‘Klaus’ es una joya animada que reivindica la bondad y merece ser vista en cualquier momento del año

Esta semana vi Klaus, la película de animación española de Netflix nominada a los Oscar, junto a mi hija. A buenas horas me diréis. A quince de enero, con la Navidad casi olvidada. Tenéis razón, pero es que en las pocas ocasiones que pudimos sentarnos en familia a ver una película durante las fiestas, Julia se había negado repetidamente a adentrarse en esta historia. Nunca le apetecía. Tal vez es que con casi once años se sentía mayor para este tipo de películas de animación y navideñas.

Un gran error. Si era por ese tipo de prejuicios, desde luego ayer los mandamos a hacer puñetas. Tampoco esta semana posterior a los festejos le apetecía demasiado, pero en cuanto la historia arrancó nos mantuvo a ambas cautivadas hasta el final.

Con un arranque que, como bien apunta mi compañero Miguel Romero en la crítica que hizo en Cinemanía recuerda a Pesadilla antes de Navidad, rebosa sentido del humor, tiene una estética propia y hermosa, un guion inteligente y un ritmo que no decae en ningún momento.

La primera vez que escuché hablar de ella fue durante una entrevista hace algo más de un año con Melissa Cobbs, vicepresidenta de Netflix y responsable de la programación infantil y familiar. La directiva me destacó este título entre sus predilectos: «es un reconocido y respetado animador, un gran contador de historias con su propia imaginería que ha reunido ideas sobre cómo empezó esa tradición y está creando una forma innovadora de aportar magia a la película, de animación tradicional».

Pero no he venido a traer otra reseña estas alturas. A título particular, me ha gustado especialmente la reivindicación que hace de la bondad. Una virtud demasiadas veces menospreciada, confundida con blandura o estultez.

El espíritu tras la película casa por completo con una reflexión que ya compartí en este blog hace seis años:

La bondad, como la empatía o la amabilidad apenas se aprecian en este mundo lleno de conflictos con motivaciones espurias.

Cuando vas por la vida procurando ser bondadoso, te encuentras que muchos confunden eso con estulticia. Te toman por bobo, no parece una virtud que te haga brillar o avanzar. Incluso los que dicen apreciar la bondad en primer lugar luego en el día a día quedan deslumbrados y admiran otras características como la ambición, el estilo, la competitividad, el conocimiento intelectual, el encanto, la delgadez… Ninguna tan importante, alguna completamente innecesaria para una vida plena.

Si vas además intentando ser feliz, reconociendo que estás avanzando por ese camino con éxito, más motivos tendrán muchos para considerarte bobo de nuevo. Con la que está cayendo en el mundo, con los políticos robando, con tus desgracias personales, con mis desgracias personales. Si vas tranquilamente contento por la vida es que debe faltarte un tornillo o que eres un simple.

Va a ser que no. Tener éxito en ser feliz en esta vida es algo que cuesta más o menos trabajo en función de cada cual (hay quien lo tiene más fácil de serie, es cierto), pero que lleva su aprendizaje y su esfuerzo, que va ligado a la aceptación de lo que uno tiene, a querernos como somos, a no compararse con lo demás, a no frustrarse deseando lo inalcanzable, a no querer sentirnos bien a costa de los demás, a mantener toda la vida algunas características ligadas a la infancia como la curiosidad, la capacidad de sorpresa y el gusto por el juego, a aprender identificar y apartar a las personas tóxicas y rodearse de otras que también busquen la bondad en los demás, a cultivar unos valores y no venderlos ni siquiera a buen precio…

Va a ser además que la búsqueda de la verdadera felicidad está ligada a la bondad. Y va siendo hora de reivindicar a ambas.

La obra de Sergio Pablos, un nombre a recordar y un cineasta a seguir que espero que logre soporte a sus proyectos, apoya esa reivindicación y además es una película deliciosa y atípica. Una joya que merece la pena verse en cualquier momento del año.

1 comentario

  1. Dice ser LaCestitadelBebe

    Hola,

    tiene buena pinta, la apuntamos ahora que la mía ya tiene 6 años y aguanta en el cine, nosotros vimos Dora la Exploradora y le gustó.

    Besos!

    Anabel

    20 enero 2020 | 09:35

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