Por Paula Rosales Muñoz
El Gordo en 2014 ha sido mayor y tempranero. Antes de que llegara el de la Lotería de Navidad, nos enteramos del procesamiento de la infanta Cristina.
No es “sólo” un triunfo de la moral y dignidad contra quien ha hecho montajes mayores que su palacio en Barcelona.
Es también un triunfo para la economía de los más débiles, una esperanza de que se les haga justicia de verdad, en esta época en la que el Gobierno mismo consigue echar a tantos jueces y fiscales que estorban sus chanchullos.