La hora sin cámaras de Marta y Joaquín y el pasteleo Rubén-Chari

Joaquin y Marta han estado a pico y pala desde que entraron y han sido los primeros que han pedido y disfrutado de la hora sin cámaras.

Se fueron al confe a pedir una hora sin cámaras diciendo que era para tratar asuntos de negocios.

Y claro, en el programa les prepararon un picadero de lo más cutre. Eso, ni en un hotel de tres al cuarto. Y tuvieron conversación de canelo: «¿Todo bien?» dice Joaquín, como si fuera el camarero.

Joe, otros que son más pesados que una vaca obesa en brazos: Todo el día, cada uno en su casa, hablando del otro y de si les sentará mal su conducta.

Todos piensan que Rubén está que no caga con ella y que ella pasa un kilo y medio de su novio. Y Rubén, que es más romántico que Cupido, le escribió una carta a su chica.

¡Y los mandan a los dos al confesionario!

Chari recibe en el confe la carta de Rubén, que es una sarta de tópicos que parece una película de las de medio día.

Chari se ha puesto a llorar como una magdalena. Eso sí, el chico le dice que si se quiere casar con ella y cuando acaba dice «¿ya está?». Vamos, que estaba emocionada.

¿Os habéis fijado en que Chari tiene más músculo que muchos hombres? Madre mía, cualquiera discute con ella, te suelta un bofetón y te avía.

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