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Si la arquitectura te rodea, deberías empezar a fijarte en ella

Archivo de mayo, 2013

Una caña por una buena idea

Cada día tengo la tentación de traeros un edificio primorosamente fotografiado. Una de esas obras límpidas e impactantes que a los arquitectos nos gusta ver mientras babeamos por su pureza de lineas y espacios y le buscamos los defectos que nos permitan criticar al colega maldito que consiguió el proyecto. Después de todo solo lo ha hecho por que estaba en el sitio adecuado en el momento preciso y todos tenemos el derecho de admirarlo hoy para desollarlo mañana, que carajo, somos íberos viejos, nuestra envidia no tiene límites. La verdad está con nosotros.

Pero me estoy portando como un campeón y no suelo ponerlos aquí a menudo. Para eso, como dice el leit motiv de este blog, ya hay otros sitios en Internet y si buscas en el rincón de las revistas viejas -de cuando comprabas el dominical, allá en el pleistoceno- seguro que encuentras suplementos con textos infumables y obras maravillosas. Haz un intento.

Hoy, huyendo de mi tendencia natural a colocar una obra en este espacio, he abierto el baúl de las ideas. Y había una. Os puede parecer poco, pero ¿cuanto vale una idea?, esto se lo escuché en una ocasión a un famoso arquitecto con el que trabajé, durante una conferencia y me hizo reflexionar y entender que una ocurrencia genial y funcional es más que un bien tangible. Es algo que supera el valor de lo medible.

caña

En esa linea os traigo hoy algunas imágenes del trabajo que realizan los componentes de Canyaviva, un equipo multidisciplinar que investiga el funcionamiento de las cañas y el bambú para construir estructuras efímeras o permanentes, mezclándolo con morteros de cal o barro, es decir reinterpretando técnicas tradicionales en diseños novedosos.

Esto, que puede parecer a priori algo que se lleva haciendo siglos, – y es cierto- supone una novedad por la hábil mezcla entre las técnicas tradicionales, los materiales sostenibles y sus nuevos y resultones diseños. Lo que se dice una buena idea.

Y eso es mucho.

Os recomiendo que os deis un paseo por sus trabajos, de lo más interesante.

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 Nota del arquitectador: No solo se trata de experimentar de manera alocada con cañas. Están incluso desarrollando software de cálculo para poder dar garantía de algunas de sus estructuras portantes. Una buena idea respaldada por un trabajo profesional. Ahora tengo envidia de ellos, pero de la buena. Sí es que eso existe.

Arquitectura por todas partes

Nota previa del arquitectador: Hoy es el día del perro sin raza que este diario ha organizado con mucho cariño. Desde aquí quiero darles las gracias en nombre de mi pequeña Valentina. Aquí la tenéis justo cuando la encontré en una ocasión en la que estuvo dos días perdida. Os cambio mi mejor proyecto por un día con ella.

valentinapequeño

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Hace unos días, un amigo publicaba una comparativa entre un cultivo biológico al microscopio y una fotografía aérea del urbanismo de Delhi.

A la izqda un cultivo biológico, a la derecha, un barrio de Delhi, en la India en vista aérea.

Este argumento, como tantos otros que buscan sin cesar los estudiantes de arquitectura para imaginar similitudes e hilos conductores que justifiquen sus soluciones es tan simple, tan rotundo, que roza la genialidad. Por eso se busca una y otra vez.

Hablaba en post anteriores de la buena arquitectura y en como se reconoce casi al instante cuando el que la presencia, se deja envolver por ella.

Os traigo hoy, un ejemplo más de lo que para mí es simplemente una genialidad, una de esas obras que suceden una vez cada muchos años y que elevan a su creador a lo que es sin duda Le corbusier, el Corbu para los amigos: único.

Fachada de la iglesia de Ronchamp. Le corbusier

Y viene todo ello por otra imagen de similitudes que todos tenemos en la retina y que el Corbu, supo ver y materializar como nadie. Algo que ya hacíamos desde tiempos inmemoriales en vertical y que él supo llevar la horizontal para colocar en fachada, la imagen de los patios que ya teníamos en cubiertas.

Arriba una imagen del urbanismo de una ciudad europea, abajo la fachada de Ronchamp vista desde el interior de la iglesia y sus huecos (patios horizontales) dejando pasar la luz.

Nota del arquitectador: Hasta el Corbu, tiene obras que no son geniales, no creáis que he caído en la mitomanía, pero oye a Niemeyer lo que es de Dios y al Corbu lo que es del Corbu. Y como lo que es genial no hay por que no utilizarlo a Tuñon y Mansilla lo que es suyo:

Fachada auditorio de Leon. Mansilla y Tuñon. Tuve la suerte de hacer una obra con ellos, cosa que el Corbu, no puede decir.

¿Están en declive las ferias sectoriales?

No hace tanto que la celebración de la feria sobre materiales e innovación en la construcción,  Construmat que hoy termina en Barcelona, una de las mejores y más grandes después de la parisina Batimat, era uno de los acontecimientos bianuales más importantes del sector.

En España, la pregunta entre los que trabajábamos en el sector, no era sí íbamos a ir o no, sino qué día estaríamos en la ciudad condal viendo la feria. Las empresas pagaban a sus empleados la estancia y la visita o simplemente eran invitados por distribuidores o subcontratistas, que a su vez eran invitados por fabricantes. Una maravilla, I+D+I, comunicación, aprendizaje. La fiesta del creernos mejores profesionales. La bacanal del tornillo y el hormigón.

Hoy en día, no conozco a un solo técnico en Madrid -alguno habrá, por supuesto- que vaya a desplazarse a Barcelona para ver la feria. Ni hay dinero para alojamientos, ni invitaciones, ni obras donde aplicar lo que podamos aprender. Una pescadilla que se muerde su propia crisis.

Tengo que reconocer que los stands más visitados eran aquellos inmensos sets donde los muestrarios de ladrillo compartían espacio con una pata de cochino diestramente fileteada por un maestro cortador y un grifo de cerveza que una señorita de imposible esbeltez -¿donde las esconden el resto del año?- servía alegremente. Esto llamaba la atención y era de lo que luego se comentaba, pero la realidad es que también había verdaderas innovaciones y no son pocas las soluciones que he podido utilizar después en alguna obra o incluso que fui a buscar específicamente para resolver algún problema.

Esto último – que es a lo que viene el post, y no aquellos fermentados de cebada gratuitos que me dispersan- hizo que avanzásemos notablemente en nuestra formación y se notaba en las obras durante los meses siguientes a las ferias como cada cual había sacado alguna conclusión o encontrado algún producto o solución que mejoraba nuestro trabajo y en consecuencia el producto final, la obra.

Mejoras en seguridad laboral, en aislamiento, en comportamiento térmico, en manejabilidad de materiales, en durabilidad, sistemas, herramientas, formas y componentes. Ay, aún se me abren las carnes recordando lo que disfrutaba paseando de stand en stand y coleccionando folletos para desgranarlos luego en el hotel.

Desde luego la investigación avanza y nos hace mejores y la prueba es como las doctoras Sara Gutiérrez González y Lourdes Alameda Cuenca-Romero, en representación del Grupo de Investigación en Ingeniería de la Edificación, presentaron en el Innovation Center de la Feria de Construmat 2013, en Barcelona, los avances de su trabajo científico referente a dos nuevos materiales para la construcción a partir de yeso mezclado con residuos poliméricos patentado por el mencionado grupo de la Escuela Politécnica de la Universidad de Burgos. Unas investigaciones que pueden llevar a que la aplicación del yeso tradicional mejore significativamente el comportamiento térmico del nuestros edificios.

Si la investigación no nos salva de esta, no sé que podrá hacerlo

Si la investigación no nos salva de esta, no sé que podrá hacerlo

 

Investigaciones que hay que hacer si queremos avanzar, si queremos «crecer» y ser verdaderamente sostenibles

Y ahora ni siquiera podemos tratar de mejorar yendo a las ferias, por no gastar. Lamentable situación y no porque los profesionales de la construcción no quieran formarse, muy al contrario. Es el momento de cursos, masters, reciclaje a porrillo y especialización. Pero para todo eso también hay que pasar por caja, y una tribu de arañas se pasean por el fondo del presupuesto reservado a formación e investigación. Malos tiempos para lírica. Y para las ferias.

 

Nota del arquitectador: En Barcelona encontrar un hotel en época de feria era una tarea difícil. En una de las ediciones, mi socio y yo solo encontramos una habitación con cama de matrimonio. Había que vernos a los dos, viendo Los Serrano en el catre. Menos mal que le dolía la cabeza. O eso dijo.

 

 

¿El ladrillo podría haber salvado vidas en Oklahoma?

El hecho de que los estadounidenses consideren su casa como un elemento efímero y acostumbren a cambiar varias veces su residencia durante su vida, hace que opten por una vivienda barata hecha de madera, casi de autoconstrucción, rozando el bricolaje en algunas ocasiones y desestimen la opción -más cara-del ladrillo o el bloque de hormigón. Es una solución practica y sencilla, que ofrece grandes posibilidades. Hasta que viene un tornado y se lleva por delante las casas, los colegios, y casi cien vidas.

Cuando el tornado repite lugar y castiga una misma población, como ha sucedido con el que asoló el pueblo de Moore en Oklahoma el pasado lunes, uno se pregunta si en la reconstrucción del pueblo, se tendrá en cuenta que el lobo ya tiró la casa de paja y la de barro en sendas ocasiones y se optará por la solución clásica del cuento, buscando materiales más resistentes aunque más onerosos al bolsillo del americano no pudiente. O simplemente da igual y se permitirá que una y otra vez la naturaleza se cobre su tributo a 300 km/h de helicoides ascendentes. Que Eolo tome lo que pueda durante unos minutos.

 

La ironía del ladrillo, ese término que tomamos como despectivo en nuestro país, desde que nos dio todo para luego arrebatárnoslo, podría haber salvado algunas vidas en Moore. No digo que todo se hubiese solucionado, la fuerza inmensa de este tornado habría derribado más de un muro, pero sin duda los daños hubiesen sido menores y también las perdidas humanas, las que ya no se pueden reconstruir. Aunque el bueno de Adán viniese efectivamente del  barro – como el ladrillo- tal vez no  podría costearse una casa de cerámica si se apellidase Smith y hubiese nacido en Oklahoma y pereciese en una casa automontable de madera y cartón-yeso.

No sé como rematar este post. No dejo de pensar en esas mujeres, hombres, niños, niñas, que perdieron a sus maridos, esposas, novios, novias, padres, madres o hermanos, por no poder costearse unos pocos ladrillos, esos que aquí por otras razones, nombramos con desdén. Lo normal es que los refugios, las casas, nuestro trabajo, protejan a sus habitantes. La sensación de que no pudieron hacerlo es un poco la del médico que pierde al paciente en la mesa de operaciones.

Nota del arquitectador: Admiro en muchas cosas la forma de trabajar -no la de construir- americanas. Su altísimo nivel de definición y detalle en los proyectos es envidiable y sin embargo, detrás de esos avanzados sistemas de gestión de proyectos, quedan en suspenso las mínimas garantías que debe ofrecerte una casa en un lugar donde la naturaleza es tan caprichosamente cruel. Algo está haciendo mal el Tío Sam.

Solución al arquiacertijo y fallo del jurado

Bien, queridos, el juego ha terminado. Game Over. No os digo Insert Coin, porque esto es gratis, y porque como vuestra vida puede que haya transcurrido con una play en las manos, lo mismo no sabéis ni de qué os estoy hablando y tenéis que consultar al oráculo. En todo caso es el día de aclarar dudas, así que señor notario, proceda a abrir los sobres….

And the winner is…..

CARMEN R. Además de adivinarlo por su búsqueda intensa de la solución, casi me proporciona un ojo morado del mosqueo que tiene el marido de tanto mail y tanta coña. Hombre ya!!

VEVA….premio a la insistencia y la perspicacia. Que tesón el de esta mujer, que sagacidad y que gusto por los acertijos. Enhorabuena reina.

Mrs. GARABATO. Yo creo que si lo falla, tenemos una desgracia, cuanto pundonor y perseverancia.

Esta claro, el mundo es de las damas, ¡os estáis atocinando amigos!

 Y AQUÍ LA SOLUCIÓN:

JUAN DE HERRERA  – MONASTERIO DE EL ESCORIAL  –  VIADUCTO DE SEGOVIA EN MADRID 

Y AQUÍ EL RAZONAMIENTO: 

Se habla de una sucesión en la que nadie sucede,

y aunque nunca llegará, a existir un fallecido

ni un depuesto, ni un ungido,

ni por nacimiento ha sido,

habrá quien será siguiente,

con la suma de la herencia

de anterior y precedente

Se trata de la sucesión de Fibonacci. En ella, empezando por el 0,1,2,….cada uno de los siguientes es la suma de los dos anteriores, es decir la suma del anterior y su precedente.

 

Y como hablamos de varios, desde la nada hasta el fin – la sucesión de Fibonacci, va de cero a infinito..

el que haga el diecisiete marcará el giro terráqueo en el que murió el delfín  – en la sucesión de Fibonacci, el que hace el puesto 17 es el 1597, año o giro de la tierra alrededor del sol en el que murió el sucesor

de aquel que inició las obras de tan grande construcción

que aún hoy es insensato, exagerado, pazguato

e incluso bobalicón

suponer que exista obra de Cipango a Guanajuato

que dure más que la suya

y si bien se la mencionas a arquitecto o constructor

tomáralo como insulto,

como burla y como pulla.  – el edificio, como muchos habeis adivinado es el MONASTERIO DE EL ESCORIAL, iniciado por Juan Bautista de Toledo, cuyo delfín o sucesor, fue JUAN DE HERRERA. Se dice cuando quieres ridiculizar una obra por su larga duración que va a ser más larga que la obra de El Escorial.

 

 

El muerto que mencionamos, engulló con nueve ojos

el agua de una ciudad,– – el muerto es JUAN DE HERRERA, como ya hemos dicho, que construyó el puente de Segovia, sobre el rio Manzanares en Madrid y que consta de nueve ojos.

y ayudare al caminante,

que de un lado al otro va,

a cruzar aquella calle con nombre de numeral –la calle con nombre de numeral es la Calle 30, antes conocida como M-30, circunvalación de Madrid que es cruzada por el puente de Segovia

 

Si su nombre ya conoces, y el edificio sospechas

te diré querido amigo que no has llegado al final

pues donde se halla el encuentro del paso que hizo el difunto –el paso es el puente de Segovia, como ya hemos dicho

con la ciudad del ladrillo, y -en portugués- el presunto,

que al gabacho le fue mal La ciudad de Bailen, es famosa por su industria de la cerámica y por su producción de ladrillo, así como por la batalla de Bailen, donde las tropas francesas fueron derrotadas en la guerra de Independencia.

está también el camino, que antes traía agua al sitio, El punto donde se cruza en el mapa el puente de Segovia, con la Calle Bailen, está hoy en día enmarcado por EL VIADUCTO DE SEGOVIA la segunda construcción que se buscaba y que sirve para salvar el desnivel de lo que fue en su momento un antiguo barranco cuya agua desembocaba en el Manzanares.

y es lo que has de nombrar.

Si, ya sé que hacía falta un plano, pero, ¡¡ repámpanos y retruécanos!!  ¿esto es o no es un blog de arquitectura?

 

puentesegovia copia

 Nota del arquitectador: Los dibujos serán especialmente trazados para los ganadores a lo largo de los próximos días-semanas y serán publicados aquí para que podáis verlos. Os serán convenientemente enviados y espero fotos de los mismos con mucha pared alrededor. Enhorabuena.

Un poco más adelante lo mismo hago otro concurso. También podéis escribir al jefe y pedirle que ponga un piso o un coche como premio. ¿Como? ¿Un puesto de bloguero de arquitectura? ¡¡Serás…..!!

¿Fachadas que se abren y cierran solas?

En arquitectura, el tratamiento de la fachada de un edificio es fundamental para su comportamiento desde muchos aspectos, visuales, térmicos, bioclimáticos…. y sobre todo para el impacto en la capacidad de sorpresa del usuario final.

Para este humilde arquitectador -siempre he querido poner humilde y arquitecto en la misma frase- la posibilidad de que la fachada, sin ser totalmente transparente, deje entrever lo que sucede en determinadas zonas del interior del edificio-quedan exentas duchas, inodoros y eventualmente dormitorios y sofás- es altamente atractiva. No me refiero solo a poder ver lo que sucede, sino a poder saber como es por dentro el edificio sin entrar en él. Ya hablaremos de eso en otra ocasión.

 

Por esta vez nos quedaremos en el aspecto visual de una instalación que como podéis ver, aplicada sobre un muro ofrece la posibilidad de variar la apertura del mismo mediante unos dispositivos lumínico-sensibles (células fotoeléctricas)  que dan al interior y al exterior una experiencia dinámica de distintos tonos de luz y también de sucesivos grados de permeabilidad  desde el exterior.

Más allá de la simple anécdota  hemos de reconocer que dispositivos como este ofrecen un mundo de distintas posibilidades  que ya se han explorado, como por ejemplo lo hizo Jean Nouvel en la fachada del Instituto del Mundo Árabe de París, donde la fachada, varía su porcentaje de apertura en función de la luz recibida mediante un sinfín de «ojos», realizados mediante dispositivos similares a diafragmas fotográficos, que se abren o cierran. Una arriesgada apuesta y quien sabe si el inicio de lo que en un futuro pueda ser más común de lo que pensamos.

 

 Nota del arquitectador: No os negaré, que Nouvel se me atraganta, pero es cierto que en esta fachada supo arriesgar y con bastante acierto, aunque el edificio no me parece ni de lejos un buen ejemplo. Será que es lunes y estoy más gruñón que de costumbre de tanto oíros esas cosas de «a por la semana», «venga que ya queda menos para el viernes» y otras zarandajas que me abstendré de calificar.

¿Necesitamos arquitectos geniales?

Sabemos que el deseo de invadir Polonia procede de los acordes wagnerianos, y que una sevillana y un rebujito lo convierten a uno en señorito andaluz por un día. Es de todos sabido que la música amansa a las fieras y que los niños se duermen con canciones, que la gente se frota en la ducha a ritmo de Joe Cocker y en los semáforos cree pilotar el Halcón Milenario por un campo de meteoritos mientras tararea una banda sonora de los ochenta. La música es así, nos invita y nos acerca a todo tipo de actitudes y postureos. Y entre ellos, algunas músicas nos invitan a coger un lápiz y dibujar, a proyectar nuestros deseos en vidas no vividas, hechas trazo y papel.

Todo esto -y algunas cosas más- las pensaba este arquitectador ayer por la noche, cuando tras terminar el servicio habitual de búsqueda pertinaz del cliente, me deje llevar silbando entre peatones y semáforos hasta el concierto que el saxofonista Joshua Redman ofreció en el teatro Lara de Madrid.

Joshua Redman en el teatro Lara de Madrid

Joshua Redman en el teatro Lara de Madrid

Recordaba durante el trayecto, que mientras estudiaba arquitectura, un buen día y sin venir a cuento, harto de reinventar la rueda cada día para que mis profesores no me machacaran en las correcciones de proyectos, me descubrí a mí mismo explorando la web de una tienda de instrumentos musicales y pulsando el botón  buy sobre un brillante e hipnótico saxo tenor.

-Oye, que lo mismo me compro un saxo– le dije a mi mujer, como el que dice que se va a bajar la basura.

Ya. Hay que comprar huevos -me respondió.

Aquella metáfora sobre la ausencia de material testicular era a todas luces errónea  pues desde poco después, en los descansos de mi trabajo y para deleite (?) de vecinos y allegados, este que suscribe agarra el chisme en cuestión y lo sopla hasta que las ideas acuden a su cabeza, que no creáis que llenar un plano cuando está en blanco es tarea fácil, como no lo es llenar un tiempo de sonidos y acordes dentro de una armonía.

El caso es que mientras escuchaba emocionado al bueno de Joshua, empeñado en demostrarme que jamas sacaré un sonido la milésima parte de bueno de mi dorado instrumento, comprendí que -para la mayoría de nosotros- no se puede ser tan bueno como el Corbu o como Wright, no se puede ser un Aalto o un Neutra, no podremos alcanzar a entender a Moneo o a Rogers y de la misma forma que precisaría interpretar durante unos 487 años para lograr una sola nota que emocionase, también necesitaría varios siglos para llenar un plano con unas ideas lo suficientemente buenas como para impresionar o innovar. Y probablemente ni siquiera el tiempo me hiciese lograrlo. Todo ello por una razón  Joshua Redman, Le Corbusier, Wright y tantos otros, han sido unos genios en lo suyo. Han trabajado como bestias, han dedicado una vida entera, han llenado minutos de música y emociones, han cubierto planos y espacios con volúmenes increíbles y lo han hecho en gran medida por que tienen unas características especiales.

Yo, como millones de aficionados a tocar un instrumento, soy un tenazas. Yo, como la mayoría de arquitectos del mundo, no firmaré obras de revista. Pero aspiro -y a veces creo conseguirlo- a dejar satisfecho a un cliente, a una sonrisa y un guiño cómplices cuando ve su casa terminada, al igual que veo la sonrisa de los amigos disfrutando cuando vienen a un concierto y sus pies tabletean contra el suelo a ritmo de la música.
Todo eso, tan cotidiano, es nuestro éxito, y lo que nos emociona y nos hace seguir en nuestro trabajo, y en nuestros hobbys. Nos emociona tanto como escuchar al increíble Joshua o contemplar las obras del Corbu.

Que no nos falten los genios. Los necesitamos.

Iglesia de Ronchamp. Le Corbusier. Foto wikipedia.

Nota del arquitectador: Los genios son necesarios. Para nosotros, que somos sus imitadores. Pero la sociedad necesita, sobre todo, arquitectos trabajadores, que busquen que el cliente tenga el proyecto que desea y que se lleve a cabo. Porque por mucho que a este arquitectador le guste el paralelismo música-arquitectura, no son, no pueden ser lo mismo.

 

RECORDATORIO: AUN PUEDES PARTICIPAR EN EL CONCURSO DE LA ARQUIADIVINANZA

 

 

 

Concurso: Un hombre y dos construcciones

Llega la primavera y el arquitecto se atolondra hasta el atocinamiento. Es en estos momentos del año cuando suelo -solía hacerlo antes- hacer un concurso entre mis cercanos sufrientes a los que premiaba-castigaba con un dibujo a mano original. Como no les obligo a ponerlo en lugares preminentes de la casa, me lo admiten de buen grado e incluso gustan de jugar a adivinar los acertijos (siempre arquitectónicos  que les propongo, así que he decidido hacerlo extensivo a los habitantes de este blog.

NORMAS: Ní se dejan pistas, ni preguntas, ni respuestas parciales en los comentarios, a los que no responderé. Las comunicaciones se harán al siguiente mail: arquitectador@gmail.com

OBJETIVO: Se busca el nombre de un hombre y dos construcciones.

SOLUCION: Solo por mail a arquitectador@gmail.com y solo soluciones completas con el razonamiento que os ha llevado hasta ellas. Ya sabeis, un hombre, dos construcciones y el razonamiento. No respondo a soluciones parciales.

PREMIO: Un dibujo a mano original. Un autentico Morea para presumir delante de las amistades. El diario 20minutos. es también colabora con una suscripción a sus contenidos digitales durante un año. Ah, no, que ya son gratis….

PREMIADOS: Los tres primeros que adivinen las tres cuestiones (un hombre y dos construcciones) y justifiquen el razonamiento por el que han llegado.

PLAZO: Si no lo adivináis antes del 15 de Junio, además de ser unos zoquetes me llevo el juego y lo declaro desierto.

RESPUESTAS CORRECTAS ANTE NOTARIO: ¿Tu estás mal o qué? Como vamos a molestar a un notario para esto, chavalín, te toca fiarte de mí, que en esto soy muy serio.

A juuugaaAAARRRR:

 

 ARQUIADIVINANZA

Se habla de una sucesión en la que nadie sucede,

y aunque nunca llegará, a existir un fallecido

ni un depuesto, ni un ungido,

ni por nacimiento ha sido,

habrá quien será siguiente,

con la suma de la herencia

de anterior y precedente

 

Y como hablamos de varios, desde la nada hasta el fin

el que haga el diecisiete marcará el giro terráqueo en el que murió el delfín

de aquel que inició las obras de tan grande construcción

que aún hoy es insensato, exagerado, pazguato

e incluso bobalicón

suponer que exista obra de Cipango a Guanajuato

que dure más que la suya

y si bien se la mencionas a arquitecto o constructor

tomáralo como insulto,

como burla y como pulla.

 

El muerto que mencionamos, engulló con nueve ojos

el agua de una ciudad,

y ayudare al caminante,

que de un lado al otro va,

a cruzar aquella calle con nombre de numeral

 

Si su nombre ya conoces, y el edificio sospechas

te diré querido amigo que no has llegado al final

pues donde se halla el encuentro del paso que hizo el difunto

con la ciudad del ladrillo, y -en portugués- el presunto,

que al gabacho le fue mal

está también el camino, que antes traía agua al sitio

y es lo que has de nombrar.

 

 

Plaza Mayor. Dibujo a tinta de Miguel Morea
Plaza Mayor. Dibujo a tinta de Miguel Morea

 

Nota del arquitectador: No busquéis métrica, ni orden en los versos. Uno es de ciencias y las humanidades le quedan grandes.

¿Te gustaría columpiarte mientras esperas el autobús?

Que no has terminado de crecer se demuestra fácilmente  Es ver un balón inmóvil a menos de dos pasos de ti o una cuerda a dos palmos de suelo y raro será si resistes la tentación de sacar un libre directo a la escuadra o de saltar sobe la cuerda a ritmo de «soy capitán, soy capitán, de un barco inglés….»

No te avergüences lechón, a mi me pasa lo mismo. Nos gusta jugar.

En Montreal, el colectivo canadiense Daily Tous Les Jours sabedores de esta verdad universal, han realizado un montaje urbano -que yo aplicaría sin dudar a las paradas del autobús  la actividad más aburrida del universo, después del cambio de temporada del armario- en el que los viandantes disfrutan de un columpio que al mecerlos emite sonidos de piano y xilófono. Un montaje urbano-musical, que desde luego daría una impresionante vida al paisaje de nuestras ciudades, que tantas veces se convierten en lugares en los que compartimos mucho tiempo con el ser humano contiguo intentando evitar el choque de miradas.

 

Imagino yo que debe ser muy difícil balancearte esperando el autobús y no dedicarle una buena sonrisa a la señora/maromo de la izquierda o un guiño a la morenaza/o de la derecha, dirigiéndole un sonoro «¿vienes mucho por aquí, prenda?» en ese momento en el que la secuencia de vuestros columpios se encuentran en el aire. Lo mismo con ideas como ésta, saldríamos a la calle como antes, porque sí, a ver a quién te encuentras, a callejear, a jugar o a esperar el autobús.

Nota del arquitectador: Nunca he entendido la frase «no te columpies», con lo divertido que es columpiarse y parece que a partir de cierta edad lo tenemos prohibido y mal visto. Columpiate todo lo que quieras, a placer, es gratis.

 

Arquitectura y onanismo, no es lo mismo

Durante una visita que recibimos en una obra, nos encontrábamos varios técnicos frente a la fachada esperando al arquitecto de la misma. Uno de los allí presentes, un maño, técnico de calidad de un gran valor profesional, uno de esos hombres de valía, serio y cabal, empezó a hablar de la fachada, alabándola:

-…es potente la imagen que proyecta ese mármol  con ese color sonrosado y esas vetas, que se podría decir que simulan venas, o vasos capilares.….como una piel….

todos mirábamos la fachada absortos, de brazos cruzados

– ….vamos ¡como un pene……! – soltó sin pensárselo.

A la sorpresa general, se unió la carcajada del tipo, que pensé que se iba a morir de la risa, y tras él, todos los demás.
Creo que fue mi primer -y único- contacto con las fachadas orgánicas. Pero el hombre y la arquitectura avanzan y a lo largo de los años he encontrado obras que no solo por su aspecto sino por su composición material o por su funcionamiento, estaban inspiradas en estructuras de origen vegetal o incluso animal o construidas con elementos que, siendo perecederos y cambiantes por su naturaleza orgánica, debidamente tratados ofrecen algunas características interesantes por sus comportamientos bioclimáticos, aislantes o simplemente de integración en el paisaje.

Como sabéis no suelo traer aquí muchas obras – en riguroso cumplimiento de que el blog no se convierta en esas paginas chulas de los dominicales del papel couché más glamouroso- pero en este caso quiero mostraros un edificio que por su sencillez formal, por el material elegido y por la habilidosa mezcolanza entre la construcción tradicional del lugar y las formas más innovadoras merece un lugar entre esas arquitecturas de tipo orgánico de las que hablo.

Se trata de una vivienda en la ciudad holandesa de Zoetermeer realizada por el arquitecto Arjen Reas en la que las fachadas y la cubierta están recubiertas en hierba seca natural y el sencillo volumen y la continuidad de cubierta y muros lo convierten en uno de esos elementos tan bien resueltos que dan envidia y en los que el tratamiento de los huecos con esa manera de rasgar de arriba a abajo todos los elementos de la casa, son simple y llanamente geniales.

No hace falta más.

Ni curvas imposibles, ni jerseys de cuello alto, ni haber nacido en la más profunda Persia.

Chúpate esa, Zaha.

 

Foto cortesía Arjen Reas ®keeshageman

Foto cortesía Arjen Reas ®keeshageman

 

Foto cortesía Arjen Reas ®keeshageman

Foto cortesía Arjen Reas ®keeshageman

Nota del arquitectador: No estoy seguro de que haber escogido la paja como material del día y la anécdota introductoria sean la combinación más adecuada. De hecho el adjetivo introductorio no es una erección afortunada. ¿que se dice elección? ¿seguro? No me suena.