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Entradas etiquetadas como ‘esfuerzo’

¿Cómo conseguir un cambio a mejor?

Por Mª Paz Roy Prats

Optimismo¿Cómo definiríais la sociedad actual? Supongo que la mayoría de vosotros empezareis a criticar todo aquello que os parece mal, otros muchos dejareis a las nuevas generaciones como las culpables de una sociedad mediocre y los restantes, una minoría, la mostrareis desde una perspectiva optimista.

Con esto podemos ver que la mayoría de nosotros vivimos culpando a los demás de algo tan común como una sociedad. Culpar a los demás es el mayor error que podemos cometer, bien lo dice el dicho: “Si quieres que los demás cambien, empieza por cambiar tú”. Una verdad muy cierta. Todos podemos construir una sociedad mejor, si cada uno aporta su grano de arena.

Por más que parezca que nada puede cambiar, que todo va a peor, ¡es mentira! Hay muchísima gente increíble ahí fuera que lucha, en definitiva, por un mundo mejor. Es verdad, estamos rodeados de antivalores. Esto debe motivarnos a no tirar la toalla, a seguir adelante con optimismo. Si todos nos esforzáramos por ser mejores, otro gallo cantaría. El ejemplo es la mejor forma de llegar a los demás, de demostrar que podemos construir, entre todos, un mundo mejor.

A los parados ya no se les puede pedir más paciencia

Por Pedro Serrano

Rajoy saluda al primer ministro irlandésMariano Rajoy habla poco pero da mucho que hablar. Son muchos los que le recriminan sus escasas comparecencias ante los medios y ante los ciudadanos. Sin embargo, yo he llegado a la conclusión de que este hombre hace menos daño callado que con sus inútiles, insustanciales y, a veces, ofensivas disertaciones. Eso sí, hay que reconocerle el esfuerzo que hace para no decir nada.

El otro día, por ejemplo, en la rueda de prensa con el primer ministro irlandés, Enda Kenny, se dirigió a los más de seis millones de parados para decirles que el Gobierno sabe lo que tiene que hacer (menos mal) y que el año que viene será mejor que el presente. ¡Toma ya! Además, en lugar de pedir perdón a los parados les ha pedido paciencia. ¿Paciencia? ¡Vaya cara! ¿Cómo se atreve usted a pedir paciencia a quienes se están ahogando?

Señor presidente, a los parados ya no se les puede pedir más paciencia, ¿es que no sabe que ya la han agotado? A nuestros conciudadanos parados no hay que pedirles, hay que darles. Hay que darles trabajo y no falsas esperanzas. Usted, señor Rajoy, llegó a presidente del Gobierno prometiendo reducir el paro y asegurando que diría la verdad a los españoles. Visto que no ha cumplido con ninguna de estas dos promesas, supongo que no le molestará que alguien le pueda llamar mentiroso o, si lo prefiere, que alguien le acuse de fraude electoral, ¿verdad?

La emoción de su primera reválida

Por Fernando Arribas Portugués

Como padre, recibo con inmensa emoción la noticia de que mi hija de cinco añitos va a realizar su primera reválida, su primer “control de calidad”, así sabré el grado de utilidad que tendrá en esta sociedad y, en caso de no superar los estándares, confío en que con la nueva Ley Wert (LOMCE), sabrán derivarla rápido a algún programa de exclusión educativa, para que no suponga un coste excesivo al sistema. Así podrán orientarle hacia el nuevo modelo laboral tipo Eurovegas.Wert

Mi hijo de ocho años parece más listo, aunque aún sin confirmar por ninguna reválida. Me alegro de que con la LOMCE ya no tenga que cursar Música, Plástica o Tecnología, que distraen, y pueda cursar Iniciación a la Actividad Emprendedora y Empresarial ya desde 1º de la ESO y pueda “competir con éxito en la arena internacional”, tal como reza la LOMCE. Así estará en el grupo selecto de los que trabajando poco cobran mucho, aunque una inmensa mayoría deba trabajar mucho y cobrar poco, tal como nos aconsejan los responsables de la patronal y nuestros gobernantes, puesto que el sistema no está para mantener enfermos, personas dependientes o alumnos con dificultades.

El amor al arte es otra cosa

Por Rebeca López

El otro día escuché a Eva Hache explicar en un monólogo lo que era la vocación. “Es una excusa de la patronal para pagarte una mierda por tu trabajo (…), no sé en qué momento de la negociación entre empresarios y sindicatos se confundió la vocación con vacación… ¡y así estamos!”, decía. Pues bien, en clave cómica se refería a una situación que preocupa enormemente a los jóvenes, que aunque algunos se empeñen en decir que estamos dormidos, estamos aquí bien despiertos, luchando por lo que es nuestro y por nuestro futuro, que a día de hoy se presenta más que negro.

La gran mayoría de esta generación, que no olvidemos es la más preparada de la historia, no estudiamos por amor al arte, no hemos dedicado los últimos diez años de nuestra vida a licenciarnos, postgraduarnos, hablar idiomas, volver a estudiar para equiparar nuestro título al nuevo espacio de educación europea, con el gasto económico que eso supone, para trabajar ahora por amor al arte, por vocación.  Porque después de este esfuerzo nos parece que nos escupen en la cara cuando nos proponen un sueldo irrisorio por un trabajo para el que necesitamos un máster e idiomas.

No se equivoquen los señores empresarios: el amor al arte es otra cosa. No es que esta generación no tenga capacidad de esfuerzo, no.  Es que la paciencia se nos está acabando. Nos hemos pasado estudiando cerca de 20 años porque nuestros padres, que querían un futuro mejor para nosotros, nos decían que si queríamos trabajar teníamos que estudiar y esforzarnos mucho. Y no nos decían, “si quieres vivir como un rey, por encima de tus posibilidades, estudia”; no. Nos  decían: “si quieres trabajar”.

Y eso es precisamente lo que queremos. Trabajar. Trabajar en lo que hemos estudiado, en lo que es nuestra vocación; que no es otra cosa, según la RAE, que la inclinación a cualquier estado, profesión o carrera. Y para eso hemos estudiado, para poder elegir en qué trabajar. Trabajar para vivir, para vivir bien y en la medida de nuestras posibilidades. Porque no se nos caen los anillos por doblar camisetas, cocinar hamburguesas, cuidar niños en vacaciones o servir copas…. pero para eso no nos hacían falta tantos años de estudio, tanto máster, tanto inglés, ni tanto dinero invertido que va a parar a unas Universidades incapaces de hacer valer todo el talento que sale de sus aulas.

¿Y qué pasa con la siguiente generación? Esa que llamamos “ninis”. Es evidente que tienen el futuro igual o más negro que nosotros. Pero, ¿quién les propone una alternativa mejor? Ni estudian ni trabajan. Dada la situación actual, quizás haya muchos de ellos que aunque quieran estudiar no puedan. Uno de los progenitores en paro, una hipoteca, la subida de las tasas en la Universidad, la dificultad de conseguir una beca… todo eso influye para que no estudien aunque quieran estudiar. ¿Y lo de trabajar? Pues sin haber estudiado, porque no hayan podido o porque no hayan querido, pueden dedicarse a algún trabajo de los arriba propuestos, pero están todos ocupados por la generación anterior a la suya.  Seguro que todos tienen alguna vocación, pero el amor al arte no da de comer.