La tarde alarga y los rusos atacan, ejércitos mercenarios públicos o privados, tanques viejos, robustas máquinas de matar, décadas oxidándose, ahora reviven y crujen y las engrasan, y enfrente hay chicos perdidos llenos de vida y a punto de morir.
Ucarnia es la OTAN, no hay nada más al este, la estepa infinita, el alma atormentada de Rusia, que linda al fondo con China, no se oye nada, no se entiende nada.
No se sabe nada, hay ruiditos al este, Asia a un lado, al otro nada. USA va perdiendo, retrocede, TikTok ha ganado las almas y los sueños, swipea desliza el algortimo me representa me mata me ofrece exactamente lo que no me atrevo a desear o no reconozco que necesito, el algoritmo chino es más listo y más tenaz que los de Meta, Google, Amazon, Apple…
Solo TikTok sabe mis dolores ocultos, no hace falta preguntar, el confesor no escucha, le da todo igual porque está con su tiktok esperando que se vaya la visita, no hay vis a vis espiritual, solo subrutinas enfiladas a tu antigua alma ya extinguida más perdida que el hombre de las cavernas anterior al pobre neandertalensis, violado y masacrado: nos reímos de él y ahora el algoritmo que nos lleva se ríe de nuestros pequeños anhelos
anhelaciones
alelados
ser de lejanías
ya en la ultima casa
El tanque es el último destello de esta agonía.