La guerra consiste en que cada bando se dedica a un trozo de frente donde no hay muchos efectivos rivales, los suficientes como para avanzar un poco o nada.
Cada bando deja que pase el tiempo y trata de hacer alguna operación de marketing. Que no le saga demasiado cara.
Atasco y fingimiento, principios y valores que rigen en todos los órdenes de la vida en este lustro, década, quizá siglo.
La vida misma, atasco y colapso, errores 404 en general voluntarios o involuntarios (por desidia o estrategia, o mix de ambas) y mantener privilegios soltando el mínimo lastre.
Fórmulas sencillas explican lo inexplicable, células pululando, átomos sintiendo, letras en sopa cuántica.
Llegamos a los 8000 millones de personas y el CC es ya cultural, o sea, un sentimiento. Por eso ha llegado a los museos.
Colapso y fingimiento: tal vez no sean deliberados, sino recursos del kit box de supervivencia, vamos tanteando a ciegas, a veces con rayo láser… sin saber aun qué somos… ¿robots avanzados? ¿conciencias del pánico con fecha de caducidad?
En eso estamos, y es apasionante. El no saber nada e ir probando, tanteando hipótesis…
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El atasco y el fingir no sirven para las guerras, salen muy caros y no benefician a nadie. Por eso hay intentos de entablar conversaciones. Sugerencias secretas filtradas antes de hacerlas.
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La película argentina El gerente está muy bien.