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"La libertad produce monstruos, pero la falta de libertad produce infinitamente más monstruos"

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¿Voto en blanco o voto a Blanco?

Rubalcaba no tenía ayer cara de candidato. Zapatero, tampoco. Ambos se mostraron muy relajados, copa en mano, ante un centenar de periodistas. Daba la impresión de que se habían quitado un peso de encima. De corro en corro se corrió el rumor («lo único que se corre últimamente», según Manolo Saco) de que Zapatero estaba hablando de su sucesión como candidato presidencial.

José Blanco, nº 2 del PSOE y, en ocasiones, ministro de Fomento.

Pronto supimos que no había desvelado el secreto sobre si se presentaría o no como nº 1 del PSOE en las elecciones generales del 2012. Unicamente nos dijo que no era «el momento adecuado» de revelarlo a la opinión pública.  Sí dijo -para confundir con nuevos acertijos- que «ya habia tomado la decisión» (antes de que la tomaran por él los votantes en las municipales y autonómicas de mayo de 2011) y que lo había comunicado a su mujer, Sonsoles Espinosa (¡faltaría más!) y a «una persona del partido«.

El acertijo (¿quién será esa persona?) estuvo pronto en boca de todos los que estabamos presentes en el gran salón del Palacio de la Moncloa. Alfredo Pérez Rubalcaba, en un corro próximo, negó inmediatamente que él fuera el confidente señalado por Zapatero. Rubalcaba, que no tiene un pelo de tonto, es el nº 2 del Gobierno pero no es el nº 2 del Partido. Y sinceramente no creo que, hoy por hoy, aspire a ser el próximo presidente del Gobierno. Una pena, porque yo le votaría mucho antes que al pobre Rajoy y que al miserable Aznar, en caso de que resucitara como siempre fue su deseo.

Si yo fuera José Blanco (antes Pepiño), es decir, el nº 2 del Partido, y no hubiera sido el confidente elegido por el Presidente, me enfadaría mucho al conocer las declaraciones que Zapatero nos hizo anoche a los periodistas durante la copa de Navidad que ofreció en el Palacio de la Moncloa.  No solo me enfadaría. Estaría muy cabreado. Más aún, me sentiría engañado por el presidente del Gobierno si me hubiera puenteado (con otro u otra) en una decisión tan importarte.

Confidencias de Zapatero y Blanco en el Congreso

Sin embargo, esta mañana escuché a José Blanco en Radio Nacional, tan fresco, charlando graciosamente (quiero decir, hasta con gracia, tan desacostumbrada en él) con Juan Ramón Lucas y con mi paisano Carlos Santos.

¿Hablaba como minstro de Fomento? En absoluto: quitando el AVE a Valencia, tan de actualidad, hablaba con soltura de las pensiones, de la crisis económica y del ajuste, del estado del bienestar, del futuro de España y de los españoles, etc., como si ya hubiera sido ungido como candidato «in pectore» de Zapatero para presentarse a las elecciones del 2012 como nº 1 del PSOE. Ahora se entiende mejor su reciente cambio de imagen (de las broncas al PP a los guiños con la «lideresa«) y hasta de gafas.

Pero el presidente Zapatero podría haberle comunicado a Blanco su decisión A (volver a presentarse como nº 1 del PSOE) o B (no presentarse y/o que el PSOE buscara sucesor en un Congreso o mediante elecciones primarias). También podría haberle señalado que contaba con él como su candidato favorito, al igual que hizo, sin éxito, con Trinidad Jiménez para la Comunidad de Madrid.

Sonsoles Espinosa, esposa de Zapatero

Por tanto, yo apuesto a que el confidente de Zapatero (como ha sido desde antes de que mandara en el PSOE) es el mismísimo José Blanco. No puede ser de otra manera sin producir un estropicio en el Gobierno y en el Partido.

No es seguro que Blanco sea el candidato final, pero no cabe duda de que, en el caso de la «Opción B«, cuenta con una ventaja relevante de muchos meses frente a su posibles competidores (Bono, Chacón, Fernández Vara, Patxi López, etc,) en unas eventuales primarias o en un Congreso del PSOE.

En la solución del acertijo monclovita, yo apuesto por la «Opción B» (de Blanco). ¿Por qué? Encuentro varias razones:

1.- Vi anoche al presidente Zapatero demasiado relajado  (con la que está cayendo) como si, en efcto, se hubiera quitado un peso de encima.

2.- El presidente está convencido de que, dentro de un año, tras el previsible desastre electoral del PSOE en las municipales y autonómicas de mayo de 2011, la crisis economica habrá tocado fondo, el PIB estará ya repuntando, se habrá comenzado a crear más empleo del que se destruye y el cambio de tendencia, que ya anuncian indicadores relevantes para el medio y largo plazo, estará, al fin, confirmado.

Si Zapatero no estuviera convencido de esta recuperación económica para los últimos meses de 2011, es decir, si la crisis siguiera con la gravedad de estos dos últimos años, la opción elegida sería la A.  Quiero decir que, si las cosas van muy mal o a peor, Zapatero no abandonaría la carrera electoral para ganar otro mandato, aún con el riesgo, más que cierto, de perder el Gobierno. Zapatero puede tener pocos principios (equivocados o no) pero los que tiene son, en mi opinión, bastante firmes, incluso rígidos. Uno de ellos es el de no huir cuando las cosas se ponen feas. Por tanto, si la situación empeora, seguirá. Si mejora, dejará paso a otro.

Una foto desgraciada que trajo cola: La familia Zapatero, al completo, con los Obama

3.- Estoy casi seguro de que, desde que se publicaron las fotos de la familia Zapatero (incluyendo a sus dos hijas «góticas«, con tan patética indumentaria) junto a Barak y Michele Obama en Washington, la esposa del Presidente, Sonsoles Espinosa (más juiciosa que Zapatero, como, por otra parte, ha ocurrido con todos los presidentes de la Democracia) no habrá dejado de darle la murga diaria para quitarle las ganas de seguir en la Presidencia del Gobierno.

No es un secreto que la esposa del Presidente no disfruta con la posición actual de su marido. Entre otras razones, por el efecto desastroso que puede tener sobre la familia. Y no creo que sea bueno entrar en detalles.  Sólo destaco el error garrafal que el matrimonio Zapatero cometió al llevar a sus dos hijas a Washington, con tan llamativa indumentaria, y permitir que se hicieran una foto con el presidente Barak Obama y su esposa.

A muchos sabios y profundos analistas políticos les parecerá una tontería que incluya hoy, después de tanto tiempo, esta inoportuna falta de buen juicio del matrimonio entre las razones que avalan el abandono de Zapatero de la próxima carrera presidencial. A mi me parece una razón de peso que, como la gota malaya, va socavando las ganas de seguir en el Poder a cualquier padre o madre que se precien.

4.- Por último, y no lo menos importante, creo que Zapatero debe estar hasta la coronilla de ser el malo de la película (¡él que había sido tan mimado por la fortuna!), y debe soñar a diario con estrenar su casa en la playa de Vera, Almería, (y aquí arrimo el ascua a mi sardina) y que, según me dijo anoche, «aún no había llegado a estrenar«.

¿A qué espera, señor presidente?

Le esperamos en Almería, aunque sea como ex presidente.