Siempre que estrenan una serie de Bambú hay una gran expectación. No me extraña: sus series de época tienen la mejor producción de la industria televisiva española. Son irresistibles a nivel visual. Las localizaciones, decorados, mobiliario, vestuario rozan lo exquisito. Casi podría decirse que son como la Downton Abbey nacional. En el reparto no hay ningún intérprete desagradable a la vista, y siempre cuentan con actores de carácter (Alicia Borrachero, José Sacristán, Concha Velasco) que dotan a la serie de un toque de calidad.
Pero hay una característica que da lugar a que los seriadictos más avezados se bajen a mitad de temporada: son series clónicas. El otro día, mientras veía el arranque de Tiempos de guerra, tuve la impresión de que estaba frente a Gran hotel… En la guerra.
Pese a que las premisas de las historias difieran están cortadas por el mismo patrón: un misterio que resolver y, entre medias, tramas románticas donde casi nunca falta el triángulo amoroso que te hace poner los ojos en blanco por lo cursi. También, a medida que avanza la temporada, suelen aparecer tramas de relleno que lo único que contribuyen es a conseguir —horror— la hora y veinte minutos de duración por episodio, una de las grandes lacras de las series patrias.
A pesar de ello, con este tipo de series históricas diferentes en su planteamiento y clónicas en su desarrollo, Atresmedia ha encontrado la gallina de los huevos de oro. Las series funcionan, tienen audiencia. Pero a nivel de calidad narrativa resultan aburridas por lo previsibles.
Soy consciente de que una cadena privada debe buscar el beneficio económico. Sin embargo, me encantaría que, con los recursos que posee y su granado grupo de guionistas, los creadores hicieran una serie al estilo de las grandes series históricas de la BBC como Wolf Hall. O, si no es pedir demasiado, que se encargara de ello nuestra televisión pública, contribuyendo a la difusión de nuestra historia y a la educación del público. El Ministerio del Tiempo no basta.
Ya sabéis que he escrito un par de libros que esperan ansiosos que les echéis un ojo. Las series de mi vida, donde hablo de series como The Wire, Los Soprano, Mad Men o Breaking Bad.
O, si lo preferís, fantasía oscura. Deseos, obsesiones, viajes en el tiempo y un lugar más allá del tiempo y del espacio llamado Araneida,
Totalmente de acuerdo. Repetir en mismo guión pero en distinta época o lugar. Y lo de la duración del metraje ya ni te cuento (metraje fácilmente reducible quitando sub-tramas anodinas y que no interesan al espectador).
Pero nada, no se aprende.
En fin, yo tengo claro que no la veré.
16 noviembre 2017 | 08:58
Hola Tito Pullo, me alegra que pienses igual. Me parece un desperdicio de creatividad hacer series tan anodinas. Pero, como digo, estamos en minoría. A la gente le gusta y la ve. Aunque creo que la televisión, como medio social, debería tener un compromiso con el espectador más allá de intereses económicos. Un saludo.
16 noviembre 2017 | 11:12
Yo dejé de verla después del segundo episodio, ni siento interés por seguirla. Me gustó mucho Gran Hotel, pero lo repetitivo realmente cansa.
16 noviembre 2017 | 11:13
La serie me gusta cuando se basan en las batallas,el hospital y la lucha de poderes entre A.Borrachero y J.Sacristan, pero cuanfo empiezan con los lios amorosos,muero del asco..cada episodio que pasa se van centrando más en los amorios que en l acción.En el 99% de las series pasa lo mismo,que sean originales y hagan una sin tanto «amor». De ahí que no la vea en directo y utilice el rebobinado en las tontadas
16 noviembre 2017 | 11:29
Pues bueno…viendo que la serie estrella es la que se avecina ..siendo una serie de lo más barriobajero que ha parido madre…a mi tiempos de guerra me gusta…me sobra Amaia Salamanca que no tiene nada de buena actriz..pero por lo demás me gusta.
16 noviembre 2017 | 14:05
Well done, eleneitor 🙂
17 noviembre 2017 | 17:25