Era marzo de 1997 cuando la serie que desbancó en popularidad a la película que la precedió se estrenó en televisión: Buffy, cazampiros, llegaba para quedarse.
Con una clarísima Sarah Michelle Gellar como protagonista y un por-entonces-necesario amor romántico que satisfacer, la vimos primero hacer pareja con David Boreanaz en el papel del vampiro bueno, Angel, que luego tuvo su propio spin off, y más tarde con Spike, un vampiro que siempre fue malo hasta que le tocó ser el churri de la prota y que, a saber, estaba interpretado por James Marsters.
Juntos tuvieron a un ejército de fans en vilo, capítulo tras capítulo, esperando a que se diera el momento mágico de su primer beso que, si no recuerdo mal, fue bajo la escalera de un pub mugriento. O tal vez fue cuando Spike tenía la cara hecha un cuadro. Como fuera, era muy apropiado, todo.
El último episodio de Buffy se emitió ya en un nada desdeñable 2003. ¿Qué está haciendo ahora la pareja protagonista?