Disney, McDonalds, Starbucks… dejarán de usar pajitas de plástico. ¿Por qué no hacemos lo mismo las familias?

(GTRES)

El plástico es muy útil, de tantas maneras diferentes que no tiene sentido ponerse a enumerarlas. No hay que demonizarlo porque es muy necesario en nuestro día a día. Pero sus ventajas se nos han ido de las manos y nos hemos pasado de frenada, elaborando todo tipo de archiperres innecesarios, de usar y tirar y, ya de paso, contaminar.

El problema con los plásticos desechables es tal, que cada vez copa más las portadas de los medios de comunicación de diferentes maneras, incluidas las crecientes legislaciones para limitar su uso.

Hoy os quiero hablar de un plástico muy concreto, uno vinculado en gran medida a la infancia, aunque también se usen con poca medida en la edad adulta: las pajitas.

No hace mucho que Disney anunció su intención de erradicarlas de todos sus parques, poco después de que Starbucks dijera que dejaría de emplearlas en 2020 y de que McDonald’s sustituyera las pajitas de plástico por otras de papel en Reino Unido e Irlanda, algo que irá extendiendo por otros países.

¿Por qué no sumarnos las familias a esas iniciativas privadas?

Creo firmemente en la responsabilidad de los padres por educar en la conservación del medio ambiente a nuestros hijos. No es algo que debamos obviar, aunque para ello nosotros seamos los primeros que debamos dejar de autoengañarnos y dar ejemplo: llevando a cabo un consumo r3soknsbale, reciclando, reutilizando, no contaminando, respetando el entorno en nuestras excursiones familiares

Y explicando de paso a nuestros niños los motivos por los que es importante hacer todo eso, adaptado a su nivel, pero de forma constante para que vaya calando la idea en ellos de que este planeta es nuestro hogar y que todos tenemos la obligación de respetarlo y contribuir a su conservación.

Os propongo, como un pequeño pasito, como un ejemplo de todo lo que podemos llegar a hacer, el dejar de emplear pajitas de plástico y contar a nuestros niños la razón por la que ya no las cogemos en los restaurantes de comida rápida ni las compramos para tenerlas en casa.

Podemos vivir sin ellas y apenas tienen vida útil antes de convertirse en residuos. Ni siquiera son tan divertidas.

Con pequeños pasos se completan maratones. Y se despiertan conciencias.

(GTRES)

3 comentarios

  1. Dice ser C

    Hecho, en casa no tenemos y rara vez las usamos cuando cenamos fuera. A la peque (8 años) no le gustan los refrescos y con el agua no dan pajitas. Nosotros preferimos beber del vaso. Esfuerzo cero para este reto. 🙂

    10 agosto 2018 | 07:48

  2. Dice ser LaCestitadelBebe

    Puff, eso va a costar, es una inercia que se lleva de muchos años y un cambio de conciencia.

    Besos!

    Anabel

    10 agosto 2018 | 08:22

  3. Dice ser Cristina B

    Nosotros las usamos de acero inoxidable como un cubierto más!

    10 agosto 2018 | 10:24

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