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El big data del alma

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Lo intopable

Al subir las primas de riesgo de las deudas periféricas el BCE se ha reunido de urgencia. De la crisis anterior a esta va un Draghi. Pero ya veremos.

De CRACK a CROUNCH y tiro pq me toca.

Si hay que estar comprando deudas todo el día ya se verá. Norte y sur, periferia y centroferia. Vuelve el horror.

Inflación, guerra y temblores por abajo. Los temblores de Putin son la única esperanza de Occidente.

Putin sufre porposing, el mal de los pilotos de F1, el efecto suelo, la espalda de Lewis Hamilton. Va a tener que ir Nadal a enseñarles a resistir esos dolores. Los dolores de Occidente.

Sigue en danza el caso del bot de Google, algoritmo charlista del que un ingeniero ha dicho que tiene sentimientos, ¡conciencia!

Claro, Google, que ha cambiado de nombre como Sánchez, ha suspendido al ingeniero por charraire (cláusula de confidencialidad).

Goggle es a Alphabet como Sánchez es a Sxxx (y Facebook a Meta) ···> si estás en la ola tienes que mutar.

El porpoising es el cabeceo violento que padecen los pilotos de F1 cuando pasan de 270 km/h: han cambiado las reglas porque era demasiado aburrido. Sigue siendo aburrido pero ahora hay un tema colateral, el factor humano/tech: la espalda de Hamilton.

Quizá porpoising se podría parecer a trepidar, temblar fuertemente en RAE.

Pero el BCE se ha reunido a las once del miércoles para topar las primas de riesgo. Es un detalle esta agilidad.

Diría un preboste: Hemos notado una trepidación, temblaba el suelo bajo nuestros sueldazos.

Algo pasa pero qué.

Ya vimos hace meses que el verbo «topar» no existe, aunque quizá la Academia lo haya entronizado al ver el uso orwellíaco que se da a esa palabra hueca.

Ya hemos visto que eligieron una palabra sin pasado porque no significa nada: primero, el presunto topeo del gas se pagaría más adelante a las eléctricas, o sea, una rebajilla a pagar a plazos. Segundo, no ha hecho falta porque la luz, al bajar, ha subido. Como es lógico.

El sistema es perfecto: nadie lo entiende y siempre ganan las corporaciones. El caso es que mandan más que los antiguos países, Estados, etc.

La parte económica en este sistema no se puede topar. Es intopable. Y de alguna manera el BCE la ha estado topando…

Pero: en julio el BCE dejará se comprar deuda y empezará a subir las tasas de interés…

Lo demás es un poco superfluo, y por eso se emite tanto porpoising, cabeceo, trepidación…

Esperemos que no intenten aplicar el término «topar» a la prima de riesgo, por ejemplo.

 

Porpoising

El «porpoising» (cabeceo o marsopeo) de los coches de Formula 1 de esta temporada está machacando a los pilotos. El efecto suelo pega los coches al ídem y provoca un traqueteo que duele solo de verlo.

Hamilton confesó en la carrera de ayer que la espalda le estaba matando, y apenas pudo salir del coche, apenas andar.

Estas sádicas torturas no impiden que las carreras de F1 dejen de ser intensamente aburridas.

El porpoising lo podemos reconocer en la vida diaria: traquetreo, aceleraciones aparentes para no llegar a niguna parte, nervios, neuralgias, cervicales destroy…

El porpoising máximo está ahora en Ucrania, y en otros sitios donde vuelan las bombas. Pero podemos decir que hay un estado de porpoising global.

El precio de los combustibles impide moverse, el precio de la energía impide estarse quietos. El cambio climático (KK) se mete en la cama con usted.

Los Estados son gobernados por las corporaciones, ¡en el mejor de los casos!

A veces, como en España, gobiernan entes indescriptibles: no sabemos a qué obedece el giro marroquí. Influencias inconfesables.

Sánchez Sxxx tiene los músculos cervicales bien entrenados por sus propios giros, volteretas y cambios de sentido, pero nadie sabe en qué circuito le van a paralizar los dolores. Hamilton  apenas podía andar tras la carrera de ayer.

Este porposing del XXI nos está pulverizando la espalda. No es extraño que masajistas y sicólogas tengan las agendas llenas.

 

La Fórmula 1 en el mundo hiperreal

El hijo de Schumacher partió el coche por la mitad ayer sábado en las carreras de clasificación de Formula 1. El piloto está bien. Se estampó contra las vallas de ese circuito propicio a los accidentes de Arabia Saudí.

El viernes un misil estalló una refinería de Aramco, la petrolera ssudí que patrocina el gran premio. Los pilotos se reunieron cuatro horas y al final decidieron correr ayer y hoy como estaba previsto. Presiones las podemos imaginar. Mucho dinero, todo el dinero.

Los hutíes, que reivindicaron el misil del viernes, luchan en la llamada guerra de Yemen. La humareda se veía desde el circuito. La Formula 1 tampoco se libra de los conflictos. La idea de celebrar eventos globales como si no pasara nada –eso es el fin de la historia de Fukuyama– la cuestgionan los hechos, los misiles.

La invasión de Rusia en Ucrania anima a todos los que luchan o querrían guerrera en todo el mundo. Los catálogos de armas son los pdf’s más buscados.

Vídeo en el que se muestra a los ucranianos cómo usar el lanzagranadas contracarro español C90 (Instalaza), es un arma de un solo uso, deshechable y portátil. Se indica que España envió 1370 lanzagranadas a Ucrania. El misil personal o el lanzagranadas es más fácil de usar que un coche, más sencillo que un móvil. Ergo…

Un misil en los alrededores ayuda a la audiencia, sitúa una acontecimiento deportivo en el mundo hiperreal donde cualquiera puede cuestionar el mundo entero. La noche de los oscars. La visita de Joe Biden a Europa/OTAN, el mismo binomio Europa/OTAN…

Los hutíes hacen un alto el fuego de tres días y ofrecen negociar.

Ralf Schumacher se fue de Arabia tras los misiles. Marca. Curioso protagonismo de los Schumacher: uno parte el coche en dos, y sale ileso. Su tío se va antes de la carrera.

Ganó Westappen en las últimas vueltas. Alonso perdió la energía y el tiempo bregando con su compañero de equipo, Esteban Ocón. Alpine Renault dejará el color chicle rosa en la próxima carrera, en Australia.