Yo a Val Kilmer le tengo un especial cariño por muchas razones. Una de ellas es que fue uno de mis primeros post cuando me hice cargo de este blog, hace más de seis años. Ya por entonces os contaba que, justo hacía un mes, Val había hecho público el motivo de su tremendo cambio físico que había experimentado durante los meses anteriores.
Pero vayamos por partes y pongámonos un poco en contexto:
Nacido el último día de 1959, debutó como actor en 1981 y sólo 3 años más tarde lo petó con la desternillante Top secret! interpretando al maravilloso Nick Rivers, un afamadísimo músico al más puro estilo Elvis, parodiándolo deliciosamente.
Por si fuera poco, y después de pasar por Top Gun, en el el ’88 fue el atractivérrimo Madmartigan en Willow, una de las grandes pelis de culto de los ochenta (por cierto, ¿qué fue de Willow?). A esto siguieron papeles inolvidables como Batman en Batman Forever, Jim Morrison en The Doors, y tantos otros títulos como La isla del Dr. Moreau o El Santo. Pero, poco a poco, y a pesar de que nunca ha parado de trabajar, la presencia de Val en las pantallas se fue apagando.
El impresionante cambio físico de Val Kilmer, que había cogido mucho peso, fue durante un tiempo comidilla en redes, ya que el actor estaba prácticamente irreconocible, especialmente en algunas apariciones espontáneas (no caracterizado), como en Déjà Vu, en el 2006.
Y después de eso llegó un segundo (y más impresionante aún) cambio, cuando empezó a aparecer en sus redes con un aspecto extremadamente delgado y demacrado.
En mayo de 2017, Kilmer le contaba que padecía un cáncer de garganta contra el que llevaba meses luchando, y que había afectado notablemente tanto a su imagen como a su estado de salud general, obviamente. A pesar de ello, Val continuaba trabajando incansablemente, en ese momento en la obra que lo absorbió por completo: Cinema Twain.
Kilmer se convirtió entonces en un abierto (y excéntrico) artista, volcó su creatividad en la pintura y, todavía hoy, es su actividad principal y a menudo expone colecciones en diferentes salas de arte. Llegó también a publicar una autobiografía titulada I’m Your Hackleberry, y a partir de ahí volvió a conceder entrevistas para hablar abiertamente sobre su enfermedad y proceso de recuperación. En una entrevista para Good Morning America, de la ABC, decía:
Me siento mejor de lo que me escucho. Fui diagnosticado con cáncer de garganta, que se curó rápidamente. Esto es una traqueotomía para ayudarme a respirar porque las glándulas en mi garganta se inflamaron. (…) Es lo que la gente diría sobre Jim Morrison: nunca sabías si estaría vivo al día siguiente. (…) Soy muy tímido. He intentado vivir una vida tranquila en Nuevo Méjico a pesar de todas mis famosas novias del pasado. (…) El rodaje de Top Gun fue muy emotivo y sorprendente. Tom vestía su vieja chaqueta, y no quiero contar nada, pero entre tomas Tom y yo nos reíamos como si estuviéramos en el instituto.
Cuando le preguntaron «qué es lo que más extraña de su voz», él respondió:
Que tenía una y que no me reía como un pirata.
De eso hace tres años, pero tras aquellas apariciones llegó a su vida la empresa Sonantic y, con ella, la Inteligencia Artificial. La startup, con sede en el Reino Unido, desarrolló junto al actor un programa de IA con el que pretendieron restaurar su antigua voz. En una entrevista para la revista People, la directora ejecutiva de Sonantic, Zeena Qureshi, dijo que se veían a sí mismos «como el CGI del audio (…). Creamos las voces artificiales más expresivas y realistas del mundo para la industria del entretenimiento. Trabajamos con los actores y, básicamente, entrenamos una versión de IA de ellos mismos que puede funcionar para ellos».
De este modo, la tecnológica trabajó en colaboración con el actor y, a partir de recopilaciones de audios antiguos (Kilmer no podía grabar nuevo audio, obviamente) consiguieron «devolverle la voz» para seguir creando material nuevo y promocional para sus creaciones.
En palabras de Kilmer, y con su «nueva» voz:
Ahora puedo expresarme otra vez.
Increíble el progreso de las IA en los últimos 4 años. Sin duda alguna va a revolucionar el mundo como en su día lo hizo el fuego, esperemos que para bien, aunque tengo mis dudas.
Da miedo el pensar en un internet y RRSS repletos de Deepfake, en el que ya nadie sabe lo que es verdad o mentira. Personajes, famosos, políticos, gobernantes apareciendo en las RRSS, sin que sepamos si son reales o creados con inteligencia artificial. Y eso solo la punta del iceberg. No se yo…….
12 octubre 2023 | 9:28 pm