The Crown debe arrasar a ‘Juego de tronos’ en los Globos de Oro

Cuando una primera temporada consigue alcanzar los niveles de intensidad dramática y excelencia que logró The Crown, la segunda temporada suele comenzarse con cierto escepticismo. En este caso, el escepticismo se ha volatilizado para dejar paso al asombro y la sensación de plenitud que uno siente ante una gran obra. Porque Peter Morgan, su creador, ha demostrado una maestría única para narrar la historia de la reina Isabel II de Inglaterra, tratando a la figura con respeto pero, al mismo tiempo, sin eludir sus defectos.

Sin embargo, más allá del dibujo de la protagonista, esta segunda entrega ha logrado lo que solo las grandes series son capaces de hacer: que las historias de los personajes secundarios, en este caso el duque de Edimburgo y la princesa Margarita, estén a la altura de la principal línea argumental, con una profundidad psicológica inusitada.

“Paterfamilias” (S02E09), que ahonda en la infancia del duque (el príncipe consorte) y, a su vez, realiza un paralelismo con la de su hijo Carlos de Inglaterra, es uno de sus episodios perfectos que consiguen conmovernos, al igual que sucedió con el impresionante “Act of God” (S01E04), el de la niebla de Londres.

Junto a “Paterfamilias”, “Beryl” (S02E04), el episodio dedicado a la princesa Margarita, una figura que no encaja con los roles tradicionales de la monarquía y busca desesperadamente encontrarse a sí misma, es otra de las joyas de la segunda temporada.

Aunque destaque estos dos capítulos, la S02 de The Crown está llena de momentos notables, como las escenas entre Isabel y Jackie Kennedy (qué bien volver a ver a Michael C. Hall en el papel de John Kennedy), donde se perciben con claridad las similitudes y diferencias entre los personajes, al mismo tiempo que se revelan las inseguridades de la reina, que carece del glamour de los nuevos tiempos, representados por la primera dama.

Asimismo, si el principal defecto de la primera temporada era un tono que ensalzaba en demasía a la monarquía, los nuevos episodios han reflejado las miserias de la vida privada del matrimonio y las dificultades para controlar los escándalos. El engranaje de un sistema hipócrita que debe aparentar unos valores tradicionales y la lucha de la institución contra la inevitable modernización de la sociedad, han configurado un retrato sorprendente de un tiempo y un personaje apasionante.

Por su profundidad, magnífica producción, actuaciones memorables (Claire Foy está soberbia)  e inteligencia —sin desmerecer la épica de Juego de tronos, su principal rival en la próxima entrega de los Globos de Oro—, The Crown tendría que arrasar y llevárselo todo. Así de buena es.

Nota en Mis Puntuaciones

Ya sabéis que he escrito un par de libros que esperan ansiosos que les echéis un ojo. Las series de mi vida, donde hablo de series como The Wire, Los Soprano, Mad Men o Breaking Bad.

O, si lo preferís, fantasía oscura. Deseos, obsesiones, viajes en el tiempo y un lugar más allá del tiempo y del espacio llamado Araneida.

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