Ir de compras con un niño con autismo

Hoy he ido de compras con Jaime. Unas cuantas cosas para su fiesta de cumpleaños. Este sábado cumple ya doce años.

Ir al súper con un niño con autismo no siempre es fácil. A veces puede ser muy difícil. Y hablo de niños, pero también puede serlo con adultos con TEA, por mucho que aprendan y mejoren a lo largo de toda su vida.

Jaime se ha portado muy bien, ayudando a llevar el carro y meter y sacar cosas apetecibles sin exigir comer algo hasta llegar al coche y aguardando con paciencia a pasar por caja, pero hay que comprar deprisa, con las cosas claras, sin perder el tiempo, buscando las horas de menos afluencia de gente y las cajas con menos colas.

A veces no es tan satisfactorio como hoy. En ocasiones hay que interrumpir la compra si se empeña en irse. De hecho solemos comprar solos o ir todos para que un adulto pueda salir con él al coche si se tuerce demasiado, antes del disgusto.

Para muchas familias con hijos con autismo algo tan sencillo como ir a comprar puede ser todo un reto, fuente de temores y distintas estrategias, como comprar solo en un sitio en el que ya nos conozcan o encargar la compra por Internet.

Y es algo que hay que trabajar en casa porque necesitamos comprar y hacer recados con ellos. Algo que trabajan en muchos colegios especiales para facilitarnos la intendencia y la vida familiar.

Imaginad no poder llevar a vuestros hijos a comprar con vosotros y tampoco poder dejarlos solos en casa. Complicado, ¿verdad?.

Son sitios que les cuesta comprender, esperas que llevan mal, que les agobian e impacientan. A veces llenos de caprichos que quieren ya.

E igual que con ellos hay que trabajar la paciencia, también con la sociedad hay que trabajar la comprensión y la empatía. Claro que sin explicar las cosas, sin ser visibles, es complicado.

A veces es mejor adelantarse y decir qué le pasa al niño, por mucho que canse estar dando explicaciones constantemente. No solo porque nos entiendan en ese momento, también para lograr una mayor comprensión de cara a futuro, con nosotros o con otros, en situaciones semejantes.

Si veis a niños o chavales portarse regular o comportarse extraño en un súper tal vez tengan autismo o algún tipo de discapacidad o trastorno, no penséis siempre que son consentidos o malcriados. Las miraditas recriminatorias sobran, porque no sabéis qué le puede pasar a ese niño.

1 comentario

  1. Dice ser luisa

    Siempre extraordinarios artículos. Gracias.

    09 agosto 2018 | 21:38

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