Lo inaceptable es lo normal y lo inadmisible es lo habitual. Hasta que pasa algo, se corre el velo y queda claro para todo el mundo que esas categorías, un continente entero, se han movido, y todo el mundo siente la sacudida.
La realidad se ha movido despacio cada vez más deprisa a todo lo ancho del frente de la línea de falla y de repente un eximio o ex-simio se ha quedado en la casilla anterior, que ya no está a una baldosa sino cinco mil años. Ha quedado en el aire, sus gestos y sus palabras son ya inverosímiles. La geología es lenta, inapreciable, hasta que hace crac y emerge un continente, se hunde otro.
Ganan un mundial precioso y se abre una sima kitch, cursi, incalculable anacronía.
Encima nos fastidia la fiesta.
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El episodio puede tener alguna utilidad si el próximo pulpo con poder, o el mismo, se contiene.
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