Se nos ve el plumero Se nos ve el plumero

"La libertad produce monstruos, pero la falta de libertad produce infinitamente más monstruos"

Recluidos en la isla de las Palomas, mi primer destino militar

¡Pobres inmigrantes! No quiero ni pensar cómo estarán en mi vieja isla de las Palomas, sobreto en las noches de viento salvaje. Dicen que los pájaros se estrellaban contra las paredes de mi barracón por uno de esos golpes de viento. Yo no los ví. Pero no me extrañaría que fuera cierto.

El cuartel que fue del Regimiento Alava 22 y la isla de las Palomas (un poco más grande que una plaza de toros de provincia) son una misma cosa. Está pegada a la península por Tarifa, a través de un puente (entre el Atlántico y el Mediterráneo), que debió ser levadizo en los tiempos de la batalla de Trafalgar. Hay que contar las olas para atravesarlo y llegar a la Península sin mojarte.

La crónica y la foto que publica hoy El Mundo me han provocado un ataque de nostalgia. Pero, si han llegado hasta aquí, no huyan todavía del blog. Prometo no contarles mi mili completa. Solo un recuerdo para darles una idea de dónde metemos a los inmigrantes.

Llegué, por primera vez, a Tarifa, en un amanecer de otoño de 1970, después de pasar una noche de perros en un camión militar procedente del CIR nº 5 de Cerro Muriano (Córdoba).

El sargento iba leyendo nuestros nombres y a continuación de cada uno decía -con especial énfasis-«castillo». Otras veces -con cara de compasión y, a veces, con una risita maliciosa- decía «isla».

Y así formamos en dos filas. La mayoría iban destinados al castillo de Tarifa, donde cuentan las crónicas que el viento arrancó el famoso cuchillo de las manos de Guzmán el Bueno y con él mataron a su hijo. Los menos fuimos llevados a la isla.

Allí me encontré con ex curas, ex seminaristas, algún otro periodista y numerosos estudiantes, no admitidos en las milicias universitarias o relacionados con las protestas estudiantiles antifranquistas de aquellos años.

La primera pregunta que escuché al entrar en el barracón fue:

– ¿Y tú que has hecho?

-¿Yo? Nada. ¿Qué voy a hacer?

,respondí.

-El que llega a esta isla es por algo. No lo olvides.

Pronto lo comprendí.

A las pocas semanas de mi aislamiento -y en estado de alerta militar por el Consejo de Guerra de Burgos– un afortunado colega, colocado de «oficinista» en el «castillo» me dijo que había visto, junto a mi nombre, una anotación rara (2ª Bis, 16 o algo así) y que por eso estaba recluido en la isla de las Palomas y no en el Castillo.

¿Qué rara anotación llevarán junto a sus nombres los inmigrantes recluidos ahora en mi vieja isla?

¿Qué habrán hecho de malo para merecer dar con sus huesos en esa isla del infierno, entre silbidos y vendavales que te enloquecen?

¡Pobres inmigrantes! Algunos no tienen ni siquiera nombre junto al que anotar sus desventuras…

52 comentarios

  1. Dice ser Vento 82- 6º

    Esto es un llamamiento a todo aquel que fue del remplazo 82 – 6º en el regimiento de infanteria Alava nº 22 donde la mili se media por palos de bandera rotos por el viento y donde todo alli estaba en estado pesimo,,, je je menos mal que con aquel material no tuvimos que hacer la gerra por que si no eramos carne de cañon,yo estaba en la 3ª compañia donde eramos carrne de barrigazos con el pedazo de zargento que no nos dejaba vivir y todos aquellos mandos que estaban amargados y la malloria benian de ceuta o melilla,y que por estar amargados de la vida nos la amargaban a nosotros,menos mal,que entre tanta barbarie estaba un sargento primero y un teniente que eran como un padre para nosotros,ojala alguno de los que estuvimos juntos en aquella jungla lellera mi mensage y por un poco de suerte podemos algundia vernos,un saludo a todo aquel que fue del remplazo 82 – 6º… Un cabo primero que no fue chusquero.

    01 mayo 2010 | 01:50

  2. Dice ser Fernando

    Buenas soy Fernando y soy del 2º del 93 …estoy de acuerdo con algunos comentarios…la isla se podia vivir en ella solo que habia algunos desgraciados entre ellos el subteniente chica que era una verguenza para el ejercito…prepotente sinverguenza y ladron ademas de chusquero malo….ojala pague bien caro lo que ha hecho pasar a tanta gente buena….saludos de Fernando Sires Cabo de vestuarios bajo el mando de este desgracidado…2º reemplazo de 1993 orgulloso de haber conocido a Tarifa y su gente…asi como de mis compañeros de la USI. SALUDOS.

    04 mayo 2010 | 18:28

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