Mientras estudiaba, era frecuente que algún famoso arquitecto viniese a la universidad para darnos una conferencia o una clase magistral. En una ocasión, uno de esos afamados compañeros, acudió para hablarnos de sus obras. Yo esperaba aquella charla con verdadero entusiasmo porque unos años antes había estado estudiando como jefe de obra un proyecto suyo, una iglesia que finalmente no llegó a realizarse.
Iglesia de la peregrinación en Neviges, Alemania. Arq:Gottfried Böhm. En algunos aspectos parecida a aquella iglesia de la que os hablo. Foto de Seier+SeierCuando aquel hombre al que todos a mi alrededor veneraban, empezó a hablar, contó cómo elegía un material, unas veces vidrio, otras aluminio, otras piedra y decidía que así iba a ser la próxima vivienda que realizase. Así, cuando un cliente entraba por la puerta del estudio para pedir una casa, le encasquetaban la casa de determinado material, ya estuviese en mitad de un páramo de León o en la soleada Mancha. Y de aquel rostro, que asomaba risueño sobre las gafas de marca, salió aquella frase que aún hoy puedo oír :
¨….y cuando le veo entrar por la puerta en mi cabeza resuena una palabra….VIDRIOOO¨.
Tras el jolgorio general del auditorio y la enorme sonrisa de satisfacción de mi ídolo caído, quedó mi desesperanza. Uno pensaba y piensa que la arquitectura no es un juego con el que modelar estatuillas y formas a mayor gloria de su autor, que hay que ponerle cariño a las orientaciones y a los materiales, al confort y la usabilidad de ese lugar donde -nada menos- nuestro cliente pasará probablemente el resto de sus días. Y mientras yo, que había entrado al salón de actos admirándole, me hacía cruces, él caminaba por el estrado de un lado a otro con la sonrisa de suficiencia del que se sabe aupado al éxito entre los aplausos y la aceptación de sus acólitos.
Nota del arquitectador: Todo lo anterior no quita para que me siga atrayendo la arquitectura de este autor, al que no voy a mencionar, aunque os aseguro que he estado tentado, de verdad. Así para no azuzar los malos pensamientos he buscado una ilustración de un autor con el que no tengo ninguna relación, aunque la iglesia de la foto, tiene algunas similitudes formales con aquella que no llegamos a levantar.