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El big data del alma

Gamberrismo chino espacial

China aterroriza al planeta con su chatarra espacial. La deja caer a lo loco. ¿Es por gamberrismo? ¿Es para demostrar su poderío? Hoy ha culminado el tercer módulo de su flamante plataforma espacial.

Lo más lógico es que sea mero marketing estratosférico. O puro ego y resquemor retenido. Tantos milenios de sufrir tenían que desquitarse. Mientras se limiten a tirar artefactos de varias toneladas… Es la cuarta vez desde 2020.

Paraliza el tráfico aéreo, asusta a los aprensivos, tensa a las autoridades, molesta a las aves, perturba a las ya muy atribuladas abejas, colapsa los cielos y se hace un hueco inmenso en las noticias.

Y gratis, por el mismo precio del programa espacial.

La imagen china de estado gamberro o modesto matonismo sideral no se empaña tanto como si, por poner un ejemplo, invadiera otro país, con el gasto que supone, pero no queda bien.

China, y su reautoelecto presi Xi, dejan una estela de mala educación y un punto de soberbia y desprecio del resto del planetoide. Si esa es un avance de la política exterior no presagia nada bueno.

Ya nos hemos enterado todos de que ha ensamblado con éxito su plataforma espacial y que un cacharro podía caernos en la cabeza. Claro que peor están los propios súbditos dentro del país.

Es envidia sana de la democracia, que siendo mala y peligrosa es lo mejor que hay.

 

Otro (mal) ejemplo de malos modos es Elon Musk, que ha despedido a media plantilla de Twitter por email urgente. Le han puesto demanda por no respetar el preaviso.

El documental Cryptopia. Bitcoin, Blockchains and the Future of the Internet es pesado, no aclara nada y las tediosas imágenes no justifican el formato vídeo ni la duración; podría haber explicado en un artículo de tamaño medio. Para ilustrar sus larguísimos minutos muestra las deportivas del autor, parece un anuncio de zapatillas.

La ilegibilidad de la vida se concreta en los datos, en este caso en los del paro, los contratos nuevos, etc.:  «‘Puedes llegar a una hipótesis y a la contraria con los datos que hay, explica Florentino Felgueroso, investigador asociado en Fedea».

Cuando pienso que soy tonto y que no puedo entender las noticias consuelan estas opiniones de expertos. La realidad se ha embarullado tanto que un parado es un empleado, un fijo puede ser discontinuo, etc. Una hipótesis y la contraria.

Esto ocurre en casi todo, y las leyes nuevas parece –a saber– que fomentan las confusiones. Los gobs pueden decir una cosa y hacer otra. ¿Alguien entiende o entendió la tercera vía de Tony Blair?Puede ser.

Una hipótesis y la contraria.

Y así vamos tirando, tirando los días velocísimos. Esta crónica de Jersón, soldados agotados que aprovechan cualquier hueco para dormir de pie, apoyados en una tapia. Vecinos que no se deciden a irse y aguantan solos en la ciudad casi destruida, con las gallinas.

Por lo menos no nos ha caído encima el cacharro chino chamuscado.

 

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