Los Goonies es un peliculón ochentero que tiene los fans más fieles de toda la industria del cine. Ni los de Harry Potter (fíjate lo que te digo, Mari) pueden presumir de ser tan leales como los que estamos dispuestos a autodesfigurarnos la cara para imitar a Sloth y echarnos unas risas cómplices, sólo a la altura de alguien que entienda qué carajo estamos haciendo.
QUIERO CHOCOLAAAATE.
La fórmula, resumiendo mucho, es la que Netflix está usando tanto en sus series molonas (Stranger Things, 13 Reasons Way): niños en bici haciendo cosas. Bueno, va, que me paso de simplista (¿pero sí o no?): en la película, que es de estas que exaltan el valor de la amistad y que tus hermanos te quieren aunque te maten a collejas, un grupo de chicos y chicas sigue el mapa de un explorador, Chester Copperpot, para hallar el tesoro del bribón pirata Willy el Tuerto, que contaba la leyenda que había desaparecido con un inconmensurable tesoro:
Estrenándose sólo tres años después de E.T. (que había batido récord de recaudación en su fecha) la firma de Spielberg era una apuesta segura, y no defraudó: el día de su estreno, los Goonies recaudaron en USA y Canadá el triple del presupuesto de la película. Todos queríamos ser un Goonie. El que diga que no, es que no entendió la peli. Y ya está.
Todos sus protagonistas tendrán siempre un huequecito en nuestro corazón. En este blog hemos hablado de prácticamente todos ellos. Hoy le toca el turno a Sloth.
Se llamaba John Matuszak, y pocas, poquísimas personas en la historia del cine pueden decir haber dejado una huella como la que dejó él en tan poco tiempo en pantalla.
A finales de los ’70, Matuszak, que era jugador de fútbol americano, se unió al elenco de deportistas profesionales que a lo largo de los años han probado suerte en el cine. Y, también como la mayoría, comenzó con pequeños cameos en televisión. Uno de los primeros títulos de tirón donde se le vio fue en M.A.S.H., en 1982.
También pasó por Benson o El sheriff chiflado, pero sin ninguna duda fue su papel del hermano bueno de los Fratelli el que le hizo subir un enorme peldaño. Después de Los Goonies, se le empezaron a multiplicar los episódicos (Corrupción en Miami, El equipo A) y los papeles en títulos con algo más de bombo (Doce del patíbulo 4, Un verano loco). Fue uno de los personajes principales en El pulso de Hollywood, una serie de crimen en 14 episodios en la que él interpreta a George Grinsky, que dirige un negocio en la zona «sórdida» de la ciudad.
Parecía que a base de paciencia y esfuerzo su carrera interpretativa iba despegando. Para finales de la década contaron con él para producciones en las que también estaba Warwick Davies (Willow, uno de LOS NOMBRES de la fantasía), como La princesa y el enano, una adaptación (que pasó bastante desapercibida) de la novela de Oscar Wilde y, por fin, en 1989 se estrenaban dos películas que contaban con él como protagonista: La escritora fantasma y Max Force. Estrenaría la década de los ’90 protagonizando una cinta del género estrella de la época: la acción.
Pero ya sabéis lo que pasa con el destino: que es caprichoso. Tal día como hoy, 17 de junio, de 1989, Matuszak murió a causa de una intoxicación aguda por propoxifeno tras ingerir accidentalmente una sobredosis de Darvocet, un medicamento opioide para el que tenía receta. El informe forense añadió que habían contribuido como factores una miocardiopatía hipertrófica (tenía el corazón muy grande, literalmente) y una bronconeumonía. Añadía también que se habían encontrado restos de cocaína que podrían haber afectado también, aunque no podía demostrarse.
Matuszak, Sloth, tenía solo 38 años cuando falleció. Su última película, Millonarios en la alcantarilla, se estrenó a título póstumo, un año después.
Jooo, que penita :__( que razón, Mari, peliculon donde lo haya!!
17 junio 2021 | 1:37 pm
Te has dejado algo importante, fue el antagonista principal por asi decirlo en la celebre pelicula friki CAVEMAN (Cavernicola en España), dirigida por el guionista de Tiburon, junto a Ringo Starr (si, el de los Beatles), Dennis Quaid, Sheley Long (la de Cheers) , etc de 1981.
Una pelicula indispensable para cualquier friki cinefilo que se precie… ademas te partes con ella, es superabsurda. XD
17 junio 2021 | 1:41 pm