 2017 | 8:14 am

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