Nadie logró lo que ella: a comienzos de los años ochenta puso en pie a media España y nos hizo pegar saltos en el salón para ‘ponernos a punto’, en algunos casos, por primera vez en nuestras vidas. Con sus calentadores y sus brillantes maillots de colores, Eva Nasarre coló el aerobic en nuestra existencia, se convirtió en un paradigma de la vida saludable y deportiva, en nuestra monitora particular desde el otro lado del televisor, siempre alegre y vital.
En 1999 se le diagnosticó artritis reumatoide, una enfermedad que la postró a una silla de ruedas. Y ahora su lucha es otra: defender la ley de Dependencia en plena era de los recortes y denunciar la injusta y durísima situación que viven muchas familias de dependientes.
«A mí me enseñaron a vivir de pie, ahora estoy sentada pero mi alma y mi corazón está de pie todos los días«, afirma.