Sí, amiguis. No me voy a andar con medias tintas: el niño de La vida es bella ha crecido. Y tiene un inquietante parecido con Isaac Corrales.
Nacido en el ’92, Giorgio Cantarini fue el tiernísimo Giosué, hijo de Roberto Benigni en La vida es bella en 1997. Una de esas películas que hay que ver, al menos, una vez en la vida.
Tú empezabas la película partiéndote de risa con el humor hilarante de Guido (Roberto Benigni) y terminabas sin pañuelos ni whisky que pudieran darte consuelo. Todos -o los que tenemos corazoncito, al menos- lloramos a moco tendido con La Vida es Bella: la historia de un hombre, Guido, que desafía los convencionalismos para conquistar al amor de su vida, Dora (Nicoletta Braschi) y que más tarde, ya convertido en padre del hijo de ambos, Giosuè (Giorgio Cantarini) va más allá y convierte un campo de concentración en una zona de juego para su hijo, hasta sus últimas consecuencias. Madre mía, sólo hacer la sinopsis ya me apetece llorar. ¿Dónde está ese whisky?
Después de aquello la carrera cinematográfica de Giorgio ha ido piano piano (no estoy segura de si eso lleva una coma en medio 🤔), lo cual es perfectamente lógico y digno de aplauso ya que, hasta hace bien poco, Giorgio se dedicaba sobre todo a sus estudios.
Fue también, sin embargo (tal vez lo recordéis), el hijo de Máximo en Gladiator, en 2000. Salía algo así como 3 segundos.
Las poquitas cosas que ha hecho desde entonces han sido en la televisión italiana, participando en varias series y algún corto, como Psicko Shakespeare, en 2015, el primer trabajo que hizo después de un parón absoluto de 8 años.
Desde entonces, parece que ha ido retomando un poco la presencia ante las cámaras, ya que, aparte de teatro, al que está íntimamente vinculado, el año pasado empezó a embarcarse en varios proyectos: dos cortos, el biopic Lamborghini (que se estrenará el año que viene), y ahora mismo está inmerso en el episodio piloto de la que espera(mos) sea su nueva serie: Flatmates (Compañeros de piso), en la que Giorgio será el protagonista, Paolo: un artista italiano que se muda a Berlín para intentar triunfar en lo suyo. Adivinaréis que no lo tiene nada fácil.
El piloto de Flatmates aún está en producción, pero tanto el actor como los productores han compartido alguna píldora en redes:
Y con esta imagen de Isaac Corrales llevando un Glovo, me despido por hoy. Suficiente internet.