Ay madre, que lloro. Llorad conmigo, amigos todos, que viene el tren :’)
Los pelos como escarpias, se me ponen.
¿Lo recordáis? Llegábamos del colegio por la tarde, nos cogíamos nuestro bocadillo de nocilla y nos sentábamos en nuestro sitio favorito -el mío era la alfombra- a disfrutar del episodio del día de Barrio Sésamo.
Todo empezó en el programa Un globo, dos globos, tres globos, en el que desde el ’75 hasta el ’78 podía uno disfrutar de la sección Ábrete Sésamo, que era el Sesame Street original del maravilloso Jim Henson, emitido íntegro y doblado al español. En él salían los clásicos: Epi y Blas, Triqui, Gustavo, Coco, el conde Draco… Entre el ’79 y el ’80, todo esto se llevó a Caponata y Pérez Gil, donde ya aparecía el personaje de Julián, el quiosquero. Y, después de un parón de tres años, llegó el Barrio Sésamo que todos recordamos, el de Espinete, que se mantuvo en antena hasta el ’88 y durante casi 300 episodios nos enseñó las formas geométricas, a contar, a lavarnos los dientes o por qué tenemos cosquillas.
Fue en este período donde conocimos a todo el maravilloso elenco que nos acompañó durante ese trocito de infancia. Y, por alguna razón, y a pesar de que todos ocupan un lugar privilegiado en nuestra memoria, muchos nos preguntamos qué fue de Chema, el panadero. Tal vez se deba a que, según crecimos, se le empezó a conocer como «el panadero farlopero», surgió la «broma» de que aquel polvo blanco que lo hacía tan feliz no era harina, y una leyenda urbana en torno a su persona y el mundo de las drogas se quedó como una nube encima de su recuerdo. ¿Qué fue de Chema?