Por Nieves Correas
Por razones de seguridad, en el edificio han puesto videovigilancia. En el vestíbulo, un cartel advierte a los vecinos de que están siendo observados; pero como estos aún no han tomado conciencia del hecho, exponen su intimidad.
Y así, fulano abrirá su correspondencia en el ascensor y pondrá a la vista el estado de su cuenta corriente y los resultados de sus pruebas médicas; mengana se bajará la ropa interior de raso para comprobar si ha empezado a menstruar; el presumido de zutano se remangará, mostrará los bíceps y le dirá al espejo lo machote que es; y la viuda perengana abrirá su bolsa de El Corte Inglés y pasará revista a lo que ha comprado y al correspondiente tique.
Y mientras, encima de sus cabezas, el artefacto diabólico seguirá graba que te graba.