Somos los guardianes de nuestros hijos, no sus propietarios


Mis hijos no son míos.
Mis hijos son suyos, de ellos, individuos plenos. Los niños no son personas de segunda división como muchos parecen creer, son personas sin más, que además gozan de una especial protección.

Mis hijos no son míos igual que yo no soy de ellos, ni de mi marido o de mis padres. Yo soy mía, con obligaciones para los míos y con la sociedad de la que formo parte. Eso por supuesto.

Yo, en todo caso, soy la guardiana de mis hijos, soy la responsable de procurar su bienestar. Mi cometido es custodiarlos para que vivan en una sociedad de la que forman parte y que establece muchas reglas del juego.

Mis hijos no son míos para ponerles el nombre que me dé la gana si menoscaba su dignidad. Mis hijos no son míos para decidir tenerlos sin papeles, al margen del Estado. Tampoco lo son para educarlos en casa; el homeschooling que está permitido en otros países, no tiene cabida en el nuestro. Mis hijos no son míos para educarles a golpes, por mucho que una infame legión aún defienda el tortazo a tiempo. Mis hijos no son míos para negarles tratamientos médicos, y si los legisladores hubieran imaginado que en el futuro próximo existiría algo como el movimiento antivacunas tampoco podría impedir que se las pusieran. Mis hijos no son míos para sacarlos del país como me plazca o impedir a otros adultos de referencia que los vean.

También soy la guardiana del resto de niños. Si encontrase un niño perdido en la calle, no podría dejarlo ahí a su suerte. Si tuviera conocimiento de un niño en mi entorno que está siendo abusado o maltratado, mi obligación sería denunciar para protegerlo.

Todos somos los guardianes de nuestros niños.

Nuestros niños no son propiedad de nadie.

1 comentario

  1. Dice ser Padre Guardian

    Pues si somos guardianes tenemos derecho a ser informados y poder decidir si las actividades que el colegio propone son las adecuadas para esos hijos a los que guardamos. Ni más ni menos que tener derecho a participar de forma activa en la educación impartida a nuestros hijos y evitar todo adoctrinamiento que no esté de acuerdo con nuestros valores tal y como garantiza la misma Constitución Española y la Carta de los Derechos Humanos.

    21 enero 2020 | 04:54

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