De verdad que me tiemblan las piernas cada vez que paso por los ’90 xD Pero ¿en qué estábamos pensando?
Si el cine de terror en los ’70 era una obra de arte y en los ’80 un festival de la sangre, en los ’90 nos íbamos de la comedia familiar al terror psicológico, así sin término medio. Con todo, la década de los colores nos dejó auténticas joyas para disfrutar de una noche de Halloween de lo más variada y divertida 🙂
Aquí os dejo mi top ten:
El retorno de las brujas (Hocus Pocus). 1993
Esta no falta NINGÚN AÑO en mi casa. Las tres brujas de Salem, Sarah, Mary y Winifred Sanderson, que vuelven a la vida después de siglos cuando un virgen enciende la llama negra. Esto es una maravilla. (Por cierto, ¿qué fue de los niños?)
Casper (1995)
Un viudo (Bill Pullman) y su hija (Christina Ricci) se mudan a una mansión que, casualmente, tiene unos inquilinos poco transparentes.
Ahora nos parece una ñoñada, pero os recuerdo que a mediados de los 90 esta incursión durante toda la película de unos perfectos fantasmas añadidos por ordenador nos dejó pegados a la silla. Por ordenar ideas: Los fantasmas atacan al jefe es del 88 y los fantasmas eran gente disfrazada de muerto.
Braindead. Tu madre se ha comido a mi perro (1992)
Os prometí variedad xD Ahora todo el mundo quiere mucho a Peter Jackson, pero cuando hizo esta película sobre una madre que es mordida por una especie de mono y siembra luego el caos en la Australia de 1957, al pobre Peter le censuraron en medio planeta.
Scream (1996)
Algo de Wes Craven había que traerse obligatoriamente a la lista de los ’90, y me he decidido por Scream porque muchos coinciden en que fue esta película la que volvió a poner el terror (o tal vez el subgénero slasher) en la palestra del miedo. Como sea, a partir de aquí aparecieron las de Scary Movie, que son otro hito del cine de la época.
El proyecto de la bruja de Blair (1999)
¿Os acordáis? Esto sí que fue una revolución. Una narración con la cámara en primera persona a la que rodeó (aún rodea en algunos sitios, de hecho) la leyenda de que REALMENTE se había hecho pública la cinta que encontraron donde habían desaparecido unos estudiantes, y que esa cinta era lo que estábamos viendo.
Agárrame esos fantasmas (1996)
Como si Peter Jackson hubiera querido demostrar que podía hacer terror no censurable, dirigió The Frighteners, una comedia que se llevó el premio de Sitges a mejores efectos especiales y que es la última película de Michael J. Fox, que inició su largo retiro por el párkinson dos años después.
La idea es simple: un hombre tiene un accidente de coche en el que su mujer muere y él empieza a ver fantasmas. Se hace amigo de tres de ellos y se compinchan para engañar a sus vecinos y sacarles dinero haciéndose pasar por cazafantasmas.
El sexto sentido (1999)
Por si os apetece algo tranquilito (de nuevo, variedad). Entra en los ’90 por los pelos, y menos mal, porque junto a La bruja de Blair marcó un antes y un después en nuestra forma de entender el miedo. No es terrorífica, pero el escalofrío en la médula que nos arrancó este final pocas veces lo habíamos experimentado, ¿verdad? El «en ocasiones veo muertos» es un chascarrillo que permanecerá en nuestra lengua por los siglos.
It (1990)
¡Y DE NUEVO TIM CURRY!
Abrimos la década fuertecito, cuando el director Tommy Lee Wallace llevó al cine la adaptación de la novela que Stephen King había publicado cuatro años antes.
Que se habla mucho de que es una historia sobre la transición a la vida adulta y blablablá, lo que vosotros queráis, pero que el payaso acojona de miedo, vaya, como amanece por la mañana.

Pennywise, di «patata»
Sleepy Hollow (1999)
¿Da miedo? Regular. ¿Es buena? Regular. ¿Son Johnny Depp y Christina Ricci de rubia la peor pareja ever? Probablemente. ¿Por qué esta aquí? Porque es de Tim Burton y tiene una estética absolutamente preciosa.
Candyman (1992)
Si hay una peli de miedo en esta década donde los ’90 asoman su colorida naricita, esa es Candyman. Tuvo tres entregas antes de terminar la década y hay quienes consideran (yo no) que fue la primera cinta que sentó las bases para la «moda» del «terror psicológico» de la que aún no nos hemos recuperado x)