Veinte Segundos Veinte Segundos

El big data del alma

Archivo de la categoría ‘Arte’

«El padre de tus hijos»: para leerlo tres veces y no parar de disfrutar

Todo en este libro de cuentos es de un altísimo impacto emocional, al menos para mí, que conozco a los personajes y al protagonista narrador, Daniel Gascón, del que soy becario y amigo y cuyo libro anterior, «Fake news», con viñetas y chistes, es uno más de la familia del Hipster 1 y 2 y mía.

El padre de tus hijos alude a una cita de Pinker, algo antropológico: quien se hace cargo de los hijos de otro hombre es un fracasado, «el paradigma del perdedor», un concepto que planea sobre algunos cuentos y sobre el mundo en general.

Son 16 relatos ya publicados, y bien releídos pero… puestos en fila, juntos, con tapas comunes, cogen vida propia, ese misterio (vida propia ¿?), se crecen y se apoderan de sí mismos o se autoempoderan, forman un bloque motor compacto, indestructible. Como una novela o una(s) vida(s) en marcha. Las colaterales, a veces tan fuertes como la principal, esos hilos raros que se enredan. Los sempiternos demás.

El padre de tus hijos funciona cual novela pero sin las pegas de una novela. O sea, vuela ligero, a lomos del bionarrador veloz: cuando llegas ya se ha ido al cuento siguiente.

Que se complica como la vida misma/o.

Los cuentos van con el tiempo y por eso el arranque es simpático y juvenil, adolescente, infantil, feliz con ironía fina y el triple escrutinio irónico:

-autoexamen

-los demás

-el mundo

A veces todo en una frase. Apenas son ficción, son vidas colaterales, todas las vidas son colaterales.

Luego va pasando el tiempo, los erasmus, la vida real, siempre tan variada/aburrida. Avanza la autobiografía por la raya a veces difuminada de la ficción, corre el tiempo, pero queda tiempo. Eso es lo mejor del principio, es un libro inaugural, el depósito a tres cuartos, casi lleno… luego se van haciendo mayores, jóvenes, adultos, los cuentos y los personajes, el juego se vuelve serio, llegan los cónyuges, hijos, tanteos, tonteos, trabajos… alguien muy cercano muere, y marca el resto de la historia. Es un anticipo, la información aquella de Amis (a su vez ripeado)… la cosa se complica. La ausencia del finado ocupa más que la presencia, lo ocupa casi todo siempre… si se lo ha merecido, como es el caso.

Pero aparte de ese anticipo decisivo pero inverosímil (la muerte es abstracta hasta que la ves de cerca, eso dicen), los cuentos no llegan a ese tramo final, el autobiopic es espléndido también por eso, está aquí, en plana vidalife, cuando lo otro no existe o es abstracto.

 

«Sólo me faltaba gustarle a la chica que me gustara a mí».

Siempre con humor, o sea, penetración e inteligencia, visión amplia y micro en la misma frase, inapreciable a simple vista, directo al fondo de la in-consciencia. Escenas cómicas sin pretenderlo (o sí), escenas del natural, escenas reales con personas de verdad que, si las conoces, las ves en el acto. Si no, también y aun mejor.

En medio, la vida, lo que pasa, los trabajos, la industria cultural, el mundo clavado en una frase, son cuentos hiperrealistas (en cuanto a los demás), documentadísimos, comprimidos, rigurosos, dan el mundo en su fórmula cabal. El vecino que amenaza con matar al perro que ladra en la casa ailada de vacaciones, esa preocupación, la excursionista francesa desaparecida en el Pirineo que reaparece a las dos semanas cuando su familia ya se ha ido, lo que puede estar pasando entre los que cubren esa primicia…

Las terceras personas son fundamentales, siempre hay alguien más rondando. Y si no, se inventa (hay un cuento de eso).

«Y me sentía tacaña emocionalmente, quizá la peor forma de ser tacaña».

«El tiempo, parecían saberlo, estaba para eso No había otro sitio donde estar. En cambio, daba igual lo que él estuviera haciendo: la vida siempre estaba en otra parte.»

O el simple título de algunos cuentos:

«A veces en la piscina pienso en la muerte de mi marido».

A la vida enjueguecida infantil y juvenil le llega el ciclo adulto, no enterarse de nada, hijos, divorcios, cónyuges, trabajos, pisos que reparar, comunidades de vecinos, terceras personas… ¡sesgos vitalicios!

En fin, para leerlo tres veces y no parar de disfrutar en la cuarta.

 

 

Soria, fiesta de la poesía entre ardillas y palacios

Visión rápida de Soria capital. Google te deja en el parking del Olivo, en el centro, ya peatonalizado. En esta visita de dos días y medio Soria es una calle este-oeste gobernada por la presencia de Machado, Becquer y Gerardo Diego. En una punta está el Duero, en la otra la Alameda de Cervantes, que tiene un célebre templete de música edificado en torno a un árbol, una espiral a la gloria, cerrado con una cadena.

En esa alameda se ha celebrado del 31 de julio al 6 de agosto la 16 edición de Expoesía Soria (programa pdf), una feria del libro poético un sinfin de actos en torno a la poesía y la cultura. Yo he ido con mi mujer, Pilar Clau, que firmaba con  editorial Olifante su libro Mujer de otoño, (entrevista en 20Minutos) y han sido unos días estupendos.

Al salir del parking Soria muestra sus palacios intitucionales, robustos caserones de siglos, una iglesia imponente, el edificio de la diputación provincial, con ocho estatuas negras delante de la fachada, la fortaleza de la delegación de Hacienda, rematada con un intimidante torreón: entre hacienda y la diputación se alza un túmulo de piedra coronado por un pebetero donde arde un fuego día y noche. El viajero veloz no tiene tiempo de indagar qué significa esa llama y si no fuera por una foto de emergencia creería que ha sido una pesadilla.

La Alameda de Cervantes, andando desde la feria de los poetas, se convierte en un bosque delicioso donde las ardillas comen de la mano, brincan por los árboles y se hacen selfies con los visitantes. No hay nada más poético que ese desayuno entre la hierba.

La feria es algo inaudito, todo poetas departiendo sobre el arte más imposible, el más sutil y esquivo, tan superfluo como necesario. Las casetas son de cuento y el árbol templete de la música incita a saltarse la cadena que lo cierra, trepar por la escalera en espiral y recitar desde lo alto Con diez cañones por banda.

Hay un ambiente extraordinario, quizá porque es una feria más de pasión que de negocio, aunque los editores –según explica uno de ellos– son el gremio más satisfecho de cómo van las ventas en estos años. Aleluya.

Soria subyuga sin aspavientos. La paz de Soria, la segunda capital más pequeña después de Teruel.

Es un pueblo con Gerardo Diego sentado en el centro en el porche leyendo en un velador. Machado tiene otra efigie con silla delante del instituto que lleva su nombre. Y Leonor, sentada también en su silla de bronce delante de Santa María la Mayor (que muestra un paso de Jesús entrando en Jerusalén en la burreta provisto de volante). Luego está la ascensión al Espino, donde está el olmo seco y la tumba de Leonor.

Pasear por la ruta este-oeste entre el Duero y la Alameda de las Ardillas Poetas es lo mejor, tomar un café en el Casino –en la falsa o buhardilla hay un museo tan entrañable como modesto de los tres poetas que nutren a la ciudad– y trepar por las callejuelas interminables con la boca abierta: llenas de caserones y palacios del XVI, edificios torturados, con las ventanas tapiadas (en la plaza mayor, casi al lado del ayuntamiento), es vivir en otros siglos en perfecta armonía con las tiendas de Mango y las cosas del siglo (del siglo XX). En la medular calle de El Collado está la Librería y Papelería Las Heras, que ya es para perderse.

La España vacía es también la España lenta, las carreteras son de 90 km/h, aunque a trozos se engalanen de autovía.

En Soria está la Fundación que custodia el archivo y la memoria de Juan Antonio Gaya Nuño. Abre por la tarde.

Maravilla Soria. Para quedarse.

 

La escultura de Gerardo Diego lleva una gota de agua en la nariz porque estaban regando la calle y la manga riega salpica.

El libro «El imperio de las luces», de Octavio Gómez Milián, te exige todo y te da más

El imperio de las luces, de Octavio Gómez Milián, es un libro demasiado importante así que esto es una aproximación. Ha ganado el 32 Premio de Narrativa Santa Isabel de Aragón, Reina de Portugal de 2022 que convoca la Diputación Provincial de Zaragoza; consta de 23 cuentos en 157 páginas y se subtitula Historias de un apeadero, lo que me lleva, sin leerlo, a Onetti y a Faulkner, y después de leerlo, también, o más. (Me nombra en los Agradecimientos y en otras partes: muchas gracias).

Octavio –en su blog de esta casa, Hotel Margot, su autobio— es especial, atesora cultura viviente en todos los formatos, es un erudito pop, fanzinero, insaciable, mitómano, romántico, zaragozano, de Ateca y, con su mujer, padre y madre de Román.

El libro es insondable, denso, lleno de referencias con tope sentimiento, sentido, cultura transida de evocaciones y sucesos y personas, algunas son reales, otras fantásticas, otras fantasmas, zombis indetectables.

Es un libro para leerlo siempre, sin prisa, un libro de cabecera en el que los cuentos son unos y trinos y están conectados por tubos ya digo insondables y el autor entra y sale de ellos con naturalidad y a veces coincide consigo mismo y uno seduce a la chica y el otro se queda solo. Es increible, cotidiano, incontrolable.

Por eso es para tenerlo siempre a mano y pluma (o boli): Octavio ha hecho un libro que merezca estar, por supuesto, en su colección, pero también en la de los que con diez libros ya se agobian.

«Usaremos una antena analógica para evitar ser detectados por la realidad».

Voy por la segunda vuelta y aun me falta todo por descifrar, el libro es un enigma que exige atención extrema y si se la entregas te va dando premios, cromos de ciclistas, boxeadores, escritores, antipreceptiva, conceptos ensamblados que son fórmulas matemáticas traducidas a texto plano.

El profesor de matemáticas, padre, marido, sobrino, explorador, fanzinista, llega a todas partes, a sí mismo, a los clones levemente desincronizados de cada cual, de cada día. Sale Félix Romeo en el viaje con Ismael Grasa a Soria buscando a Peter Handke y sus Ensayos del jukebox, sale todo el mundo en todos los formatos, la mitología USA y las glorias locales encarnadas en lo más alto del panteón.

Sale un anillo delgado que abre y cierra el mundo, sale la guerra civil como un cuento perdido de Herrumbrosas lanzas y Faulkner. Sale un anillo –otra vez– que atraviesa los cuentos, una casa con la ventana rota que va y viene y la quieres olvidar pero no se deja.

«Como es una fábula, es el narrador quien la controla y es él quien sostiene la historia, aunque esta historia esté desmoronándose conforme avanzan las palabras, las líneas y las reglas, las normas de las historias se están difuminando (…)».

Salen los ángeles de El cielo sobre Berlín y Win Wenders. Almas en pena. «Siempre hay luz en el apeadero de Purroy».

Los consejos de Félix, el propio Félix más vivo que cuando lo estaba, sus frases literales, su forma de exprimir la vida, las vidas, la intensidad, su piso de Las Fuentes que amenaza con hundirse por el peso de los libros.

La fábrica de Huesitos de Ateca, el equipo ciclista. Los ciclistas que atraviesan los relatos, las vidas, Ocaña, Merkx, Perico Fernández.

Desdoblamientos y clonaciones. Varios Octavios que se suceden y a veces coinciden en el mismo piso, en los mismos tiempos, pero cada cual con sus vidas a su vez múltiples, esto es genial.

Y lo mejor:

«Esto esta pasando, es verdad».

El imperio de las luces es para tenerlo siempre a mano, como la Tabla Periódica o las de la Ley, los elementos de Euclides o los Principia de Newton, porque siempre que les das atención –tarea titánica– te la devuelven multiplicada, te hacen un hueco enorme y tu doble empieza a funcionar por los cuentos como un personaje o un objeto más.

Luis Algorri entrevista al autor. El libro se presenta el jueves 16 de marzo en la DPZ, Zaragoza.

Entrevista de Antón Castro en Heraldo de Aragón.

Sellado universal del año pasado en la intimidad

El martes día 17 de enero anula ya el año anterior, año emocional/fiscal. Lo emocional es fiscal y viceversa, como se ve en Shakira & Bizarrak e influencers.

El solemne sellado del año anterior es una ceremonia íntima inconsciente que, misteriosamente, se sincroniza en cada hemisferio.

Siempre hay un día de enero en que se cancela el año anterior y pasa al improbable archivo.

Archivo insondable.

Cada Cual y el Estado en general (es lo mismo*) decreta sin pensarlo mucho o nada qué asuntos quedan clasificados, o sea, son declarados secretos. Secretos Oficiales Personales de Estado.

O simplemente se olvidan. (Vid Cabeza borradora, Jim Jarmush)

Trump & Biden se llevaron papeles oficiales a sus casas, garajes, oficinas. Esto no viene a cuento pero resuena.

El caso es que en occidente el año 22 ha desaparecido o está desapareciendo del incipiente 2023, de su Conciencia Colectiva Individual Estatal, aun sin emoticono.

Es época ambigua, por eso. La erradicación de la filosofía de los planes de estudio no va acompañada de una asignatura práctica, por ejemplo fontanería, arreglos caseros, equitación o esgrima.

El año anterior, ya apilado en la cadena de bloques, es inalterable al filo del martes 17 o 18, según creencias (para el terraplanismo no existen los días, ni –en rigor–, la tercera dimensión: sin duda es un alivio).

El año archivado y cerrado ya no se puede retocar o modificar, equivale al blockchain si está bien hecho, sellado.

El año sellado es un concepto posmoderno, o sea, antiquísimo, mágico, del animismo imperante y del bamboleo cuántico, que a veces coinciden o se rozarían si pudieran.

El animismo mágico estándar sintoniza con la electricidad, el hidrógeno o el viento, el emblemático fluir, mientras que el petróleo, más material, más denso, corresponde al fragor de maquinorrios, el bombear de pistones y el poder duro. El blockchain, por la palabra que lo define, pertenece al poder duro antiguo, aunque su nacimiento es reciente: el blockchain que triunfe deberá ser ligero, de bajísimo consumo (por eso llamaron a uno de sus derivados Ethereum, precisamento porque no lo es).

Notas sueltas sobre el sellado del año santo del 22, del que ya nadie se acuerda.

El año se cancela cuando ya no se puede decir impunemente Feliz Año Nuevo.

Es propio de estos días hablar dos o tres personas a la vez. El Índice Mundial de Solapamiento de Conversaciones registra un aumento del barullo. Continuará.

 

* Asterisco vacío.

La canción de Shakira y Bizarrap: letra completa del nuevo himno mundial

La canción de Shakira y Bizarrap es un himno hispano, o sea mundial. Ha estallado justo en el momento oportuno.

Vale para Irán y para Afganistán, vale para Persia y para el mundo occidental.

El mundo sorpresa: alguien hace una canción y revienta el ranking. Alguien ya consagrada, famosa mundi, lo que quieras.

Mundo redes, nuevos intermediarios.

Himno mundial, caja mundial.

Música latina hispana español zaborrero. Rosalía es Lorca.

La venganza se ha cumplido facturando.

Los sentimientos facturan más que nunca, el príncipe Harry y Shakira.

La odisea

 

..

Letra de la canción de Shakira y Bizarrap

Perdón, ya cogí otro avión, aquí no vuelvo no quiero otra decepción.

Tanto que te las das de campeón y cuando te necesitaba diste tu peor versión.

Sorry, baby, hace rato que yo debí botar ese gato. Una loba como yo no está para novatos.

Una loba como yo no está pa tipos como tú. Pa tipos como tú.

A ti te quedé grande y por eso estás con una igualita que tú.

Esto es pa que te mortifique, mastica y traga, tragues y mastiques. Y contigo ya no regreso ni que me llores ni me supliques.

Entendí que no es culpa mía que te critiquen, yo sólo hago música perdón que te salpique.

Me dejaste de vecina a la suegra, con la prensa en la puerta y la deuda en Hacienda.

Te creíste que me heriste y me volviste más dura. Las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan.

Tiene nombre de persona buena, claramente no es como suena.

Tiene nombre de persona buena, claramente es igualita que tú. Pa tipos como tú.

A ti te quedé grande y por eso estás con una igualita que tú.

Del amor al odio hay un paso, por acá no vuelvas hazme caso. Cero rencor bebé, yo te deseo que te vaya bien con mi supuesto reemplazo.

No sé ni qué es lo que te pasó, estás tan raro que ni te distingo. Yo valgo por dos de 22.

Cambiaste un Ferrari por un Twingo. Cambiaste un Rolex por un Casio. Vas acelerado dale despacio.

Mucho gimnasio, pero trabaja el cerebro un poquito también.

Tiene nombre de persona buena, claramente no es como suena.

Tiene nombre de persona buena, una loba como yo no está pa tipos como tú, pa tipos como tú.

A ti te quedé grande y por eso estás con una igualita que tú.

A ti te quedé grande y por eso estás con una igualita que tú.

 

 

ExxonMobil supo el cambio climático en los años 70.

Cambiando dos letras del genoma curan afecciones del corazón en ratones.

Preparando el Feliz Año Nuevo

Grandes microperspectivas autoAplazadas. No tener prisa. Sujetar esos nervios. Pero tampoco mucho.

Evitar irradiar nervios a los demás. El estrés rebotado nunca se sabe dónde se va a clavar.

Más vale estarse quieto un buen rato que agitar el universo con ajetreos y reenvíos vanos. Eso no quita que si hay que hacer la comida o fregar el suelo pues se hace todo.

Fragar el suelo sería fregar con mucha agua, escurriendo poco.

El año minuto ha pasado en su suspiro aleatorio

En la incertidumbria, que tampoco es mayor que en otras eras geológicas como nos queremos hacer creer unos a otras por darnos importancia y presentismo.

Aunque el presentismo es inevitable, que se lo digan a esta línea.

El aquí y ahora, tan sobrevalorado y con razón, se lleva regular con el cerebro, pero sin pasarse

Sin tampoco pasarse.

El cerebro, dicen, es la máquina del tiempo perfecta: lo crea al pensarlo, lo impide al pensarlo, lo modifica al recrearlo, siempre en presente eterno, que es el tiempo que falta en los verbos esquimales y españoles.

La vasta marcianiad de estas media nuits: se ve marte o Marte allá Arriba, la estela de Venus o Afrodita, a un tiro de ojo de Orión, que siempre ayuda al trasnocheo.

Feliz Pues (ensayando)

Si lo quieres, es una moda reciente, y por eso hay que cuidarla y decir la frase

Feliz Año Nuevo

Sin especificar.

Cada día es año Nuevo.

Feliz este segundo.

Luego seguirá el robot, que está en pruebas y los dedos se le atascan.

El robot tiene cuerpo entero, de cuerpo entero, y escribe con un dedo, como el tiki taca de Montes, ya en el cielo con Eloy.

El robot y la robot con sus delantalitos blancos.

Que pase el año de la paz y se salven todas esas vidas y vuelva la luz -¡fiat lux!- a los belenes de Ucrania y alrededores.

Ha estado Rosalía cantando Despechá en estos campos llenos de cáscaras de cerámica fenicia, celtíbera, romana, de Jaime I…

A simple vista por esos campos

cuatro mil años

a trozos pequeños.

Sigilata. negra, con dibujos, cenefas, curvas del cántaro que tanto fue a la fuente

y se rompió

Mil años cinco mil años

Esta punta de flecha vista al azar del sembrado que ya verdea, ¿quién la haría?

Tan fina.

Feliz Año

(Ensayo)

Paseos culturales por el monte

Hemos ido a pasear por el monte con unos expertos en ver restos de épocas antiguas y hemos pasado un rato estupendo identificando ruinas en montículos y alcores que en principio no nos decían nada. Lagares, restos de murallas, trozos de calzada romana, habitaciones, lagares, depósitos, parideras. Algunas romanas, del siglo II, otras medievales, y nos han explicado en cada caso cómo se sabe o se deduce qué es cada cosa y qué significa.

Gentes del campo que se saben todo de las tierras y las labores y el tiempo y el riego y las herramientas pero que apenas habían oído nombrar vagamente que aquí oen tal finca o ese altozano hubo en tiempos un pueblo o una especie de castillo. A veces la tradición oral da pistas, otras se interrumpe y pasan generaciones sin transmitir la información, que es la vida de los antepasados, o los que estuvieron antes por estos parajes torturados y roturados.

Desde los campos se puede saber qué hubo en ese promontorio donde se alza una roca de formas cuadradas. Cuando lo explican lo ves, y hasta entonces solo había sido una referencia para orientarse, no significaba nada. Y sin embargo es una pequeña ciudad, y hay trozos de cerámica por el suelo, sin removerlo, que los expertos saben a qué siglo corresponde.

Los que saben hablan de parajes, un convento de monjas que en el XVIII aun estaba funcionando y que fue largamente expoliado desde los años sesenta por buscadores de tesoros. Y cuentan que también se llevaron los sillares, magníficamente tallados, de la iglesia, que así se fue cayendo. Y que tal torre que está en aquel altozano en el horizonte dominaba ese lado del barranco. Al final del recorrido te emocionas. Y cuando cede la luz y volvemos a los coches aun señalan en un sembrado donde ya nace el trigo un trozo de piedra roja que aquellos que vivieron aquí antes usaban para afilar las herramientas.

También vemos desde lejos las famosas ruinas de un asentamiento ibérico y luego poblado medieval que fue expoliado durante medio siglo y aun impresiona lo bien que ajustan los sillares y el severo dominio que esos restos de edificios sagrados ejercen sobre el entorno. Solo quedan vagas leyendas, rumores que apagan los siglos. Se han erosionado antes las leyendas, o las verdades, que las piedras.

Un buen paseo por el monte y los campos con expertos ayuda a valorar los siglos, los milenios. En ese campo hay un asentamiento del bronce, dice uno de los expertos, y explica cómo lo supo.

Ha cedido la luz de diciembre, acaba el año otro, cruzamos trochas y barrancos embarrados donde hace pocas horas que se ha levantado la niebla. A media hora de tres ciudades unos estudiosos nos enseñan a ver evidencias de civilizaciones remotas que aprovecharon esta geografía, vivieron en estos montes, acuñaron monedas o comerciaron con ellas, forjaron espadas y aperos, cocieron vasijas y recipientes, y antes tallaron puntas de flecha y de lanza con las que a veces tropezamos sin darnos cuenta de lo que son.

 

De nuevo el año del perreo chupimanguis

De nuevo es el año del loco perreo. Anímense chupanguis, que too wiene furo…….

Los puntos supensivos es de lo más restrictivo que hay que tengan que ser tres, otras cosas duelen menos… por eso…..

Lo primero, Bad Bunny, de Susana Vacas Cervantes, en abierto open free. Y casi lo único.

Menos mal. Un artículo pa perreal.

Año Rosalía total. Y qué más hay poray

Quiénhayporay

Esto esponja el agrio día ritual que entre otros sucesos atroces incluye la inminencia del fin de mes.

Perrea perrea perrea perrea perrea…. todo tecleado a mano, sin copiapegar.

Jorge Carrión en WP también jalea el perrro.

La perreística, vista desde esta boca de loup de la espvac, es la salvación, Félix Romeo levitando sobre el pantano inútil de Lechago es oe oe oe oe oe oe….

Ya que estamos en la vieja dama también mola este art, al menos el principio, sobre la peli Que viva México!, que se estrena en el 23…. ¡Y nombra a Buñuel!

En fin, un paseo largo por los campos a toda leche, si quedan campos, el cielo ya se ha ido a negro, pronto saldrá Marte, suerte de colores de universo, la bladerunnística que nos mece y sacude, perrea perrea perrrrea YA.

El baile ha sido todo siempre, dolientes cuarentas de España, bailando hasta vivir algo.

Y eso, pospendemonium, quizá estamos en medio pero no lo sabríamos, mejor. Apurar el momentum si llega la luz antes que la factura. Y eso que no hace más que bajar.

Los tds de las tvs dedican todo su metraje infame al precio de los alimentos, buena señal de país ya fallido o medio fallando en su sondormir levmente eterno.

 

La triste hiperrealidad se va comiendo la navidad por los pies. Ni luces ni abetos ni papanoeles ni reyes magos.

Refugiados en las casas y bares a pasar el trance. Refugiados o desahuciados. Aplacemos el suicidio, viene a decir el mantra, que aun quedan loterías por ganar.

Menos felicitaciones y más licitaciones. Menos moñacos y más trsnaferencias. Menos emoticonos y más dólares.

Optimismo residal autoayuda factores mágicos sonreír en el filo del abismo… A todo meme le llega su San Martín.

Lotería del infierno, la lotería de Babilonia borgiana, lotería de Estado.

Oleada de memes y vídeos y moñacos, estertores y alaridos, soledades triplemente dolorosas, programas de saldo.

Invasión y muerte. Ucrania. La helada del siglo en USA. China en su apocalipsis covídeo. Ambas metrópolis hacen tamblar al mundo con sus achaques.

Va a empezar el segundo año climático, en plena desesperación mundial, creciendo el desánimo y sin recambio energético. La gente se ha pegado a los cuadros célebres, a una autovía.

Democracias cuestionadas por los que no las manejan, el concepto oposición ha variado. Es derribar al gobierno.

Nóminas y pagas extras que no llegan en su día por «fallos técnicos». El fallo técnico.

El último (que se sepa) beneficiado por superenchufe conocido del nepotismo de Estado ha dejado el cargazo antes de estrenarlo.

Y van pasando las horas del día N con reenvíos masivos de memes a grupos. El gob ha cesado al segundo nivel del ministerio de Industria porque los fondos UE para el automóvil no han llegado a su destino.

 

Estreno de «¡Ay, Carmela!» en Zaragoza, lleno el Principal, emoción, humor en la tragedia y actuaciones inolvidables de María Adánez y Pepón Nieto

Estreno de ¡Ay Carmela! en el Principal de Zaragoza. Solo se ha representado cuatro veces, una de ellas en Zuera. El teatro lleno en jueves, la emoción ardiendo. La obra es un clásico de Sanchís Sinisterra que ha conocido muchas versiones y ha estado años en cartel, un desafío para dos actores que no se bajan del escenerio en ningún momento.

María Adánez y Pepón Nieto llenan el cajón del Principal de emociones y sentimientos durante toda la obra que es durísima y cada poco rato haría reír, si alguien se atreviera. Tal tragedia colectiva exige válvulas de escape.

La versión de José Carlos Plaza mete la tijera pero conserva la densidad y la profundidad de una obra de referencia que vale para cualquier guerra, especialmente, en estos momentos, para la invasión de Ucrania, que es también una guerra civil.

¡Ay, Carmela!, de Sanchís Sinisterra, de 1986, es de una modernidad desasosegante: una pareja atrapada en una guerra: la muerta que vuelve a ratos y habla con el horror de su marido vivo que teme ser fusilado en cualquier momento. Es Juan Rulfo en la guerra civil española.

Al Principal de Zaragoza ha vibrado esta noche y se ha emocionado y ha aplaudido a tope. Las actuaciones son pura realidad y por eso conmocionan, te ríes y respiras a ratos sabiendo que un país murió en esa contienda, y que habrá que recordar todo ese horror para evitar que se repita.

Sales con el alma sobrecogida y con razón. Sanchís Sinisterra, curtido en Teruel con Eloy Fernández Clemente y Labordeta, escribió un clásico y María Adánez y Pepón Nieto lo clavan en la versión de José Carlos Plaza. Tan perturbadora como necesaria.

 

La emoticónica

La vida posmoderna es emoticónica. Lo emoticónico se explica solo, se autoentiende. Pero lo despiezo y así gano esta línea:

emoticono + emoción + icono + ¿?

La palabra icónica es icónica, ella misma se refleja en su espécula especulorum.

La vida moderna es antigua, la fecha está siempre cambiada, los relojes atómicos no son de fiar

Las saetas bailaban el foxtrot los números digitales mutan al revés, en el infinito: igual van hacia adelante que hacia atrás. Nunca lo supimos.

Todo esto son líneas de entrenamiento, para calentar los dedos, que se van  introduciendo en las tripas del ordenador como el cirujano de antes los metía en la tripa del paciente dormido y le hacía cosquillas jodorowskyanamente.

El móvil es inmóvil, las pantallas planas no tienen fin, no tienen fondo, esta obviedumbre universal aperplejiza el ánima. Esta obviedad es un adelanto editorial en pleno desguace sistémico.

Se acercan las fechas y las compañías funerarias, que han tenido unos años buenos, esperan prolongar la racha, como es natural.

La entropía no perdona: Elon Musk cita a Gracián en sus tuits.

Lo emoticónico es la esencia del ser actualizándose cada minuto: la actualización llega sin avisar, y en eso recuerda a los avatares de la vida antigua, cuando pasaban cosas físicas.

El ser es solo actualizaciones frecuentísimas del adn y del epigenoma, que se nutre de las news y los tuits y las notificaciones.

La vida es un flujo de notificaciones, por eso la única forma de descansar es ir al gimnasio a darse una soba sin mirar el móvil la tableta el reloj lo que sea. Aunque hacerlo todo a la vez es mucho más inclusivo e intenso.

Gestionar propiamente dicho solo lo hacía Dios, pero ahora usted puede usar el Gestor de Archivos y tener una apariencia de control.

Entretanto quedan los emoticonos y la ciencia que los va a estudiar y revender es la emoticónica, que ya se usa como un arma pacífica más en el ejército, vanguardia artística y científica y tecnológica de todas las novedades.

Early pues, seguimos.