Veinte Segundos Veinte Segundos

El big data del alma

Archivo de noviembre, 2022

Ilegibilidad de los días

Todos los datos son más contradictorios que nunca entre sí.

Chocan entre ellos. Todo se ha medido siempre a palmos, medio a ojo, de forma un poco aproximada.

La economía es sentimientos. Igual abren una tienda que cierran dos. Antonio Damasio, Greenspan.

En general, cierran comercios locales (por jubilación) y abren franquicias globales. Aunque también hay hostelería local con gran inversión.

Abren nuevos outlets chinos. Cierra una tetería tailandesa. Hay ambiente… a ratos.

Hay fervor de negocios, dinero suelto, de todos los colores… a ver qué produce. Dinero del mundo.

Una pareja metiendo billetes de 100 € en la máquina de autopago en un colmado… no los acepta, uno sí, otros no.

La economía es sentimientos. Los abalorios, la bisutería, cosas muy brillantes para ponerse por el cuerpo. Esas tiendas brillan solas y atraen como imanes.

Los maridos merodean por la puerta. También en los numerosísimos establecimientos de cosmética. Cuerpos y almas tropezando bajo la lluvia.

Los evangelistas venden cosas espirituales, trascendencia. Echan horas, se turnan, van y vienen con el carrito de las biblias. Nadie viste igual que ellos y ellas.

Los gremios que no paran son los que reforman los locales: pladuristas. eléctricos, iluminadores, yeseros o yesaires… el nuevo mudéjar de quita y pon para comercios… en cuatro días desmontan una tienda y montan otra.

Resiste lo muy local, lo inimitable, la ropa regional hecha a mano, lo que aun no han plagiado las majors.

Las chucherías souvenirizadas. Iconos sagrados con imán para nevera.

La pospandemia –cruza los dedos– da sensación de mucha vitalidad, a ver si es cierto.

Lo que hace mucho la gente es pasear, caminar, ¡correr!

La fruta ni tocarla, el papel… huy. El papel higiénico, el rollo de papel de cocina… 4,30… 4,50… y subiendo. Quizá aquellos acaparamientos de papel higiénico eran una anticipación popular, una intuición.

Tal vez vuelvan los pañuelos de tela, lavables, ¡la tela! El trapo de cocina. ¡Las servilletas!

O limpiarse con la manga.

A ver con qué nos disparan hoy.

Tal vez haya más líneas de código

La ilegibilidad de los días etc

La bomba atómica trivial

La trivialización de la bomba atómica. Está por todo, Putin y sus fakeadores la nombre cada día. Nos hemos habituado a ella. En verano se vendió yodo a saco.

Como la otra vez –la larga guerra fría– no pasó nada, ahora tonteamos con la bomba. Mundo nuclear.

La bomba atómica sale cada día. La bomba sucia, la bomba limpia. La bomba mixta.

En Corea, en todas partes. Pakistán, India…

El fakeado de Putin arroja una bomba atómica en cada desayuno del mundo. Es un horror… ya asumido. Paisaje nuclear. Piedras y palos de Einstein.

Vuelve el búnker adosado, o el búnker en el adosado.

La cosa se alarga, cada día empeora un poco todo en Ucrania y en el mundo, la onda de choque de la piedra lanzada por Putin el 24 de febrero del aciago 22 se expande cada hora y penetra en los sitios/cerebros más impermeables.

La cosa se alarga, se enquista y se atasca, como las logísticas del mundo, los chips, las cosas… las ideas. Más que los chips las ideas están tiesas, secas… polarizaciones… brutalismo. Populística.

Cualquier día los drones baratos de los segundos mundos residuales llevarán misiles atómicos pequeños, miniaturiación y algoritmos, PIM PAM PUM.

Las mayores atrocidades bajo bandera anónima, ejércitos fantasmas, bombas sin dueño…

Ya ha habidos sabotajes que nadie reclama. Ahora Putin los achaca al Reino Unido, pobre, con la que le está cayendo o se está autocayendo…

Al alargarse el conflicto/invasión las lealtades se comprimen.

 

El el hondo sur del norte esperando que el invierno se retrase aún más, y que estos calores y tibiezas sean por un volcán y no por el CC, pero que duren.

Por lo demás, abriendo y cerrando tiendas a una velocidad de vértigo.

 

El cartel del asfalto.

 

Justicia y sanidad, desastres paralelos

El atraso de la justicia es paralelo al de la sanidad. A los partidos les interesa hacer creer que son cosas distintas, pero es lo mismo. Colapsar desde dentro servicios básicos del exhausto estado del bienestar. La justicia siempre infradotada y muy atenazada por los politicos turnantes. Un poder del Estado se apodera del otro. El tercero son las Cortes, que proporcionan a sus diputados buenos sueldos y toda clase de privilegios. Los partidos deciden las listas.

Tenemos a simple vista un país manejado por los partidos grandes. Que a su vez necesitan a los nacionalistas para mantenerse en el poder. Luego están las grandes compañías intocables que sangran sin límites a los clientes cautivos y mandan más que los gobiernos.

Esto es una sensación subjetiva, quizá un sentimiento. Puede ser que la realidad sea de otra forma. Ojalá.

Pero la justicia y la sanidad no funcionan. Etc.

Un ejemplo de sintaxis ilegible en un trabajo recién publicado sobre la España vacía. Intente leerlo sin marearse.

La noticia sobre este «trabajo», en Diario de Teruel.