Empecemos hoy por el principio:
Los Goonies es una de las imprescindibles de los ’80, memorable como pocas. En ella, un grupo de jóvenes sigue el mapa de un explorador, Chester Copperpot, para hallar el tesoro del pirata Willy el Tuerto, que contaba la leyenda que había desaparecido con un inconmensurable tesoro.
Dentro de este grupo de adolescentes aventureros, había tres componentes que eran el toque cómico, cada uno a su manera: estaba Bocazas (el chulo), Gordi (el torpón), y Data (el genio). Pues ya hemos visto, en otros artículos, que ahora Gordi es un abogado buenorro y Bocazas un… Una… ¿Curiosidad musical? Bueno, no sé cómo definirlo, pero le aplaudo otra vez: plas, plas, plas.
Pero hoy estamos aquí para hablar de Data.
Data, lo confieso aquí y ahora, era mi personaje favorito de la peli. Este personaje de tremendo cerebro y tremendas ideas (aunque con poca maña para las manualidades, todo hay que decirlo), era interpretado por el joven actor Ke Huy Quan (acreditado entonces como Jonathan Ke Quan), que tenía entonces 14 años.
Que ya, que ya. Que antes de ser Data en Los Goonies fue Tapón en Indiana Jones y el templo maldito, que ya lo sé. Pero las dos cosas quedaban muy largas para título. Pero sí, el año anterior había sido el compañero de fatigas de Harrison Ford:
Sé que a algunos de vosotros esto os parecerá increíble, pero hay personas que no saben que estos dos niños son el mismo niño. Si estáis (o estabais) entre ellos, no os preocupéis: es normal, es la magia de Hollywood. A Quan la gorra le hace el mismo efecto que a Clark Kent las gafas.
Por cierto, se cuenta que consiguió el papel de Tapón de casualidad, cuando acompañó a su hermano mayor a hacer la audición. Lo mismo que le había pasado, por ejemplo, al niño de la familia Addams. Hollywood fairy tales, you know…
Después de ser un goonie, la carrera como actor de Quan se puede definir como bastante discreta:
Consiguió, en el ’86, uno de los papeles protagonistas (Sam) en la serie Una vida juntos, de la que se emitió solo una temporada, y después de pasar por un musical dramático japonés fue Charlie Moore en Respirando Fuego, en el ’91. Para entonces, ya podía presumir de su desenvoltura en las artes marciales, que llevaba practicando desde el ’83:
Volvió a participar en una serie de éxito cuando pasó por Los primeros de la clase, siendo Jasper Kwong entre el ’90 y el ’91 (de las cinco temporadas que tiene la serie), y un año después, en el ’92, tuvo un pequeño papel en la película El hombre de California, que protagonizaban Pauly Shore, Brendan Fraser y su amigo goonie, Mikey Sean Astin (por cierto, ¿qué fue de Brendan Fraser?).
En los años siguientes, Ke Quan apareció en pantalla en dos producciones asiáticas: la taiwanesa Fei hu qi bing (en el ’97) y la hongkonesa Mou han fou wut (en el 2002). Sí, por supuesto que he hecho copipega con los títulos. Tan cierto como que, probablemente, tú no los has leído.
Por ese entonces, comenzaba a hacer incursiones detrás de las cámaras, como asistente y coordinador de especialistas y acrobacias. Se ocupó, en este campo, de parte de las acrobacias de nada menos que X-men (de las ocho mil que hay, la primera), en 2000, y trabajó con Jet Li en El único, en 2001. Su último trabajo fue como coordinador de acrobacias para un corto de ciencia ficción titulado Enigma, estrenado en diciembre de 2010. Corto multigalardonado (42 premios y nominaciones en todo el mundo), que el making of dura más de veinte minutos y sale hasta el apuntador, pero no sale Jonathan. Dadme un minuto mientras grito por la ventana, que acabo de perder 20 minutazos de mi vida.
Desaparecido de pantalla desde 2002, pasó desapercibida su participación el año pasado en Ohana: El tesoro de Hawái (una suerte de Los goonies moderna, en Hawái, donde un grupo de adolescentes encuentran un mapa y buscan un tesoro perdido).
Pero este año lo tenemos en un papel principal en una que la crítica ya considera como una de las mejores películas del año: Todo a la vez en todas partes, que se ha estrenado en nuestros cines hace apenas un par de semanas.
La sinopsis de la película reza que «una anciana inmigrante china se ve envuelta en una loca aventura, donde ella sola puede salvar el mundo explorando otros universos que se conectan con sus vidas pasadas».
En la cinta, dirigida por los mismo visionarios que Swiss Army Man (que es probablemente una de las mayores idas de pelota que he visto nunca), Quan interpreta a Waymond Wang, uno de los personajes clave en la trama.