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¿Quién es la chica que juega al Monopoly con los Beatles?

Jackie DeShannon y Paul Harrison, 1964

Jackie DeShannon y George Harrison, 1964

Agosto de 1964. Los reyes del mundo son los Beatles. Acaban de aterrizar en los Estados Unidos para una gira de treinta conciertos. Habían conquistado al país durante la primera visita, en febrero, pero entonces se dedicaron, sobre todo, a aparecer en televisión. Ahora, en verano, la pretensión era llenar estadios con el tirón de la beatlemanía.

La gira, planeada al dedillo por el agente e ideólogo del grupo, Brian Espstein, fue un éxito en términos económicos, con un millón de dólares de ingresos limpios en entradas vendidas, pero un desastre en lo musical.

A Epstein, demasiado pendiente de la caja registradora, le importaba poco el sonido del grupo. Alquiló equipos de amplificación de escasa potencia para recintos abiertos con entre 10 y 20.000 asistentes. Anulada por la algarabía de la fanaticada, la música no se escuchaba.

Aunque los Beatles eran tratados como celebridades en todas las localidades y ningún capricho les era negado, las exigencias del grupo eran escasas. Una de las pocas condiciones de Lennon y Paul McCartney fue elegir a la telonera que abriría los shows de la gira. No lo dudaron: querían a Jackie DeShannon.

Jackie DeShannon, 1967

Jackie DeShannon, 1967

La elección tenía sentido: se trataba de una de las mejores cantantes-compositoras de la época y brillaba. Acababa de editar Needles and Pins, una balada de tono soul que se convertiría en éxito mundial en la versión (mucho más blanda y sin aristas) de los Searchers.

DeShannon acompañó a los Beatles durante el tour. En las actuaciones demostró que tenía rodaje y arrestos. Los ciegos fans del cuarteto inglés no dejaban de chillar reclamando al grupo. En esas incómodas condiciones, la cantante y su grupo interpretaban tres temas. Lennon y McCartney no se perdieron desde el backstage ni una de las actuaciones y felicitaron efusivamente a la telonera.

«No entiendo al público. Tus canciones son mejores que las nuestras«, le dijo McCartney.

Quedaron pocas pruebas de la participación de DeShannon en los eventos. Los ojos mediáticos eran para los Beatles y la telonera no le importaba a casi nadie. Su buena relación con el grupo inglés puede apenas ser comprobada en algunas fotos en las que que aparece, moderna y pop,  jugando al Monopoly con George Harrison en un hotel.

"When You Walk in the Room"

"When You Walk in the Room"

Jackie de Shannon regresa a la música en septiembre con un nuevo disco, When You Walk in the Room, el primero en once años.

Es injusto recordarla por la circunstancial condición de ser telonera de los Beatles en las caóticas actuaciones de  1964.

Sus canciones han sido interpretadas por Bruce Springsteen y Al Green; cantó con Elvis Presley, los Byrds, Randy Newman, Burt Bacharach y Jimmy Page, el líder de Led Zeppelin, que años después le dedicó la más hermosa de las canciones del grupo, Tangerine; editó docenas de canciones intensas e inteligentes (entre ellas Bette Davis Eyes, que sería superventas global en la versión, mucho menos inspirada, de Kim Carnes); superó las trabas de ser una chica en un mundo de hombres; inspiró a Aretha Franklin, Joni Mitchell y Carole King; firmó uno de los mejores discos de los años hippies, Laurel Canyon (1968)…

Escúchenla aquí cantando con alma negra entre tontos blanquitos o aquí y aquí, arrebatada como una hija del gueto.

Hoy dedicamos este Top Secret a una intérprete y compositora que hizo bastante más que jugar al Monopoly con los Beatles.

Ánxel Grove

Constructor de purgatorios pop con complejo de Napoleón

Back To Mono

Back To Mono

Ninguna otra proclama tan indispensable: Back To Mono. Bastante más que una simple bandera, De regreso al Mono, al sonido monoaural, de un sólo canal, implica varias proposiciones.

En primer lugar, renunciar a la falsedad del estéreo (del griego stéreos, sólido). En segundo, volver a la audición natural, la percepción de las ondas sonoras que se propagan por el espacio.

El eslogan no es una necedad de la propaganda. Conviene situar el contexto temporal: fue enunciado en 1991 como título de un cofre de cuatro discos (en principio de vinilo, luego se reeditaron en compacto digital) dedicado al trabajo como productor, entre 1958 y 1969, de Phil Spector.

En 1991 no había manera de escuchar la música de Spector en su original fidelidad. Sus mejores discos, publicados por su propia empresa, Philles Records, eran un producto del pasado y sólo se distribuían en recopilaciones dudosas. No había forma de regresar al mono. En 1991 habíamos olvidado el don de la escucha humana. Back To Mono nos la devolvió.

Phil Spector

Phil Spector

Spector -a quien hoy dedicamos la sección Cotilleando a…– es lo más parecido a Mozart que ha dado el pop occidental.

Como sucede con cualquier ángel, el envés de sus alas esconde cochambre: podredumbre moral, desamor, demencia, crueldad, un crimen…

En el lado angélico: sinfonías impecables de menos de tres minutos; canciones que te tocan y te seducen para siempre; cápsulas de sexo y turbación; «música emocional», como él mismo decía, para una «generación emocional».

Veinte pequeñas claves para entender al mejor constructor de purgatorios pop, un hombre con complejo de Napoleón que supo tratar con las canciones pero no con el mundo.

1. Harvey Phillip Spector, nacido el 26 de diciembre de 1940, era hijo de dos inmigrantes rusos de etnia judía. El apellido original era Spektor, pero un oficial de inmigración lo cambió por confusión fonética.Vivían en Soundwiew, una fea zona del Bronx neoyorquino.

2. El 20 de abril de 1949, Ben Spector, el padre (rubio, jovial, bregado, trabajador de una acería), se despidió de la familia tras los huevos revueltos con café. Condujo el coche durante unas cuadras y lo aparcó. Del maletero sacó una manguera, conectó un extremo al tubo de escape y se dejó matar, sentado en el asiento del conductor, por el monóxido de carbono. Nadie sabía que estaba deprimido hasta el extremo del suicidio.

3. Harvey -asmático, feucho, bajito- creció marcado por la muerte del padre al que idolatraba. Bertha, la madre, también. En 1953 se fueron Los Ángeles para intentar alejarse de los recuerdos. El cambio de panorama fue vano: en la mujer creció una neurosis obsesiva. Estaba convencida de que Harvey también acabaría suicidándose. Otras veces, en pleno ataque compulsivo, decía al crío: «Tu padre se mató por tu culpa».

Phil Spector, 16 años

Phil Spector, 18 años

4. Cuando jugaba al Monopoly, Harvey-Phil  hacía trampas: escondía billetes extra en los bolsillos y los utilizaba sin que sus rivales lo notasen.

5. Montó un grupo con dos compañeros de instituto, los Teddy Bears. El 20 de mayo de 1958 Spector alquiló por 20 dólares dos horas de estudio. Grabaron una balada hipnótica, To Know Him Is To Love Him, título idéntico al epitafio escrito en la tumba de su padre. Antes de fin de año la canción era número uno nacional.

6. Se fue durante dos años a Nueva York para aprender de los mejores compositores de la época. Aunque tenía dinero, le gustaba parecer bohemio y dormía en el sofá de la oficina de Jerry Leiber y Mike Stoller.  Con el primero compuso, en una noche loca en la que todos los asistentes a una fiesta terminaron desnudos, Spanish Harlem, que sería un éxito cantada por Ben. E. King.

7. En 1961 pisó por primera vez la consulta de un psiquiatra. Lo hizo para evadirse del servicio militar.

8. En 1961 funda, con Lester Sill, Philles Records, una de las primeras discográficas independientes del pop. Aunque la aventura sólo duró cinco años, el impacto fue indeleble. Spector fue el primer productor-artista, responsable al completo de la canción como idea. Quería ejercer un «acercamiento wagneriano al rock and roll, pequeñas sinfonías para los jóvenes«.

El jefe

El jefe

9. Diez mandamientos. Primero: nada de estéreo, porque separar el sonido en dos canales diferentes es un acto contrario a la capacidad auditiva del oyente. Segundo: muro de sonido, integración, collage, la canción es un todo y los matices tímbricos no importan. Tercero: Los solistas, prohibidos. Si son necesarias diez baterías, diez baterías.  Cuarto: varios instrumentos tocando al unísono las mismas progresiones. Quinto: castañuelas y panderetas. Sexto: adiós al elepé («dos buenas canciones y diez basuras») y regreso al single, fervoroso, inmediato. Séptimo: mando único. Los músicos, sean quienes sean, tocan como decide el productor. Octavo: mercenarios, los mejores, pero anónimos. Spector contrata a los mejores músicos de Los Ángeles, les paga bien pero les mantiene fuera de los focos. Comienzan a ser conocidos como la Wrecking Crew. Noveno:  el sonido empastado está pensado para que se escuche especialmente bien en los transistores de radio y los jukeboxes. Ninguna mezcla era aprobada si no pasaba la prueba de sonar irresistible en una rockola. Décimo: sexo. Si las canciones de la factoría Motown eran bien educadas y formales (negros cantando para público blanco, conservador y protestante), las de Spector eran lascivas y enigmáticas.

The Ronettes y Phil Spector, 1963

The Ronettes y Phil Spector, 1963

10. Lluvia de hits. Los discos de Spector tuvieron un éxito grandioso. Calaban a la primera escucha pero eran densos. Se mantenían en la memoria pero sin artificiosidad. The Crystals fueron la punta de lanza. Se especializaron en amores difíciles: en He’s a Rebel la cantante desea al líder de una pandilla y en He Hit Me (It Felt Like a Kiss) el amor se mezcla con el masoquismo. Otro trío de chicas, The Ronettes, fueron quizá el mejor grupo vocal de la historia con las impecables Be My Baby y Baby I Love You. Spector se metió al público en el bolsillo. Comenzaron a llamarle «el magnate teen«.

11. Cuando los Beatles viajaron por primera vez a los EE UU en 1964 -en la gira cuidadosamente planeada de la beatlemanía-, pidieron que Spector les acompañase. El productor voló a Londres y regresó a Nueva York con los Cuatro Fabulosos, que le veneraban. Al bajar del avión, que era esperado por miles de fans, John Lennon pidió a Spector que saliese antes. «Tú fuiste el primero», le dijo.

12. Reinado breve. Tras prendarse del soul de ojos azules de los Righteous Brothers y empaparlos de dramatismo, Spector cerró Philles Records con la más compleja de sus producciones, River Deep – Mountain High, de Ike & Tina Turner, una avalancha compacta y atormentada.

'Ronnie' Bennett. Al fondo, Spector

'Ronnie' Bennett. Al fondo, Spector

13. Se casó en 1968 con Veronica Ronnie Bennett, la chica mala de las Ronettes. El matrimonio terminó en divorcio en 1974. Spector la sometió a malos tratos. Cuando ella se «portaba mal» la encerraba en un armario. Antes había estado casado (1963-1965) con Annete Merar, a quien también le hizo la vida imposible

14. En 1969 Spector hizo un cameo en la película Easy Rider (Dennis Hopper). Interpreta a un traficante de drogas.

 15. Perdió interés por la música. Se convirtió en un recluso paranoide encerrado en la mansión suntuosa que compró en Beverly Hills (21 habitaciones). Unos años después le pareció poca cosa y compró otra, una especie de castillo de dibujos animados llamado Pirineos (33 habitaciones) en la calle Alhambra. Contrató a un guardaespaladas y siempre iba armado.

16. Fue colega de farras y drogas del comediante Lenny Bruce, perseguido por obscenidad por los jueces conservadores estadounidenses.

Lennon y Spector

Lennon y Spector

17. Fue llamado por los Beatles para que intentase salvar las canciones que luego formarían el álbum Let It Be (1970). Las sobreprodujo y estropeó. Paul McCartney se enfureció tanto que en 2003 volvió a editar el disco eliminando toda la intervención de Spector (Let It Be… Naked).

18. Lennon siguió manteniendo la fe en Spector. Le encargó la producción del single Instant Karma! (1970) y de varios de sus álbumes como solista, entre ellos  Imagine (1971) y el infausto Rock & Roll (1975), quizá el peor de los discos del beatle. Spector también produjo un disco de Leonard Cohen (Death of a Ladie’s Man, 1977), al que amenazó con una pistola en el estudio, y otro de los Ramones (End of the Century, 2000).

19. En 1974 estuvo a punto de matarse cuando perdió el control de su Rolls Royce y salió despedido por la luna delantera. Trescientos pedazos de cristal se le clavaron en la cara. Le diagnosticaron trastorno bipolar y cierto grado de esquizofrenia. «Si hablas con Dios, dicen que rezas. Si Dios te habla, dicen que eres esquizofrénico», declaró.

Spector en el banquillo

Spector en el banquillo

20. En 2003 mató de un tiro a la actriz Lana Clarkson. Se negó a ser detenido y la policía le redujo con una descarga eléctrica. Durante el largo proceso judicial sostuvo que Clarkson se suicidó: «¿Por qué tuvo que venir a mi casa y besar la jodida pistola con sus jodidos labios?». En 2009 fue condenado a 19 años de cárcel. Está internado en la prisión californiana de Corcoran, donde también se aloja Charles Manson.

 Ánxel Grove

 

 

 

 

 

 

¿Quién toca la batería en la letrina?

Paul McCartney, 1979

Paul McCartney, 1979 (foto: Linda McCartney)

De salida: de ser necesario vestir la camiseta de algún equipo, soy lennonista.

Lo que hizo John Lennon con los Beatles (Tomorrow Never Knows, Yer Blues, Come together…) le salva con creces de toda la melaza de sus años como artista (¿desde cuándo el rock and roll es arte?: es sólo sexo) y las vergonzantes proclamas de millonario diletante -con estrella maoísta y japonesa nerda colgada del brazo- que le soportamos en vida y post mortem.

Otra matización: me gustan los Beatles desde 1963 y gasté en ellos mis primeros y últimos ahorros. Fueron la felicidad solitaria, la única esperanza, el shock, mi luz, mi grieta… En su espejo los Rolling Stones irradiaban su verdadera esencia: pijos hip de escuela de arte y boutique.

Los Beatles son la anfetamina proletaria donde los Stones son la cocaína de los pijos.

Vamos a lo que vamos. Paul McCartney, ese hombre que tiende a salir en las fotos con cara de merecerse una bofetada, esa repelencia con piernas, ese mago de las finanzas, adicto a la toxina botulínica y socio de Steve Jobs (otro prenda de cuidado) en el negocio de sacarle cash flow a los muertos

¿McCartney, Sir de su graciosa majestad, héroe masivo de estadios y cuatro generaciones, uno de los músicos más celebrados sobre la faz de la tierra, en Top Secret, la sección sobre tesoros ocultos de este blog?

Es un contrasentido, sí, pero sólo hasta cierto punto. El buen Macca, el tipo que suele perder en todos los juicios sumarísimos contra su colega Lennon, merece el mismo trato que éste. Pese a que no ha sido tiroteado por un lunático y elevado al cielo de los rockeros muertos, donde el don de santidad se cotiza barato, es dueño de una obra que le redime de todas las tonterías que ha firmado, que son numerosas.

"McCartney" (1970)

"McCartney" (1970)

Se acaban de reeditar los dos primeros discos que publicó con su nombre (en el medio hubo otros, con el grupo Wings y con su mujer, Linda).

El primero, McCartney, es el de la incorrección y el adulterio: lo grabó (entre finales de 1969 y marzo de 1970) mientras los Beatles aún existían como grupo.  Les puso los cuernos a sus compañeros. Todos deseaban hacerlo, acabar con la pesadilla de la guerra termonuclear de egos mediante la consumación de un acto indecoroso de traición. No se atrevieron y le tocó a Macca cargar con acusaciones tan bellacas como sugerir que anunció la disolución de la banda, en abril de 1970, para conseguir aumentar las ventas del disco como solista.

"McCartney II" (1980)

"McCartney II" (1980)

El segundo, McCartney II, apareció diez años más tarde, en 1980. Es un disco electrónico, el Macca-Máquina.

Con ambos álbumes se ha cometido con frecuencia la injusticia de la lapidación.

Los fans integristas de Lennon que pueblan el planeta ni siquiera se tomaron la molestia de escuchar el primero, al que catalogaron sin más como un capricho de niño mimado. El segundo, editado en los febriles tiempos de la New Wave, ha sido ninguneado por la historia y pateado fuera de contexto.

No tiene mérito insistir en la intuición musical de McCartney: ahí están sus grandes canciones con los Beatles (Helter Skelter, Hey Jude, Lady Madonna…) para defenderse solas. Pero ya esta bien de quitarle la corona que compartía y dársela a Lennon en calidad de tribuno invicto y líder indiscutible.

Jugando con cintas

Jugando con cintas

Macca era el mejor músico del grupo (¡escuchen cómo toca el bajo en I’ve Got A Feeling!), el vocalista al que Lennon acudía cuando no podía llegar a las notas altas (en A Hard Day’s Nigth, por ejemplo) y el más rocker de los cuatro fabulosos (basta comparar su disco de oldies, el rabioso Снова в СССР, con la mayestática intentona de Lennon, Rock’n’Roll, un insulto a los padres fundadores)…

En el otro platillo de la balanza están su propensión a la balada tontorrona (Martha My Dear debe ser la peor canción del grupo, compartiendo trono con Revolution #9, del camarada Lennon), las pésimas letras que escribía (las de John no eran mejores: ninguno de los Beatles aprobaría el examen de admisión en un cursillo de literatura para principiantes), los tanteos vergonzantes con el cine (Magical Mistery Tour), sus muchos discos prescindibles (por citar uno, Back to the Egg, manténganse lejos), los negocios que tantas veces empañaron su inspiración (la de Lennon la empañaba el sentimiento de inferioridad que le hacía subirse a cuanto carro pasase por delante) y esa propensión de senectud a presentarse como un ángel siempre joven.

Estos días he escuchado con deleite McCartney y McCartney II. Insisto: han crecido con el tiempo. Me llevan a 1970, cuando la tristeza de la agria disolución de los Beatles, aquella combinación de química irrepetible donde 1+1+1+1 sumaba bastante más que cuatro, quedó mitigada por Maybe I’m amazed, la mejor canción de cualquier beatle en solitario, la balada soul que el grupo nunca fue capaz de componer o interpretar pese a los muchos intentos.

Macca cumple 70 años en 2012. El par de discos self made que reedita ahora (lo toca todo, incluida la caja de batería grabada sobre una letrina para obtener resonancia de cloaca) me reconcilian con su obra, la justifican según mi modesto punto de vista, y me llevan, debo repetirlo (la melancolía es la única religión en la que creo), a los tiempos de bautismo de fuego de la mejor de las décadas, los años setenta.

También me hacen recordar que alguna vez viví en un mundo de canciones cromadas y hambrientas. Esa tierra donde mandaba la vieja costumbre de sentir está quemada, pero algunas canciones son ignífugas. Macca ha compuesto suficientes como para respetarle.

Ánxel Grove

Un chico de Queens es el King

Joey Ramone (1951-2001)

Joey Ramone (1951-2001)

El apodo hurta al personaje su identidad legal. El nombre dice poco, casi nada: Jeffry Ross Hyman .

El apodo pega más fuerte que una brigada de demolición: Joey Ramone.

Hace cinco días se cumplieron diez años de su muerte.

También hay otra efeméride paralela y fúnebre: quince años (1996) de la última actuación del grupo en el que Jeffry-Joey cantaba, los Ramones, la banda de bubblegum-punk más adorable de la historia. Los que quisiera escuchar en mi funeral.

Ambas circunstancias merecen un Cotilleando a…

1. Jeffry Ross Hyman nació en 1951 (en mayo hubiese cumplido 60 años). Familia judía de clase media. Disfuncional (divorcio en 1960). Barrio de Forest Hill, en Queens (Nueva York). Antes jugaban en el club de tenis un grand slam. Se lo llevaron los pijos de Flushing Meadows (¿a quién a no ser un niño-pera se le ocurre un eslogan como «it must be love» para ver a dos sobremusculados corriendo por el pasto?).

2. Jeff nació con una pelota de tenis pegada a la columna vertebral. Un tumor con nombre de droga para inhalar: teratoma (del griego terasteratos: pesadilla, monstruo). Se lo extirparon. «Todo ha salido a la perfección», dijeron los cirujanos. No fue así: Jeff sufrió graves secuelas toda su vida.

3. A los 13 años empezó a tocar la batería. Estudiaba en el Hasley, un instituto público cuyo lema es peor que el de algunos torneos de tenis: Transabeo Scholae Sed Vitae Discimus. Traduzcan si les apetece. A mí no.

4. Compartía cuarto con su hermano menor, Mickey. No se cansaban de escuchar a los Beatles, las Ronettes, Iggy and The Stooges, David Bowie, The Who, The Beach Boys… Lo único sobre este malpaís de lo que está orgulloso dios.

5. Montó su primer grupo en 1972. Nombre de batalla: Sniper (Francotirador). Eran glam: llevaban zapatos de plataforma. Jeff ideó su primer heterónimo: Jeff Starship. Todo rocker tiene un pasado vergonzante. De ahí la rabia por venir.

6. Ese mismo año tuvo que ser ingresado en un hospital. Escuchaba voces en su cabeza (y no eran las de John Lennon y Ronnie Spector). «Has cerrado mal la puerta», «llevas mal lavado el pelo», «no vas a decir bien lo que estás a punto de decir». Ese tipo de mierda. Sufría ataques de furia. Amenazó a su madre con un cuchillo. Tienen un nombre que, en siglas, suena a rock and roll: TOC (Trastorno obsesivo compulsivo). Pastillitas.

7. Deberían agrandar la fuente tipográfica del año en los calendarios: 1974. Nacen los Ramones. Los cuatro músicos, que se conocían del instituto del eslogan lamentable, deciden adoptar personalidades falsas, hermanadas por el apellido Ramone. Se lo birlaron a Paul McCartney, que lo usaba como mote en los hoteles (Paul Ramone) cuando le daba por el incógnito.

8. Gastaron en los primeros instrumentos 50 dólares: Johnny Ramone (John Cummings, un raterillo con antecedentes) compró una guitarra Mosrite azul y Dee Dee Ramone (Douglas Colvin) un bajo DanElectro. Joey ya tenía una batería. Se la habían regalado sus padres.

"Ramones" (1976): desde la izquierda, Johnny, Marky, Joey y Dee Dee

"Ramones" (1976): desde la izquierda, Johnny, Tommy, Joey y Dee Dee

8.  Antes del fin de 1974 convencen a Joey de que deje la batería y se coloque ante el micrófono. La idea de cantar le producía pánico por timidez y porque su voz le parecía «horrorosa, insoportable». Unos años después Phil Spector, que de timbres vocales sabe un rato (también de armas de fuego), le aseguró que estaba llamado a ser «el nuevo Buddy Holly«.

9. Los primeros ensayos anuncian la conmoción: menos es más, vale, pero tienes que ir a todo trapo. Cuatro chicos uniformados (chupa de motero, jeans-pitillo rasgados en las rodillas, zapatillas baratas de travesuras, pelanas) tocando a 3.000 revoluciones por minuto, reduciendo la herencia de Elvis y Slade a pura fórmula masturbante. ¿Son hombres? ¿Son pájaros surfistas? ¿Son súper héroes de Marvel? ¡Son los Ramones! La historia discográfica es tan bonita que no merece la suciedad de las palabras. Vívanla ustedes.

10. Primer concierto: 30 de marzo de 1974, en el Perfomance. Canciones-metralleta de menos de dos minutos. Ninguna interrupción entre tema y tema excepto algún grito tribal: «One, two, three, let’s go!», «Gabba Gabba Hey!»… Siguieron aplicando la fórmula durante 22 años, en 2.263 conciertos. En cada actuación de dos horas podían tocar entre 120 y 160 temas. No necesitas descansar cuando eres feliz.

"Bonzo Goes to Bitburg" (1985)

"Bonzo Goes to Bitburg" (1985)

11. La vida interna del grupo no tiene la misma belleza y los héroes, como sabemos, tienen talones. Johhnny es un reaccionario («el punk es de derechas»). Casi llega a las manos con Joey por el single Bonzo Goes to Bitburg, donde se critica la visita oficial del presidente Ronald Reagan a un cementerio donde están enterrados altos mandos de las SS nazis.

12. Dee Dee vive pendiente del siguiente pico de heroína.

13. Johnny acusa a Joey, cada vez más creativo e importante en el grupo,  de querer ser «una prima donna». Después se lía con la novia del cantante, Linda Danielle, con la que acabará casándose. Joey, que jamás volverá a dirigir la palabra a ninguno de los dos, contesta con una canción: The KKK took my baby away (El Klu Klux Klan se llevó a mi chica).

14. Joey empieza a darle duro al alcohol y la cocaína.

15. En 1994 le diagnostican un linfoma. No dice nada al resto del grupo.

16. Los Ramones tocan por última vez en 1996. El año anterior editan el premonitorio y mágico ¡Adiós amigos! (así, en bravo castellano y con signos de admiración de entrada y cierre), su decimocuarto álbum de estudio. Joey canta mejor que nunca y los músicos, que ya ni se hablan, deciden regalarnos un último momento de felicidad plena. El Abbey Road de los noventa.

17. En 1999 Joey produce un extenden play para Ronnie Spector (cantante de las Ronettes y ex esposa de Phil Spector). El disco, She Talks to Rainbows, es delicioso.

Joey Ramone (1951 - 2001)

Joey Ramone (1951 - 2001)

18. El estado físico de Joey se deteriora. En diciembre de 2000 se rompe una cadera en una caída accidental. No le pueden operar porque deberían interrumpir la quimioterapia contra el linfoma. El 15 de abril de 2001 muere en un hospital de Nueva York tras escuchar una canción de U2, In a Little While.

19. En 2003, el Ayuntamiento de Nueva York rinde homenaje al chico de Queens que se convirtió en King: crearon la esquina de Joey Ramone, en el bloque del CBGB, el club donde los Ramones tocaron tantas veces. Después de unos años tienen que elevar la placa a seis metros de altura porque no paran de robarla.

20. En 2004 Entre 2002 y 2004 mueren otros dos ramones: Dee Dee, el 5 de junio de 2002 (sobredosis de heroína), y Johnny, el 15 de septiembre de 2004 (cáncer de próstata). Ambos habían trasladado su residencia a Los Ángeles y allí están enterrados. Nunca regresaron a Nueva York.

Ánxel Grove