Uno de los estrenos de Netflix que está teniendo más calado entre la audiencia en este principio de año es Sex Education, la comedia dramática inglesa sobre un chico de 16 años, virgen e hijo de terapeutas sexuales que, junto a Maeve —la chica independiente del instituto—, comienza a hacer terapia sexual entre sus compañeros con el fin de ganar dinero.
Integrada por ocho episodios de aproximadamente 50 minutos de duración, Sex Education es la típica serie teen de Instituto, pero con la frescura de una escritura ácida, a cargo de Laurie Nunn, y notas de humor negro que le sientan muy bien.
A pesar de no ser demasiado original en su planteamiento, Sex Education es una serie ligera que se ve con gusto, cuyo punto fuerte son sus entrañables personajes protagonistas.
Otis (Asa Butterfield) es el típico buen tío que, a pesar de su trauma (es incapaz de masturbarse), tiene un talento innato para aconsejar a sus compañeros sobre sexo y emociones.
La relación que establece con Eric (Ncuti Gatwa), su divertido amigo gay, y con Maeve, de la que está enamorado, conforman el triángulo de la historia que habla de celos entre amigos cuando aparecen los primeros amores, de las dudas de carácter sexual de los adolescentes y añade (sin tanta gracia) algunos elementos icónicos de las series teen como el grupito de chicas malas o los camorristas instituto.
Por encima de todos, destaca el personaje de Maeve (Emma Mackey), el más complejo y mejor escrito, una chica inteligente, con pocos recursos económicos y feminista, que lee a Virginia Wolf y a Sylvia Plath, y, sin embargo (esto es bastante extraño), está enamorada del atleta del instituto, un macizo sensible pero no demasiado ilustrado.
Sin embargo, y aunque los diálogos sean ingeniosos y empatizamos con los personajes principales, Sex Education adolece de una falta de originalidad tanto en el desarrollo del argumento como en el dibujo de los caracteres, que la llevan a caer en demasiados lugares comunes.
También le pasa factura la duración excesiva por episodio, que le resta ligereza.
Pese a ello, la buena química entre los actores, la intervención de Gillian Anderson como madre de Otis y nuestro regusto nostálgico por las pelis instituto hacen de esta serie un visionado agradable aunque, me temo, no perdurable en el tiempo.
Si hay algo que nunca me hará gracia es el humor escatológico o sobre sexo. Ni un segundo merece esta serie.
19 enero 2019 | 10:01
Lo que muestra esta serie, o mejor dicho lo que no muestra es un «white washing», straight, gender normative esteriotipado sobre las series de instituto. Algo que una nueva generación ve cada vez con mas normalidad como ciertas minorias se ven representadas (chicho de color gay, el capitan de instituto que no es blanco y sus dos madres, etc). Ademas de abrir un dialogo saludable sobre sexo incluyendo lo que deben de pasar las mujeres durante un aborto. Series como esta, y otras que Netflix esta mostrando, esta creando una nueva generación donde puedes llevarte a casa distintas perspectivas, no solo una que hemos tenido mayoritariamente en lael televisión.
19 enero 2019 | 12:25
#1 leilo. Si para ti es una serie de humor escatológico y sobre sexo, lamento decirte que no has entendido absolutamente nada o no la has visto (que es lo más probable).
19 enero 2019 | 20:32
Soy lector habitual de este blog y reconozco que tenemos bastantes gustos similares, de hecho suelo anotar todas las series que recomiendas para darles una oportunidad en cuanto tengo tiempo, Pero esta semana pasada he visto dos series de corte similar una Sex Education y la otra Elite. La primera porque me apareció en portada de Netflix como estreno y la segunda porque hablaste bastante bien de ella hace poco más de un mes. Y la verdad que nuestra opinión sobre una y otra está por completo en las antípodas
Mientras a mi Elite, aparte de encontrarle cientos de incongruencias ilógicas en el guión, de un reparto de actores que en su mayoría deja bastante que desear, me ha parecido un drama de suspense en el, en cuanto rascas un poco la superficie ves que no es más que una telenovela adolescente de institutos, con el gancho típico del guaperas que te presentan como «el malo» que trata de enamorarse de la chica buena y que luego resulta no ser tan malo y se enamora de verdad. En fín una trama más que manida, vista 1000 veces y que intentan tapar con el misterio de quien fue el asesino.
Por contra Sex Education la que empecé a ver casi por casualidad con miles de prejuicios empezando por el nombre y terminando por la base «un adolescente con problemas sexuales pero que aconseja sobre ello a sus compañeros de instituto» una serie que te presentan como la comedia teen de instituto, pero que al igual que con Elite, en cuanto rascas un poco la capa de fuera ves que no es lo que te querían vender. Debajo de la comedia teen, se esconden muchas historias interesantes, problemas que pocas veces han sido tratados tan directa y claramente en una serie de TV. Llena de personajes con historias particulares que te van enganchando poco a poco.
Y sí has destacado el papel de Maeve, yo destacaría por encima de todos el papel de Eric (Ncuti Gatwa), quien me parece el verdadero protagonista de la serie y que sospecho veremos en breve porque me ha parecido un grandísimo actor. Por contra el papel de una casi irreconocible Gilian Anderson, me ha parecido bastante pobre. No se si por culpa suya o porque el personaje que le han puesto no daba para más.
En definitiva, de Sex Education espero con ganas una segunda temporada, de Elite en cambio doy gracias a dios porque se descubriera quien era el asesino, porque ni por equivocación vería una segunda temporada. En esta ocasión hemos coincidido poco en nuestros gustos, pero seguiré tomando nota de tus recomendaciones.
21 enero 2019 | 07:47