Nos pasa siempre, esto es así: vemos una superestrella y parece que ha brotado de la nada, como un hongo. Que no tiene un pasado, que no tiene una trayectoria, que no lleva trabajando años y años para llegar al momento de apogeo en el que está. Incluso a Luis Fonsi le pasó: triunfó con el Despacito y había quien creía que era su primera canción. Hasta la incombustible Jennifer Lawrence comenzó vestida de mascota de peluche en Monk.
Pues esto pasa también con Emma Stone. La actriz de 34 años ganadora de un Óscar a mejor actriz por La La Land, ya en 2017, y famosa por sus increíbles papeles en cintas tan icónicas, intensas y dispares como La favorita, Birdman, The amazing Spider-man, la reciente e increíble Pobres criaturas, de Yorgos Lanthimos, o —perdonadme que esta me encante— Cruella, también tuvo unos inicios. Y no podían gustarme más.
Lo cierto es que, retrocediendo es su carrera, se ve un patrón en el que ha ido, con mucho tiendo, mezclando distintos géneros, haciéndose un hueco poco a poco sin llegar a encasillarse en ningún momento. Bien por su agente. A principios de la década de 2010, cuando empezaba a ser un nombre y un rostro reconocible, podemos encontrar títulos como Criadas y señoras, Crazy, Stupid, Love o Marmaduke. Probablemente, uno de sus primeros trabajos como protagonista más importantes fue el de Wichita en Bienvenidos a Zombieland.
En la década anterior había empezado a tener papeles en cine, principalmente en comedias como Los fantasmas de mis exnovias, Una conejita en el campus o Supersalidos, con unos jovencísimos Jonah Hill y Michael Cera. Pero antes de dar el salto al cine su medio era la televisión, donde hizo episódicos en algunas series. De ellas, hay que destacar dos: la primera de ellas Médium, en 2005, en la que apareció en un episodio de la segunda temporada bajo el nombre de Riley Stone (en su debut en una película de serie B el año anterior, por cierto, aparecía como Emily Stone). Y la segunda serie a destacar, donde hizo un papel que es una delicia verlo ahora, con el tiempo de por medio, fue en una de las grandes sitcoms de este siglo: Malcolm in the Middle, en la que interpretó a Diane en un capítulo de la séptima temporada, en 2006. Concretamente, en el episodio Lois Strikes Back.
El capítulo en sí no tiene desperdicio: Emma Stone y su grupo de amigas, compañeras de instituto de Reese, le gastan una broma al chico: le montan una cita a ciegas con un cerdo y hacen fotos. Cuando Lois se entera va al instituto de Reese y lo encuentra empapelado con fotos de Reese y el cerdo pidiendo votos para ser los reyes del baile. Entonces Lois decide vengarse humillando a las abusonas. A Stone, concretamente, le mutila a varias de sus muñecas y le deja los restos en su taquilla.
Yo soy de la opinión de que no hay episodio malo de Malcolm, pero este es particularmente memorable.