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Si la arquitectura te rodea, deberías empezar a fijarte en ella

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Arquitectura y lenguaje: un matrimonio sin sexo

Escuchar y sobre todo leer a un arquitecto es sin duda un ejercicio de paciencia y de sorpresa permanente. La capacidad para utilizar términos no asociados a nuestra materia y reconvertirlos en arquitectónicos parece ser infinita y cuando tras dos párrafos sin esdrújulas de dudosa significación pensamos haber alcanzado la normalidad, el autor suele sorprendernos con alguna palabra inventada que ningún diccionario recoge ni la RAE tiene entre sus tareas pendientes.

Suelo echar pestes de los libros de arquitectura que abundan en farragosos textos y eruditas disertaciones. Aborrezco de los manifiestos, de las odas y sobre todo de aquellos que comienzan por «carta a los estudiantes de…» Puede que hayan cambiado la historia de la arquitectura para arquitectos, pero tienen capacidad cero de transmitir nada a aquellos a los que debe ir dirigida la arquitectura.

No estoy en contra de la investigación arquitectónica, -sobre todo porque no tengo la menor idea de lo que es eso por mucho que lo lea a menudo en artículos y declaraciones bientencionadas- pero sí estoy en contra de explicar sólo con palabras aquello que inevitablemente termina por ser un trabajo gráfico, visual y finalmente volumétrico y material. Espacial.

Al menos en la portada tiene sus dibujos

Al menos en la portada tiene sus dibujos

Y es que no creo que se pueda explicar el espacio apenas con unos montones de palabras y lo demuestra el hecho de que sea necesario escribir tomos y tomos de texto para intentar describir y contar lo que una sola imagen puede resumir y sobre todo transmitir sin necesidad de buscarle epítetos y etiquetas, que únicamente pueden dejar a medias el significado de una fachada, un edificio o un proyecto.

En esta unión de arquitectura y lenguaje hay entendimiento, comprensión, cariño, pero solo cuando va acompañada con una lujuriosa imagen, un impúdico croquis o un arrebatador y aclaratorio dibujo puede llevarnos a la pasión de una noche de sexo sucio y pegajoso. Esas que da vergüenza contar pero que son las que más y mejor recuerdas.

Nota del arquitectador: De entre todos los textos de arquitectura plagados de plurisílabos (?!) empiezan a proliferar aquellos que critican los textos de arquitectura, lo cual me hace pensar si no habré iniciado la vía personal de la investigación arquitectónica. Uf. Que sudor frío tan incómodo. Será mejor dejarlo.

 

De la arquitectura oral al juicio anal

En la obra se habla mucho. De más.

Nuestros cinco de segundos de gloria están a la vuelta de la esquina y todo el mundo quiere soltar la cojofrase. El axioma definitivo. Twiter se dio cuenta de esto y se está forrando.

Pero en arquitectura no podemos permitirnos semejante dispendio. Mi amigo y socio lo expresa muy bien:

La arquitectura que empieza de manera oral, suele terminal de manera anal.

Y es que cuando hay que explicar a otro lo que se debe hacer de manera verbal, lo mejor, lo único posible para evitar errores es plasmarlo con un dibujo en un papel en blanco. De ahí que tantas veces vemos al arquitecto llegar con su cuadernillo de esa marca que todos conocemos y su lapicerillo -regala un portaminas a un arquitecto y lo tienes entretenido una temporada, hasta que se le acabe la mina- dibujando cosas con y sin sentido por toda la obra.

Cualquier momento es bueno para soltar la mano

Cualquier momento es bueno para soltar la mano

Tengo tendencia a hablar mucho. Por eso en las obras hablo poco. A estas alturas conozco el valor de los silencios y el riesgo de todo lo que digas y no escribas. Aquel juego del teléfono escacharrado se ha perfeccionado mucho en el mundo laboral y no es de buena educación llevar permanentemente una grabadora -ya sabeis que a nadie le gusta escuchar luego su propia voz- así que no queda más remedio que dibujar muy claramente aquello que hay que hacer, por muy sencillo, simple  o incluso insultante que pueda parecer al interlocutor. Siempre es mejor que no tenga que interpretar nada.

Cuando el de enfrente, que tiene generalmente un interés opuesto al del que diseña el proyecto, se dedica a interpretar, puede surgir el problema que finalmente y tras muchas peleas y discusiones, nos lleve a comprender el significado del título de este post, cosa que no deseo a nadie.

Personalmente siempre me ha gustado dibujar y escribir, de hecho esto lo escribí hace algún lustro que otro:

Si hay algo que me produce un escalofrío de placer desde que era un chaval es un papel en blanco.

Me gusta la página derecha de los cuadernos. Virgen, sólida. Incólume.
Cuando, en el colegio había que volver la página, para escribir por detrás, la sensación era desalentadora. Esa página, traslucía los garabatos inversos que, a la vuelta, ya no parecían tan atrayentes, y más bien se convertían en sucios renglones que estropeaban el manto blanco del papel sin contar.
Ahora, ya mayorcito, -por no decirme a mí mismo algo más hiriente- me sigue encantando ese papel en blanco. Un montón de diez o veinte folios. Ordenados. Esperando que yo deslice mi mano sobre ellos para quitarles un polvo inexistente y los mancille con ideas, dibujos, notas, proyectos.

¿Veis como hablamos de más? Menudo ladrillo de viernes os lleváis hoy, majetes.

Nota del arquitectador: Viene todo esto a que he recordado que tengo a las premiadas del concurso sin dibujo. Queridas, os tengo en mis oraciones pero estos días primaverales distraen mi atención constantemente y mi productividad baja de manera notable. Que si una minifalda por aquí, que si un ataque de alergia por allá, que si tengo los ojos llorosos y enrojecidos y la nariz como una berenjena. Pero tranquilas estoy en ello. Os recompensaré debidamente.

 

Solución al arquiacertijo y fallo del jurado

Bien, queridos, el juego ha terminado. Game Over. No os digo Insert Coin, porque esto es gratis, y porque como vuestra vida puede que haya transcurrido con una play en las manos, lo mismo no sabéis ni de qué os estoy hablando y tenéis que consultar al oráculo. En todo caso es el día de aclarar dudas, así que señor notario, proceda a abrir los sobres….

And the winner is…..

CARMEN R. Además de adivinarlo por su búsqueda intensa de la solución, casi me proporciona un ojo morado del mosqueo que tiene el marido de tanto mail y tanta coña. Hombre ya!!

VEVA….premio a la insistencia y la perspicacia. Que tesón el de esta mujer, que sagacidad y que gusto por los acertijos. Enhorabuena reina.

Mrs. GARABATO. Yo creo que si lo falla, tenemos una desgracia, cuanto pundonor y perseverancia.

Esta claro, el mundo es de las damas, ¡os estáis atocinando amigos!

 Y AQUÍ LA SOLUCIÓN:

JUAN DE HERRERA  – MONASTERIO DE EL ESCORIAL  –  VIADUCTO DE SEGOVIA EN MADRID 

Y AQUÍ EL RAZONAMIENTO: 

Se habla de una sucesión en la que nadie sucede,

y aunque nunca llegará, a existir un fallecido

ni un depuesto, ni un ungido,

ni por nacimiento ha sido,

habrá quien será siguiente,

con la suma de la herencia

de anterior y precedente

Se trata de la sucesión de Fibonacci. En ella, empezando por el 0,1,2,….cada uno de los siguientes es la suma de los dos anteriores, es decir la suma del anterior y su precedente.

 

Y como hablamos de varios, desde la nada hasta el fin – la sucesión de Fibonacci, va de cero a infinito..

el que haga el diecisiete marcará el giro terráqueo en el que murió el delfín  – en la sucesión de Fibonacci, el que hace el puesto 17 es el 1597, año o giro de la tierra alrededor del sol en el que murió el sucesor

de aquel que inició las obras de tan grande construcción

que aún hoy es insensato, exagerado, pazguato

e incluso bobalicón

suponer que exista obra de Cipango a Guanajuato

que dure más que la suya

y si bien se la mencionas a arquitecto o constructor

tomáralo como insulto,

como burla y como pulla.  – el edificio, como muchos habeis adivinado es el MONASTERIO DE EL ESCORIAL, iniciado por Juan Bautista de Toledo, cuyo delfín o sucesor, fue JUAN DE HERRERA. Se dice cuando quieres ridiculizar una obra por su larga duración que va a ser más larga que la obra de El Escorial.

 

 

El muerto que mencionamos, engulló con nueve ojos

el agua de una ciudad,– – el muerto es JUAN DE HERRERA, como ya hemos dicho, que construyó el puente de Segovia, sobre el rio Manzanares en Madrid y que consta de nueve ojos.

y ayudare al caminante,

que de un lado al otro va,

a cruzar aquella calle con nombre de numeral –la calle con nombre de numeral es la Calle 30, antes conocida como M-30, circunvalación de Madrid que es cruzada por el puente de Segovia

 

Si su nombre ya conoces, y el edificio sospechas

te diré querido amigo que no has llegado al final

pues donde se halla el encuentro del paso que hizo el difunto –el paso es el puente de Segovia, como ya hemos dicho

con la ciudad del ladrillo, y -en portugués- el presunto,

que al gabacho le fue mal La ciudad de Bailen, es famosa por su industria de la cerámica y por su producción de ladrillo, así como por la batalla de Bailen, donde las tropas francesas fueron derrotadas en la guerra de Independencia.

está también el camino, que antes traía agua al sitio, El punto donde se cruza en el mapa el puente de Segovia, con la Calle Bailen, está hoy en día enmarcado por EL VIADUCTO DE SEGOVIA la segunda construcción que se buscaba y que sirve para salvar el desnivel de lo que fue en su momento un antiguo barranco cuya agua desembocaba en el Manzanares.

y es lo que has de nombrar.

Si, ya sé que hacía falta un plano, pero, ¡¡ repámpanos y retruécanos!!  ¿esto es o no es un blog de arquitectura?

 

puentesegovia copia

 Nota del arquitectador: Los dibujos serán especialmente trazados para los ganadores a lo largo de los próximos días-semanas y serán publicados aquí para que podáis verlos. Os serán convenientemente enviados y espero fotos de los mismos con mucha pared alrededor. Enhorabuena.

Un poco más adelante lo mismo hago otro concurso. También podéis escribir al jefe y pedirle que ponga un piso o un coche como premio. ¿Como? ¿Un puesto de bloguero de arquitectura? ¡¡Serás…..!!

¿Necesitamos los símbolos?

Esta semana santa, mientras paseaba por valles verdes y carreteras secundarias me he encontrado con no pocos hogares y caseríos de los que jalonan aquí y allá los prados y montes del norte de nuestro país, adornados ostentosamente con las banderas y los escudos de los equipos de futbol de sus orgullosos dueños. Banderas ondeantes, soberbios estandartes, brillantes colores.

Las señales y los símbolos, nos identifican, nos agrupan, nos otorgan pertenencia al clan y nos alejan de la soledad, y desde siempre, nuestras arquitecturas se han dejado empapar por ellos, siendo en muchos casos el centro, la seña principal de identidad de nuestros edificios.

Casa "Los Rosales" en la plaza de Almagro, Ciudad Real. Dibujo Miguel Morea
Casa «Los Rosales» en la plaza de Almagro, Ciudad Real. Dibujo Miguel Morea

 

 

Creemos, que los primeros hombres, celebraban ritos de caza en sus cuevas alrededor del fuego, mientras se conjuraban para abatir mamuts, y otros grandes mamíferos, reflejándolo primero en sus pinturas, en sus paredes. Esto les ayudaba a vencer sus miedos, a crear una profecía autocumplida en sus pinturas y a dotarse de buenos augurios, pero además les agrupaba en torno a un objetivo y marcaba su hogar como propio, dejando fuera de toda duda que aquella cueva era la suya, para que otros clanes lo supieran.

Con el paso de los años, la ornamentación de los hogares, de los pueblos, de las villas y aldeas ha sufrido grandes variaciones en sus materiales y en su estética, adaptándose a los tiempos y civilizaciones.

Hoy, el escudo del equipo de futbol de nuestros desvelos o de la selección, equivale sin duda ninguna a esos majestuosos blasones que adornan las portadas manchegas, las casas solariegas navarras, los caseríos castellanos o las masías del Penedés.

Hemos sustituido la piedra por el nylon, el gris por el abanico cromático y colorista, pero seguimos eligiendo la arquitectura como lienzo, como marco.

Y es que la casa, el hogar, es un escaparate siempre, un espejo en el que queremos que nos miren los demás.

Nunca la arquitectura es solo funcional, nunca cumple solo la misión de albergarnos, de cobijarnos, sino que si lo analizamos con detenimiento comprenderemos que es un reflejo permanente de nosotros mismos, de nuestro estatus, del grupo al que pertenecemos, de nuestra procedencia. Y para ello debemos marcarlo, sellarlo, dotarlo del símbolo correspondiente.

Pero hay mucho más. En esta arquitectura nuestra, que nos rodea y ofrece refugio no solo los escudos o banderas son símbolos. ¿Acaso no lo son las balaustradas torneadas, las falsas cornisas de madera, las barandillas de forja andaluza….en Burgos?  ¿los toldos de tela tensados en forma de vela marinera…en Badajoz?, ¿los tejados de pizarra…en Ciudad Real?

Yo, debéis perdonarme, creo que sí. Creo que suelen tener mucho que ver con nuestro origen, incluso con nuestros deseos. Símbolos de los que no lucimos blasón en nuestro pedigree, pero que humanos al fin, deseamos sobre todas las cosas pertenecer al grupo.

Y por supuesto, de nuevo humanos, distinguirnos dentro de él.

Dibujos de arquitectura

Si hay una manera apasionante de descubrir la arquitectura es mediante los dibujos de aquellos que la ven.

Podemos descubrir lugares en los que nunca estuvimos o reconocer aquellos que nos son familiares a través de los esbozos de los urbansketchers, apasionados cuadernistas que cuentan con su lápiz los escenarios en los que viven. Puede que una galería fotográfica describa con más realidad nuestras ciudades, pero sin duda la percepción desde sus ojos aporta algo especial.

¿Y que sucedería si pedimos a unos cuantos dibujantes urbanos que, estando a muchos kilómetros de distancia, dibujen tal y como tienen en su memoria el perfil de su ciudad, el skyline del lugar donde habitan?.

Pues esto es lo que hicieron un grupo de ellos que asistió a una reunión en la francesa ciudad de Clermont-Ferrand, dando como resultado un interminable rollo de papel sobre el que dibujaron al unísono esta maravilla. No os lo perdáis.

SKYLINES > IBÉRICOS EN CLERMONT – FERRAND from treseditores on Vimeo.

Nota del arquitectador: Lo sé, lo sé, hay que tenerlos muy cuadrados para hacer un post de cinco líneas, pero es que prefiero mil veces que veáis este vídeo a que me leáis a mí. Cada uno de estos amigos habla más de arquitectura con su lápiz de lo que yo lo pueda hacer en mil libros. De hecho, algún día hablaré de porqué tantas biblias de la arquitectura tienen tanto texto y tan poco dibujo o porqué los arquitectos hablamos tanto y tan enrevesado.

Nota del arquitectador 2: También está el caso contrario, no vayáis a pensar, libros donde no se habla con palabras sino con dibujos.

Para aquellos que lo quieran ver en directo, os informo de que el viernes 8 de febrero a las 19:00 horas se colgará físicamente este rollo de dibujos en la cafetería del museo ABC de Madrid y con esa ocasión se celebrará la performance dirigida por los ilustradores jorge arranz y lpo CIUDADES Y PEATONES, con la participación de todo el que quiera para dibujar en otro rollo ciudades y peatones. No os lo perdáis.