Veinte Segundos Veinte Segundos

El big data del alma

Archivo de noviembre, 2022

Otro misil anónimo

Claro, nadie quiere reconocer ese misil ruso que ha caído sobre Polonia y ha matado a dos personas. Rusia no reconcerá la autoría. Ha perdido Jersón y solo le queda tirar todo lo que tiene. Incluso fuera de Ucrania.

De momento, Polonia invoca el Art 4 de la OTAN, consultas. El 5 ya es pasar a la acción: ayudas.

Biden primero dice que el misil no puede ser ruso y luego que sí. A nadie le interesa que exista ese misil. Pero ha estallado y ha matado a dos personas en Polonia.

Si no hay disculpa por error y compensaciones a las familias y condolencias oficiales de Rusia el misil desata la respuesta automática de la OTAN y ya viene lo peor. O Rusia achaca el misil a Ucrania, como hace. Zelenski dice que no ha sido él.

Ahora deben de estar hablando de eso en esas cumbres climatéricas. Se dan la mano, sonríen por el colmillar… Más vale.

El contexto brutal es que Ucrania ha recuperado Jersón, Rusia ha abandonado la ciudad y está tirando todo lo que tiene.

Hay que hacerse el sueco (que está allí cerca).

Hay que contenerse, aguantar y admitir que es un misil loco, sin autoría (quizá de Corea, que no tiene remedio), y evitar la III.

Por eso hay tantas catástrofes sin autoría, el avión de pasajeros despanzurrado por un misil, el gasoducto submarino, etc. Guerras casuales informales ejércitos marca blanca pero en general rusos.

A nadie le interesa una Tercera WW, ni siquiera a Rusia, ¡ni a Putin!

Por eso hay que ir tirando misiles con tiento. Y sin reconocer la autoría, el pulgar.

Que no se escape nada más.

Tras veloces reuniones por wasap el mando aliado concluye que lo mejor es decir que el misil es nuestro (de Ucrania mismo): no estamos para más gastos.

Los misiles deberían venir ya con la trazabilidad de fábrica.

La estafa de las criptomonedas

In crescendo

Sánchez (SXXX) ha forzado una reforma rápida de la ley para mantener el apoyo de sus socios independentistas. Todos van a corto, a conservar sus sueldos y cargos, el poder que controlan.

Esto es la historia de nuestra democracia: los partidos de gobierno han cedido siempre ante los nacionalistas para ganar su apoyo. Y eso les ha permitido aumentar su poder.

Los partidos de gobierno, cuando han tenido mayoría absoluta, no han hecho nada para cambiar las leyes que permiten y alientan estas prácticas.

Solo que ahora el proceso se ha acelerado y el desafío es más grave. Tras el golpe posmoderno (ensayo de Daniel Gascón) del 2017 el balón está en otra parte.

La reforma de Sánchez rebaja las penas de delitos ya juzgados y sentenciados y da alas a intentarlo de nuevo.

Es un salto importante en la degradación de la vida española. Es una vergüenza. Es una tradición.

In crescendo.

Ha fallecido Teo Lozano, memoria de un gran amigo y gran periodista

Ha muerto el periodista Teo Lozano que era mi amigo y estoy temblando. Superaba la enfermedad, los marcadores iban bien y esto ha sido repentino e inesperado. Artículo de Antón Castro en Heraldo de Aragón.

Vino de Valencia a Teruel y empezó de corresponsal de TVE Aragón. Su fervor por levantar noticias y dar exclusivas era inigualable, podía con todo, y siempre con la alegría de hacer lo que le gustaba. Sabía apreciar el talento a la primera, y lo celebraba y lo compartía enseguida con gran entusiasmo.

Su intuición llegaba hasta el fondo de los asuntos, cuidaba a las fuentes, hacía disfrutar a los compañeros. Estar con él era una risa permanente. En los primeros años de El Periódico de Aragón era la alegría… ¡y las noticias!

Entraba alborozado con la exclusiva del día o de la semana. Y siempre estaba del mejor humor.

Luego fue a Madrid al equipo de investigación de Antena 3 donde enriqueció con sus scoops programas como Espejo Público y creó escuela enseñando a jóvenes periodistas. Sus conocimientos de la España real eran asombrosos, no tenían fondo, entrevistó a personajes inaccesibles, sacaba oro de las piedras. Y siempre con una sonrisa.

Comimos en Valderrobres hace unos años en un encuentro sobre Labordeta. Mercedes, su mujer, es maravillosa, la dulzura y la inteligencia juntas.

Con Teo hablábamos a menudo. Todo iba bien, los últimos wasaps son recientes. Estoy consternado. Hablar con teo era mi mejor terapia, reirnos juntos, destripaba las noticias, las interpretaba desde dentro, leía a tope. Siempre recordaba a todos los compañeros de tgodas las etapas y medios.

Ahora tenemos que recordarlo a él.

La imagen es de la presentación en Atresmedia del programa En tierra hostil, en 2015.

 

Teo acuñaba frases que la seguimos repitiendo a todas horas. El periodista Chimi García Longás recuerda uno de aquellos memes que Teo recogía de sus fuentes y que cantábamos a coro: «Creo en Dios a to meter».

 

El universo es social

Y con esta miniserie sobre las cosas y el alma, la logística de la materia y el amor (y el fin del mundo) se pasa la semana de la ONU y el CC (cambio climático).

Por la aceleración y la avidez de ver, gracias al avance las ciencias, el fin del mundo (que quizá imaginamos como fuegos artificiales o simple sueño eterno con sus insomnios), empujamos al pobre tiempo/espacio que nos correspondía (o que nos inventamos, mejor esto que el ciego destino).

Todo resumen contradice o rebate lo resumido.

Vivimos en un seudouniverso (quizá virtual, o virtual sin más) que inventamos cada milésima, nuestros cerebros, prodigiosos chispeantes desconocidos, nos proporcionan estas realidades y, lo que es mejor, la magia de compartirlas en parte: creemos que estamos en el mismo mundo.

El esfuerzo por mantener en marcha este magma común, esta fabulosa ensoñación, nos agota como especie y de paso agota el planeta, que no existiría si no lo sostuviéramos a pulso (el universo es todo social, en nuestros mejores momentos luchamos por armonizar partículas ególatras).

Y por eso el CC es tan difícil de combatir.

 

El afán por ver el fin del mundo es el mayor riesgo de guerra nuclear

Datos contradictorios, paradójicos, vida eólica sana solar. Las energéticas no te van a dejar que las dejes. Nadie quiere perder nada, y menos la guerra. ¡Y menos las elecciones!

Pero todos queremos ver el fin del mundo.

Datos de bares a tope, poco gasto, pibs extraños, 0,2% y todo a tope, tiendas de saldos cutres en zonas de luxe, etc.

La logística, ciencia del alma, ha sustituído a la teología: fluye por internet, usa internet para su trasiego de paquetes que son deseos ardientes, inaplazables, todo para ayer.

Nadie tiene esa hora que te falta. Es el famoso lenguafuerismo. Fueros desaforados. También, leyes a toda prisa, chapuceras, para retocar un detalle imperioso, leyes que no llegan a sí mismas, sobreproducción de todo. ¿El lamentable estado de la justicia es solo español?

La logística es también, o principalmente, la ciencia del amor, la gran celestina, el mero azar enrutado.

Los afectos, sentimientos, ilusionismos esenciales para el ser vivo, necesitan la logística más que Amazon.

El mundo físico se colapsa porque las cosas tienen nombres equívocos, ni siquiera interesados. El poder, tradicional acuñador de nombres, va perdiendo poco a poco ese privilegio.

Las etiquetas y categorías, esenciales para ordenar el flujo de info y la locura mundi, están todas mal. Se desconfiguran por la propia velocidad de los seres vivos.

Las etiquetas definen y delimitan los mundos, el mismo universo. El adn y su arn van enroscados siempre rulando, las cuatro letras se engríen a veces, así que hay que buscar otras ilusiones para volverlas a su alfabeto original.

Van muy bien las ilusiones sin objetos, basadas en la pura nada. Tan fáciles de alcanzar como difíciles de desear.

Los nervios alteran y aceleran la logística del mundo. El vínculo entre los nervios humanos y los errores de las máquinas está por demostrar (excepto cada cual en su inaccesible intimidad). La logística, cuando se atasca, vuelve a reintroducir más nervios en la rueda y altera a las personas.

España es campeona de insomnios, quizá el sueño largo es una utopía, una superilusión que apela a nostalgia de tiempos que nunca existieron. ¿Dormían a pierna uelta en los años 50? ¿Y en el siglo II?

El insomnio es la otra cara del atasco de las cosas y de la aceleración de las almas, que funcionan y se comunican sin necesidad de internet. Las almas son inalámbricas, y cuando arrecian los nervios sus mensajes exceden la velocidad de la luz que Einstein topó (o topeo, del verbo topar) en vano.

La velocidad de las almas deja internet y sus routers y satélites y cables en el mundo que les es propio, que es el de las cosas (y los cuerpos), cuya mayor virtud es su dependencia de la gravedad: si todo fuera tan rápido ya habría llagado el fin del mundo, así que la lentitud, la pesadez y sus molestas fricciones y la exasperante velocidad lentitud de la luz mantienen el mundo en el formato célula, que casi linda con lo inmaterial, pero debe acatar las reglas de Newton y, peor aun, las cuánticas.

Y por eso consumimos tantos somníferos y vamos tan acelerados, por ver si en nuestro breve tiempo individual (el único que manejamos de momento) alcanzamos a ver el fin del mundo.

Este anhelo celular por ver el tope del universo puede ser el principal factor de riesgo de guerra nuclear.

 

Procesión silenciosa ha recorrido el centro de Zaragoza representando la extinción de las especies

Procesión silenciosa ha recorrido el centro de Zaragoza representando la extinción de las especies animales y vegetales a causa del cambio climático, según una de las personas que iba acompañando y custodiando a la comitiva. 9-11-22

«Representan la extinción de las especies vegetales y animales a causa del cambio climático, entre las cuales nos podemos incluir nosotros si todo sigue igual. Hay infinidad de asociaciones medioambientalistas y ecologistas y ciudadanas. Vienen de Inglaterra y se llaman Rebel Reed, rebeldes rojos», ha explicado una de las personas que flanqueaban y acompañaban al lúgubre séquito.

Coches y motos de la Policía Nacional han acompañado en diversos tramos a la sorprendente manifestación.

Short:

https://youtube.com/shorts/k5UkMwN6i6A?feature=share

https://www.extinctionrebellion.es/

Los nombres de las cosas

Ayer quedó claro/confuso que el atasco de los objetos, atasco logístico, notorio FAIL de la globalización, se debe al colapso de las almas: es una hipótesis cualquiera, con validez universal.

La logística ha avanzado tanto que se trasciende a sí misma, muere de éxito: ya no busca llevar cada cosa a su destino en mínimo tiempo sino que el destino vaya a buscar sus cosas, aun antes de saber que son suyas o de desearlas.

¿Qué tal?

Esto, un poco raro, como la vida mixta ideal que tenemos o nos tiene, explicaría a grandes rasgos las guerras, incluyendo la de Ucrania, que tanto preocupa a los aliados de ambos bandos porque gastan un dineral y da pocos beneficios de imagen y sonido.

A los contendientes, en cambio, les proporciona el mayor contenido posible a coste cero para los que deciden.

Logística de aliados: llevar los misiles tan lejos si ya hemos agotado los stocks.

El alma, confunda en esta miniserie con lo digital, se colapsa porque internet se ha oligopolizado, tal como indican los expertos, que abogan por una web 3.0.

El blockchain, ya funcionando de boquilla en muchas grandes empresas, consume más energía que el trasiego de cosas.

Pero el futuro no puede estar en algo que se llama «cadena de bloques».

Así que el atasco del blockchain y sus bitcoines es un problema como todos) semántico.

Nombrar las cosas es competencia del alma.

Lo digital se ha vuelto puro agobio y ha aumentado la velocidad de los nervios y eso explica el atasco de la materia en los contenedores, puertos, trenes, aviones.

Lo bueno sería parar un rato pero a mí las piernes me van a mil por hora. Mil rpm/sec.

Iba a continuar con el artículo de ayer, una miniserie ilusiria absurda, quizá reflejo de esta fugaz torrentera vacía (sequía), pero he olvidado lo de ayer.

Y ahora tengo que mirarlo.

El cerebro es un misil hipersónico, y la vida discurre a velocidad de las cosas, la gravedad sigue, el segundo principio de la terodinámica (entropía) sigue.

Pero esto son minucias comparado con la tesis principal, que está unas líneas más arriba.

Siempre se ha dicho que el que nombra las cosas es el poder, pero en este caso el blockchain ha salido de un programador anónimo.

El atasco de los objetos se debe al atasco de las almas

El alma y las cosas. El alma o alarma es digital. Lo analógico es las cosas, objetos duros, blandos, medios.

El alma nueva vuele en el 4g a veces 5g o en los satélites de Starlink y otros, diez mil satélites pululando alrededor de las conciencias…

Las cosas se atascan en los contenedores, microchips, coches, minerales raros y normales, acero, cromo, vanadio, tungsteno.. la tabla periódica es el alma de las cosas, que ahora están paradas en algún puerto, aduana, etc.

El trasiego mundi o globalización de objetos, que no personas, se ha frenado por A o por B. Así es al mundo ahora.

Las ideas vuelan, o volarían si las hubiera; las cosas pesan, hay que llevarlas.

Por eso han vuelto los carretillos, las ciudades están llenas de carretilleros, porteadores, objetos en danza.

Wallapopismo. Mundo de apps.

El alma va ligera, aunque cuesta dinero, y las cookies y publis y las GAFA y otras majors bloquean y atascan.

Los oligopolios y manopolios atascan. Sean estatales, censura, dictaduras, absolutismos, cancelacionismos…

O privados/mixtos.

La competencia sana, a escala ínfima al menos, existe en zonas privilegiadas del orbe. Y da vuelo y alas.

La conclusión provisional e infundadísima, poética fugaz, es que el atasco de las cosas no es por ellas mismas sino por el atasco del alma, que bloquea todo lo demás.

 

Atasco y fingimiento no deliberados o como estrategia de supervivencia

La guerra consiste en que cada bando se dedica a un trozo de frente donde no hay muchos efectivos rivales, los suficientes como para avanzar un poco o nada.

Cada bando deja que pase el tiempo y trata de hacer alguna operación de marketing. Que no le saga demasiado cara.

Atasco y fingimiento, principios y valores que rigen en todos los órdenes de la vida en este lustro, década, quizá siglo.

La vida misma, atasco y colapso, errores 404 en general voluntarios o involuntarios (por desidia o estrategia, o mix de ambas) y mantener privilegios soltando el mínimo lastre.

Fórmulas sencillas explican lo inexplicable, células pululando, átomos sintiendo, letras en sopa cuántica.

Llegamos a los 8000 millones de personas y el CC es ya cultural, o sea, un sentimiento. Por eso ha llegado a los museos.

Colapso y fingimiento: tal vez no sean deliberados, sino recursos del kit box de supervivencia, vamos tanteando a ciegas, a veces con rayo láser… sin saber aun qué somos… ¿robots avanzados? ¿conciencias del pánico con fecha de caducidad?

En eso estamos, y es apasionante. El no saber nada e ir probando, tanteando hipótesis…

El atasco y el fingir no sirven para las guerras, salen muy caros y no benefician a nadie. Por eso hay intentos de entablar conversaciones. Sugerencias secretas filtradas antes de hacerlas.

 

La película argentina El gerente está muy bien.

Gamberrismo chino espacial

China aterroriza al planeta con su chatarra espacial. La deja caer a lo loco. ¿Es por gamberrismo? ¿Es para demostrar su poderío? Hoy ha culminado el tercer módulo de su flamante plataforma espacial.

Lo más lógico es que sea mero marketing estratosférico. O puro ego y resquemor retenido. Tantos milenios de sufrir tenían que desquitarse. Mientras se limiten a tirar artefactos de varias toneladas… Es la cuarta vez desde 2020.

Paraliza el tráfico aéreo, asusta a los aprensivos, tensa a las autoridades, molesta a las aves, perturba a las ya muy atribuladas abejas, colapsa los cielos y se hace un hueco inmenso en las noticias.

Y gratis, por el mismo precio del programa espacial.

La imagen china de estado gamberro o modesto matonismo sideral no se empaña tanto como si, por poner un ejemplo, invadiera otro país, con el gasto que supone, pero no queda bien.

China, y su reautoelecto presi Xi, dejan una estela de mala educación y un punto de soberbia y desprecio del resto del planetoide. Si esa es un avance de la política exterior no presagia nada bueno.

Ya nos hemos enterado todos de que ha ensamblado con éxito su plataforma espacial y que un cacharro podía caernos en la cabeza. Claro que peor están los propios súbditos dentro del país.

Es envidia sana de la democracia, que siendo mala y peligrosa es lo mejor que hay.

 

Otro (mal) ejemplo de malos modos es Elon Musk, que ha despedido a media plantilla de Twitter por email urgente. Le han puesto demanda por no respetar el preaviso.

El documental Cryptopia. Bitcoin, Blockchains and the Future of the Internet es pesado, no aclara nada y las tediosas imágenes no justifican el formato vídeo ni la duración; podría haber explicado en un artículo de tamaño medio. Para ilustrar sus larguísimos minutos muestra las deportivas del autor, parece un anuncio de zapatillas.

La ilegibilidad de la vida se concreta en los datos, en este caso en los del paro, los contratos nuevos, etc.:  «‘Puedes llegar a una hipótesis y a la contraria con los datos que hay, explica Florentino Felgueroso, investigador asociado en Fedea».

Cuando pienso que soy tonto y que no puedo entender las noticias consuelan estas opiniones de expertos. La realidad se ha embarullado tanto que un parado es un empleado, un fijo puede ser discontinuo, etc. Una hipótesis y la contraria.

Esto ocurre en casi todo, y las leyes nuevas parece –a saber– que fomentan las confusiones. Los gobs pueden decir una cosa y hacer otra. ¿Alguien entiende o entendió la tercera vía de Tony Blair?Puede ser.

Una hipótesis y la contraria.

Y así vamos tirando, tirando los días velocísimos. Esta crónica de Jersón, soldados agotados que aprovechan cualquier hueco para dormir de pie, apoyados en una tapia. Vecinos que no se deciden a irse y aguantan solos en la ciudad casi destruida, con las gallinas.

Por lo menos no nos ha caído encima el cacharro chino chamuscado.